jueves, 30 de octubre de 2008

Galería de Arte

Mañana inauguran una exposición en una Nueva Galería de Arte en Plaza del Pelícano nº4, en los corralones. Según el dueño de misma está relacionada la pintura con la danza . Os seguiré contando.

Quasi Haiku

Tócame con tu luz
dijo el carbón al rayo
y nació la barbacoa.

SOBRESALTO

Déjame tras el árbol para darle un buen susto a esa niña, mami, ahora que casi amanece. Siempre se ha metido conmigo en el cole; aunque la verdad es que desde que tú y yo vivimos aquí, parece como si me echase de menos. Espérame; en cuanto la asuste nos vamos a dormir, que yo sola no puedo con la tapa de mármol.

miércoles, 29 de octubre de 2008



Recuerdos infantiles

Situó sobre la alfombra aquel ejército poderoso, invicto, poseedor de miles de batallas ganadas; y dueño en su corazón, del lugar más acogedor, más cálido.
No había sido honrado convencer con argucias científicas a aquel joven imberbe que cada jueves venía hasta su consulta para asirse a sus respuestas como el último rayo de sol se aferra a las copas de los árboles.
Lo sabía. No había estado bien, pero ¿qué mejor lugar para aquel ejército, que su alfombra cargada de recuerdos infantiles?

OBSESIONES

He podido convencer a mi paciente de que los soldaditos con los que juega a todas horas le hacen mal, argumentándole que ese paseo constante por su infancia le lleva a recordar otras vivencias negativas para la terapia.
Me ha entregado la caja dócilmente y la he colocado a los pies del diván.
Es mi último paciente hoy, y las manos me tiemblan de imaginar cómo estará mi alfombra dentro de diez minutos.

martes, 28 de octubre de 2008

Grandes Batallas de la Historia (I).

Colina de Grimaldi.

 Los malos (concepto reversible) nos atacaban cuesta arriba, porque querían la colina que teníamos nosotros, toda sembrada de flores y ajos.

-¡Caprichosos!, ¡mojamierdas!, les decía el cabo Kerón desde las almenas del castillo de acero y tablas, mientras les tiraba aceite de pescado hirviendo.

-¡Lerendas, que sois unas lerendas! ¡Esto no sale ni con agua caliente, no se puede tener más mala leche! ¡Así se os caigan para dentro las muelas del juicio!

A eso de las seis de la tarde, las mujeres llamaban para cenar. Esto no lo explico en estas mis memorias porque en nuestro país se cena temprano (concepto relativo) respecto de otros países. Entre ellos, aquél al que pertenecían los malos que nos atacaban. Y, no se puede negar, les amargábamos la vida.

-¿Pero ustedes vosotros sábense que desmontar cada día este tinglado nos está matando a facturas con los de los andamios?, -preguntó un sargento de los malos.

-Yo no sé nada, -respondí-. Esto es lo que hay.

Y le daba con la persiana en las narices, incluso los días en que estaban a puntito, él y su pelotón, de atravesar lo menos cuatro ventanucos. La verdad, gracia no tenía ninguna.

Los domingos nos reuníamos a comer. Ellos traían carnes frías y empanada y nosotros poníamos verduras tanto cocidas como acompañando al pescado. Nos daban las tantas y a veces había que recordarles lo de empezar el asedio al día siguiente, momento en que recogían las mantas del picnic y se retiraban a descansar.

Así unos meses.

Pero un lunes, después de un domingo soleado, esperamos para nada. Allí no atacaba nadie.

A eso de las once, para estirar las piernas, salí escoltado por unos once mil de mis mejores hombres. Con los caballos al paso, sin formar, no se pudo evitar que un escudero de ellos, veloz como un rayo, fuera capaz de saltar sobre mi cabalgadura y sacara de su jubón un documento con el que me cruzó la cara. Su agilidad le ayudó a escapar.

Era mi primera hoja de reclamaciones.

Dentro del plazo, respondí punto por punto las quejas y, tras firmar la respuesta, di la orden de rendir la plaza.

Con los mayores honores, el ejército vencedor nos escoltó la salida.

