miércoles, 29 de octubre de 2008



Recuerdos infantiles

Situó sobre la alfombra aquel ejército poderoso, invicto, poseedor de miles de batallas ganadas; y dueño en su corazón, del lugar más acogedor, más cálido.
No había sido honrado convencer con argucias científicas a aquel joven imberbe que cada jueves venía hasta su consulta para asirse a sus respuestas como el último rayo de sol se aferra a las copas de los árboles.
Lo sabía. No había estado bien, pero ¿qué mejor lugar para aquel ejército, que su alfombra cargada de recuerdos infantiles?

OBSESIONES

He podido convencer a mi paciente de que los soldaditos con los que juega a todas horas le hacen mal, argumentándole que ese paseo constante por su infancia le lleva a recordar otras vivencias negativas para la terapia.
Me ha entregado la caja dócilmente y la he colocado a los pies del diván.
Es mi último paciente hoy, y las manos me tiemblan de imaginar cómo estará mi alfombra dentro de diez minutos.