lunes, 29 de octubre de 2018

REENCUENTRO

Resultado de imagen de sobrevolando la ciudad, chagall


(DEL CUADRO DE CHAGALL)

No me busques en la casa, ni en la cama, ni en tus brazos. Si es que quieres encontrarme, mira arriba, para el cielo. Ahí, donde recorro cada noche lo que fuimos, y enciendo con mis recuerdos los tejados y las torres y las nubes y los vientos.
No me busques a tu lado, ya no  estoy, ya no es mi sitio. Si me quieres encontrar, yo te espero donde nacimos un día, y donde la noche sigue regalándonos la magia de sabernos a salvo.

viernes, 26 de octubre de 2018

"Sobrevolando la ciudad"

-Manuela, ¿volamos?
-Hoy me puse los zapatos de bailar.
-Pues déjate llevar, yo te sujeto como si bailásemos un vals. ¡Arriba, arriba! ¿Ves qué bien? No tengas miedo que no te soltaré.Mira allá abajo qué pequeñita se vé a Herminia, nuestra cabrita verde que se está comiendo las petunias.Volemos, amor, por encima del mundo, hacia las nubes, hasta el infinito, juntos por siempre ¿Te gusta Manuela?
- Mucho, mi amor. Pero dime...¿Qué pusiste hoy en la sopa?

La imagen del nuevo reto literario ,"Sobrevolando la ciudad" Marc Chagall

jueves, 25 de octubre de 2018

A CHAGALL, «Volando la ciudad»

A CHAGALL, VOLANDO LA CIUDAD

Vamos, volemos, volemos.
Es más fácil que nadar,
hay más aire que en el mar
y no precisamos remos.

Soñemos alas los dos,
blancas, negras, transparentes,
con un beso es suficiente.
Visitaremos a un dios
de amor, un dios sonriente.

No volemos por huir,
quiero hacerlo por reír
sin miedo a poder caer.
¿A qué podemos temer
si no sabemos mentir?

Si se nos cruza una nube
mojada y quiere llorar,
déjala llover y sube
por encima en tu volar.

Sin tu amor mi afán es vano.
Eres mi fuerza y lo sabes.
Para jugar entre aves
no sueltes nunca mi mano.

Que no nos engañe hablar 
para no prometer nada
salvo ser libres y amar.
Yo tu duende tú mi hada.
No dejemos de volar.

miércoles, 3 de octubre de 2018

EL ESPEJO



                                                 
                                                     “REFLEJOS”

Te muestro una flor y me la devuelves, como aquella tarde en que te mostré todos mis espinos. Uno a uno me los quito desde entonces. Pero en mí tengo esa flor que me muestras. Por eso la muestras. Su color es bálsamo que me cura cada herida. Su aroma me pertenece, aunque tú no puedas mostrarlo. Yo tengo los espinos, tengo el aroma y tengo la rosa. Tengo la rosa.
                                                                                         

HACIA EL VALLE


La profundidad del valle… Quién pudiera ser parte de este suelo de manto verde. Quién pudiera ser sauce, camino, trino y silencio. Quién pudiera ser todo eso y brillar con el día, y que al llegar la noche y posarse sobre mí, no tuviera miedo.


Si pudiera, me fundiría en sus sombras y dejaría de ser para ser de nuevo. Me bañaría, renacida, en la ribera, y en su alfombra de cantos rodados, mis pies pulirían los pasos infértiles que no llegaron a ningún sitio.

Quién pudiera ser sauce, llorar sólo en invierno, y ser nido que albergue la vida que espero, fresca y serena, agitada y fluida, como estas aguas, como estas ramas, como esta yerba, como la noche sin miedo; como el sol mismo, insuflando la calidez de donde la felicidad nace; pero todo aquí, en el valle. Entre los frutos que maduran amorosos, como mi corazón, que reverdece cuando lo pienso.