Mañana empezamos el asedio. He conseguido un contrato por meses con los de los andamios y nos ahorraremos un dinero. 

lunes, 27 de octubre de 2008


Las arrugas de este rostro
son caminos, son senderos
y surcos que se han labrado
con el arado del tiempo.
En ellas ha ido quedando
paso a paso lento, lento,
el transcurrir de los días,
aquellos que ya se fueron.
El tiempo pasó por ellas,
las fue formando en silencio
a veces con nubes negras,
lluvia viento y hasta hielo.
Tambien hubo días con sol
y bellos amaneceres
todos las fueron formando
y en mi rostro permanecen.
Y yo me siento orgullosa,
para nada me lamento
de tenerlas en mi cara;
y al mirarme en el espejo
me digo, cuánto has vivido
qué experiencias llevas dentro.
Aunque la piel se marchite,
me siento joven por dentro
tengo ilusión por la vida
y sigo haciendo proyectos.
Y cuando por la mañana
me despierta un día nuevo,
doy gracias por el regalo
al creador del universo.

domingo, 26 de octubre de 2008

TRIBUS URBANAS.

Son los años sesenta. Se publica, como cada sábado, la lista de los cinco clanes que ejercen el imperio de la calle. Tras su posición, entre paréntesis, se pone el número con el que figuraban en el ranking la semana anterior:

1. Kuala Fernández y Las Aminoácidas (4):

Vestimenta: Culo al aire y guantes de plástico fino.

Modales: Queriendo ser los de una recepcionista del Waldorf Astoria, en realidad hablan como ministras de Hacienda. Dan miedo los días 23 de cada mes.

Por dónde andan: En cualquier apagón estarán a tu lado, sin que notes su presencia. Tal vez, un pliego de descargo a tiempo te libre de su maldad.

Debilidades: Canciones de Bing Crosby. Muchas bandas lo han descubierto, lo que prueba el bajón que van a dar en el ranking.

 

2. Sugar Pepe Maloy y los Huevos (9):

Vestimenta: Parches porosos.

Modales: Los de cualquier buen percusionista de Cáceres: A palo limpio.

Ámbito de actuación: Torrelodones, Castellón de la Plana, Alicante y Murcia. Controlan todo lo que hay que saber sobre las playas, sus chiringuitos y las cremas solares, fuente de sus fabulosos ingresos. La policía ha intentado introducirse en su organización en dos ocasiones, a lo largo de todos estos años. Varios de esos agentes han aparecido en pololos, tirados en la playa… totalmente bronceados.

 

3. Alejandro Pastor y sus Comanches (5):

Vestimenta: Tejanos, que ellos tejen.

Modales: Tejanos, como si fueran tejones.

Zona de actuación: Tejas. Por sus tejados, campan a su antojo. Cogen enormes tajadas. Si no vas al tajo en sus condiciones, acaban contigo de un tajo. Para cualquier camino, conocen un atajo.

 

4. Matías Plas y su hermana Concha, Los “Dos” (22):

Vestimenta: Túnica de las Planchadoras de las túnicas de San TenidoKeir.

Modales: Modositos en apariencia, pero no les des la espalda o te la afeitan en un pispas.

Dónde pueden estar: Hasta el anochecer, en su salita de estar, que está tan bonita como se las dejó su tía Socorro; pero cuando se va el Sol… no hay sitio donde esconderse. Vamos, que Houdini se metió en la bolsa de un canguro, selló la entrada con engrudo… y a los tres días estaban allí, obligándole a pagar su terrible impuesto mafioso. De esta y otras leyendas viene su espectacular entrada en la lista.

 

5. “Secretario” Jean Pons y sus “Albañiles Satánicos” (250):

Vestimenta: Restos de paraguas.

Modales: Empujones por detrás.

¿Dónde están? ¡Já!: Puedes encontrártelos donde menos te lo esperes. Sé prudente y no guardes las servilletas mupadentro del mueble o una mano siniestra te pintará las uñas sin que nadie, nadie, pueda ayudarte…¡Ha, ha, ha…! El miedo es gratis (es su lema).

 

viernes, 24 de octubre de 2008

UN DÍA EN LA VIDA.

7:30

¡Sangre inconscientemente derramada!

¡Losa blanca que terrible clama al cielo!

¿Es dolor, es la muerte desgarrada?

¿O es que dejas las compresas por el suelo?

7:32

¿Y por qué otra transgresión se pierde el brillo

de ese suelo inmaculado e impoluto?

Porque llegas tarde casi diez minutos,

Y olvidas recoger tus calzoncillos.

7:36

Eso es cruel conspiración, grande patraña.

No hay mayor poner de negro en forma breve

que, aplicar en los tus ojos, tacto leve,

ese rimel azabache de pestañas.

7:45

Mil argucias y de forma tan cobarde,

atacando las mis ropas, mis perfumes

vas dejándote llevar, no los resumes

y los dos, lo tengo claro, vamos tarde.

7:47

Condición femenina y traicionera

a los hechos cíñete, mujer doliente.

Sólo quiero que el cepillo de los dientes

guardes dentro, que no lo dejes fuera.

7:50

Cómo zahiere esa palabra: dentro.

Cuando sólo de los dos a ti compete

apuntar con más detalle hacia el retrete.

No a los lados, no, justito al centro.

7:56

Esta herida a mi honor, crítica hiriente,

cuando saben las estrellas de los cielos

que se atascan en virtud de los tus pelos

los desagües con tapones resistentes.

7:58

Tú si obturas cual coágulo de arteria

el lavaplatos, amigo traicionado

de basura de los platos no vaciados,

de sabe el cielo qué otra vil materia.

8:02

¡Mil tormentas caerán hasta la noche!

No maldigo, mujer, sino te advierto:

No vayas en el tren, llévate el coche.

Lo he oído en la radio, sé que es cierto.

8:05

¡Ay, consorte masculino en la alborada!

¡Qué amparo compensa y me devuelve

ese aviso que me das y me resuelve

llegar temprano y seca, no empapada!

8:07

Vuela al tajo, mujer, no te demores,

que yo parto a mi labor también temprano.

Yo tampoco me mojo, no hay temores:

En la puerta me recoge Luis, mi hermano.

8:10

Me voy, pero no me voy contenta,

no sea que me coja un resfriado.

Este Pablo es tranquilo y despistado:

A ver si no se cuida en la tormenta.

8:10

Aunque va en coche y es buena conductora,

no me quedo tranquilo hasta que vuelva.

Que ese ir y venir Sevilla-Huelva,

dura cerca de tres cuartos de hora.

 

15:15

Hola, amor, otro día derrotado,

Hola, amor, otro día derrotado,

consiguiendo la tarde para amarnos

consiguiendo la tarde para amarnos.

Aunque nunca logremos recordarnos

Aunque nunca logremos recordarnos

recoger el pan que habíamos encargado.

recoger el pan que habíamos encargado.


martes, 21 de octubre de 2008

A SALVO

-Mi niña, ¿qué vas a pedirle a los Reyes Magos?
-Unas alas grandes, grandes.
-Los Reyes no traen esas cosas, cariño, porque son peligrosas.
-Mamá, si yo no voy a volar sola; son para volar contigo.

la ladrona de libros



Ayer terminé de leer, "La ladrona de libros". LLegó hasta mí a través de mi club de lectura. Teníamos que leerlo para luego comentarlo. En un principio me resultó un libro extraño, diferente.
No conseguía engancharme, pero por otro lado había algo que me hacía continuar, buscar esa tabla a la que asirme cual náufrago. Y allí estaba, Liesel, su protagonista que me tomó de la mano y me fue llevando por la ternura, el inconformismo, el arriesgar la propia vida por la vida del otro.
Me ha enseñado el poder de la palabra, de cómo éstas pueden salvar o hundir el mundo. Ella, una niña abandonada por su madre (ésta era comunista y tal vez acabase en un campo de exterminio), que vio morir a su hermano entre la nieve, que roba su primer libro y queda atrapada por él.
Es un libro que recomiendo. Ves el otro lado del cristal. Aquellos que no creyeron en las palabras de un demente.
Y para originalidad, la narradora de la historia es la tan temida y segura MUERTE.
Espero que disfrutéis tanto como yo .

domingo, 19 de octubre de 2008

LAS HIJAS DE ZEUS


Ligeritas de ropa y con flores en el pelo. Así deben imaginarse hasta en invierno y aún llevando abrigo, algunos, a las mujeres que tienen una necesidad de actividad sexual superior a la habitualmente reconocida. Digo que las verán de esta forma, por haberles puesto el nombre en cuestión: ninfómanas. Por cierto, ¿cómo se le llama técnicamente al hombre más activo sexualmente de lo común? ¿Requetemachote? Es que sátiro me resulta demasiado suave.
Cualquier adicción es dañina, porque domina nuestra voluntad, qué duda cabe.
Lo que no es a mi juicio normal es que para preservar la infancia, el cartel de una película, Diario de una ninfómana, se prohíba en la publicidad de los autobuses. Vaya tela con la doble moral que parece no admitir como natural una mínima muestra de sexualidad femenina, unida al placer de un cuerpo en bragas, preciosas por cierto.
Con tantas metralletas como ven los niños a diario, en tanta publicidad detestable. Es desconcertante, a mi modo de ver, esta censura. Pero aclaro que se trata de mi visión particular, donde no he podido dejar de lado el sentimiento machista asolapado que percibo tras estas reacciones.

sábado, 18 de octubre de 2008

SIN CONTAR.

Esta mañana ha muerto un hombre que, según él, sobraba. Se ha suicidado; después de anunciar que lo haría, lo ha hecho.

Llegó temprano y comenzó a contar la historia de su vida.

Resulta que su madre quedó embarazada por un salpicón de semen que se produjo al abofetear una enfermera el pene de un donante en una clínica de fecundación in vitro, cuando ya cerraba el frasquito.

Sin que apenas hubiera nadie para cuidarlo, una vaca que se escapó del establo, porque no cabía, se rompió una pata junto al niño y pudo alimentarse. Y más de una vez, cuando fallaba el cierre automático de los paquetes de galletas, las que no cabían en las cajas iban a sus manos y se mantenía vivo.

En el colegio que lo metieron, los profesores escribían su nombre  a lápiz al final de las listas hechas, mientras protestaban porque sus clases ya estaban completas y ajustadas.

No dijimos nada mientras nos relató el resto de su vida. Pero parecía algo más contento al ver una baraja española de cartas sobre la mesa.

-¿Mus? –preguntó, abriendo los ojos.

-Lo siento, ya somos cuatro, -respondió Andrés que entraba en ese momento, mientras se quitaba el abrigo-. No falta nadie.

El hombre que sobraba se pegó un tiro.

Al ordenar el levantamiento del cadáver, el juez observó que el revólver tenía el cargador completamente lleno.

viernes, 17 de octubre de 2008

LA PLAZA DE LOS PERFUMES


















Llegué a la plaza casi por azar.Aquella mañana de octubre, el cielo me ofrecía su mejor color, sin humos ni miserias. Me reconfortó aquella placa de azulejería en la que podía leerse PLAZA DE LOS PERFUMES.
Cerré los ojos por un momento, aspirando lentamente aquel aire cargado de fragancias, romero, albahaca... Me sentí en paz, poseída por los recuerdos de un ayer lejano, ausente ya. "No he venido hasta aquí para recordar sino para vivir".
Recorrí con la mirada cada uno de los rincones de aquella plaza. Allí el romero. Allá la albahaca. Seguí caminando, dejando tras de mi su recuerdo, su aroma... su amor.
Caminé calle arriba. Al frente, un sol poderoso y altivo lanzaba contra mis ojos una luz vivificadora, intensa, inmensa. Parpadeé. Acomodé mis pasos a mis ojos, y éstos a ese mar blanco que lo invadía todo.
Como antes había alcanzado la plaza, ahora encontré la entrada de aquel pequeño hotel. La puerta era de madera. Ese detalle me atrapó. Siento debilidad por las hojas de madera que te invitan a pasar. El recibidor era pequeño. Un mostrador, también de madera, en un lateral y una dócil escalera al frente. Toda ella de madera. Entré. Me recibió una sonrisa fresca, juvenil, acogedora.
-Buenos días ¿en qué puedo servirle? -me dijo aquella boca sonriente, mostrándome una dentadura perfecta, inmaculada.
-Desearía una habitación -respondí mientras dejaba mi mochila a los piés del paragüero.
-¿Sencilla?
-Sí, por favor.
-¿Para una noche...
Ahora estoy aquí , en esta habitación de hotel, donde todo huele a madera, a bosque, a libertad. Ahora me doy cuenta que no respondí a su pregunta, ¿para una noche? No, para una vida.
Asi se llamará mi nueva novela, la que he comenzado a escribir en este libro en blanco que tengo entre mis manos. Que nació cuando dejé de mirar atrás y solo aspiré el aroma de la PLAZA DE LOS PERFUMES.

jueves, 16 de octubre de 2008

A MI RIO GUADALQUIVIR, Y BETIS

Río que hacia el mar caminas,
tranquilo y majestuoso,
con tus transparentes aguas
entre pinares y chopos.
El olivar a tu paso,
se inclina reverencioso
cuando tus aguas lo besan 
en su discurrir airoso.
En tus orillas dejé
mis recuerdos de chiquilla;
al cruzar tus limpias aguas,
volaba mi fantasía.
Río de grato recuerdo,
en tu paso hacia la mar
vas derrochando elegancia,
con melodioso cantar.
Al pasar por la ribera,
de Córdoba la sultana,
abres tus brazos contento
porque tu caudal se ensancha
y sigues majestuoso
hacia Sevilla y Triana.
Allí te haces adulto,
ya tienes puerto y fragata
y las velitas al viento
navegan sobre tus aguas.
Ay río de mis amores,
Guadalquivir hechicero;
si pudiera, por besarte
me convertía en velero.

Paquita Ortiz Navarrete 15 octubre 2008

DESDE ENTONCES.

Como es fácil de entender, aprovechaba los recorridos en autobús desde mi barrio al centro para cantarle a mi mujer canciones de Emilio el Moro. En general (me gustaban casi todas) le comenzaba con esa que dice “Con dos losas… con dos losas. Me endiñaste con dos losas y al porrazo me rendí. Y por si era poca cosa, me largaste un puñetazo con más fuerza que Urtaín”.  Venía después la que canta “pocos abrigos te podrás comprar, como no dejes letras sin pagar. Y si las pagas todos pensarán, que tu señora tralaralará”.

El trayecto no daba para más. Llegábamos a la Plaza Nueva y nos disponíamos a resolver alguna compra o simplemente a pasear el centro de Sevilla.

Pero aquel día pasó un autobús fuera de servicio y el siguiente se llenó a base de esperas en paradas. De modo que mi mujer pasó antes y yo me rezagué para darle dos picotazos al bonobús y franquear nuestro viaje. El avanzar se hacía difícil, maletas y carros de la compra incluidos, de modo que consideré aceptable quedarnos en la zona media del autobús, aunque nos gusta llegar hasta el fondo, sea con o sin asiento.

La cosa es que pude sentarme a su lado en cuanto, dentro del atasco humano, vi su pantalón negro y su blusa roja. De modo inmediato, dado el tiempo perdido en llegar, entoné en voz baja uno de los grandes éxitos de don Emilio: el que dice que “gitana, tú te verá, lo mismo que una coneja, que no para de criá”, al que siguieron los expuestos al principio.

Me pasará siempre. Por mucho que las haya oído, me hacen reír. Y las celebro con mi mujer, que, paciente, me hace caso. Lo que me sorprendió fue que al levantar la cabeza, ella me saludara desde el fondo del autobús, muerta de risa. Volví a certificar la blusa roja, idéntica a la de mi mujer, y el pantalón negro sin duda, nada de afroamericano, fotocopia del que llevaba mi cónyuge desde que salió de casa. Y al fin volví la cara, a la izquierda, para conocer el rostro de quien había sido objeto de la pequeña serenata. La mujer, de un pelo copiado al de mi esposa, me miró sin pestañear, con una duda palpable entre huir o llamar a urgencias.

Yo no fui capaz de hablar. La mujer de ropa duplicada, al cruzar la mirada con mi mujer, esbozó una sonrisa. Antes de que bajaran los dos escalones para pisar la Plaza, estalló la carcajada. Simultánea. Desbordante.

Desde aquel día, sólo canto mirándole a los ojos. Son inconfundibles. 

martes, 14 de octubre de 2008

HABITACIÓN DE HOTEL

Sentada al borde de la cama de la habitación de hotel todo era nuevo a su alrededor. Las paredes pintadas de blanco grisáceo, la moqueta verde de tacto suave, los muebles austeros de caoba oscuro, la cama… Se había quitado el traje color gabardina que aún conservaba la etiqueta con el precio, y los zapatos de punta redonda, recorridos en las comisuras del empeine por una única arruga fruto de una primera postura. Después, había ido al lavabo, blanco, ordenado, y se había lavado la cara con un jabón de fragancia indefinida. Se sentó en la cama y su piel se sorprendió cuando rozó la tela fría y desconocida. Se echó sobre aquel mar blanco que prometía nuevas ilusiones y respiró el olor a limpio.
Le pareció que habían transcurrido años desde su llegada. Se incorporó, y vio el trozo de papel doblado que descansaba en la mesilla de noche. Lo cogió y lo desdobló. Tenía profundas grietas en los dobleces, las esquinas despuntadas y la tinta parecía vibrar nerviosamente a punto de estallar de un momento a otro. Lo leyó como tantas veces lo había hecho y miró a su alrededor. Entonces se dio cuenta de que aquel trozo arrugado desentonaba con aquella habitación, con sus ropas, con ella misma. Porque todo era nuevo, todo, menos el papel.

En el silencio se oyeron unos nudillos golpear la puerta tímidamente. Se levantó sin soltar el papel y se puso el traje color gabardina a medio abrochar. Tras recomponerse un poco el pelo, abrió. En la penumbra, una chica de uniforme sostenía una carpeta entre sus manos.

-Disculpe señora, pero no tengo anotado si le hemos puesto toallas limpias.
Ella miró a aquella chica de aspecto sonriente.

-No se preocupe, ya he comprobado que las toallas están recién puestas. Muchas gracias.
-De nada, señora –asintió la chica con la cabeza.
-Perdone –le detuvo ella-. ¿Le importaría deshacerse de este papel?

La chica miró la pequeña hoja amarillenta y asintió nuevamente.

-Como quiera, señora.

-Y, por favor -le advirtió-, no lo lea. Su contenido puede destruir a quien lo haga. Conmigo, casi lo consigue.

lunes, 13 de octubre de 2008

REFLEJOS


Recuerdo vagamente la noche de ayer. Mi mente y yo no nos llevamos muy bien de un tiempo a acá.
Intento poner en orden la serie de acontecimientos que me ha traído hasta aquí, y los escribo, y los releo, aunque de momento no consigo sostener una sola idea que no sea tu rostro y todo lo que llega a despertar en mí, hasta el punto de olvidarme del mío; aunque lo siento fusionado, compenetrado y extrañamente idéntico.

Mi mente y yo no nos llevamos muy bien. Sentada en esta cama, las horas pasan a un ritmo tedioso y desesperante. Ojalá no existiesen los espejos. Ojalá tus ojos, tan iguales a los míos, hubiesen sido únicamente tuyos y nada más. Ojalá careciese de memoria que me hiciera ver toda la que estoy perdiendo.

Sólo atino a recordar un gran edificio con ventanas enormes, donde pude llegar a estar varios días; un dolor que hacía estallar mi garganta y una huida vacía hacia muchos lugares, que ha durado veinte años.

Anoche, al encontrarte, se silenció mi ahora, y sólo me quedó la opción de tomar de nuevo un tren con destino a no sé dónde, para seguir huyendo de mí misma, de tus ojos. De mi rostro sombrío y yermo.

Microrrelevo 12

“Y le haré soportar la mirada de los que tanto esperaron su vergüenza”. Aquel joven arqueólogo había logrado descifrar por fin su primer jeroglífico, pero… ¿Qué quería decir exactamente? ¿Por qué la inscripción se hallaba tallada bajo una una especie de figura femenina? Durante tres días seguidos no pudo dormir dándole vueltas a la cabeza. Cuando por fín logró conciliar el sueño despertó rodeado de gente absorta que lo miraba ¡Se había dormido dando su primera conferencia! Fue el principio de su final.

domingo, 12 de octubre de 2008

Microrrelevo 11

que no podrá morder la vida, si no me tiene entre sus labios, es mi consuelo, mi arma secreta.

Tuvo la oportunidad, cuando le encargaron el primer grupo. En ese tren que conducía viajaban sus amigos y muchos de ellos le reconocieron. Pero por más que su estómago me llamó, me quedé en su garganta, junto al grito cobarde que se escondió también.

Más tarde aún pudo hacerlo, cuando él mismo tuvo que abrir la llave de las cámaras de gas y su corazón quiso pararse sin aviso.

No lo hizo entonces y ya no lo volvió a pensar jamás.

Y ahora, sentado en el banquillo, Herr Grossental, el que nunca bebía agua, ha pedido un vaso y movido la boca para que yo por fin me deje triturar entre sus dientes y deje libre el cianuro. No se lo concederé, y le haré soportar la mirada de los que tanto esperaron su vergüenza.

sábado, 11 de octubre de 2008

Recordaste que recuerdas

Ahora que vas a morir te llevas una mano al pecho
y te agarras a él esperando que esta bocanada de aire que te queda
sea suficiente como para dejarte recordar cada una de las luces que dieron color a tus días.
Recuerdas la primera palabra que dijiste,
aquella que por ese entonces carecía de significado
pero que con sólo pronunciarla: "mamá",
hacía que esa figura de labios carnosos y aroma azucarado te envolviera de besos.
Recuerdas aquel día en que tu bici resbala, los frenos no funcionan
y aprendes cómo es el golpe seco de tu cuerpo contra el suelo.
Aprendiste también que se puede llorar en las caídas
porque las lágrimas refrescan las heridas.
Recuerdas aquella mañana de domingo en la que abriste el cajón secreto de tu hermana.
Descubriste el tacto suave de la blonda y el encaje,
las bolitas de madera de pino con olor a cítricos y las cartas de un tal Jhon
aún sin entender por qué decía que el aroma a campiña ella lo llevaba dentro.
Recuerdas la primera caricia que te hizo sentir un nudo en el estómago,
aquella que surgió de las manos de tu compañera de pupitre,
todo por querer coger de la caja de colores el mismo lápiz rojo.
Recuerdas la lluvia en un día de playa,todo el mundo corre
mientras tú con los ojos abiertos debajo del agua
ves como se estremece el mar como las cuerdas pulsadas de una guitarra
con cada gota que cae.
Recuerdas la primera noche que te despertó un llanto,
la primera noche en que levantarte de madrugada no fue una molestia
pues el sueño calmado de ese ser al contacto de la nana del latir de tu corazón
te hizo sentir imprescindible.
Recordaste por qué estabas así,
por qué tu decía tu padre que un hombre sin recuerdos es un hombre sin vida,
recordaste que recuerdas
y entonces vuelves a querer vivir.

Microrrelevo 10

MAURICIO Y SUS OLVIDOS

Te prometo que dejaré de enseñarte los dientes, aunque no sé como voy a conseguirlo. Mauricio es como es, y nadie puede hacerle cambiar de opinión. Además para qué. El pobre está a punto de cumplir los noventa y aún no ha entendido que no está bien hacer lo que hace: dejarme por cualquier sitio. Esta vez, te he sorprendido a ti. No debe ser fácil recoger una bandeja y encontrar sobre ella esta sonrisa inexistente que poseo. Porque, ¿qué si no, una humilde dentadura olvidada ,soy yo?.
Tal vez ahora Mauricio entienda, que no podrá morder la vida, si no me tiene entre sus labios.

viernes, 10 de octubre de 2008

RENOVACIÓN

En uno de esos intentos fallidos por contenerme, a los que mi cordura me invita cuando me viene este impulso, huí, ansioso de desahogos que limpiaran por unas horas al menos el vacío con el que vivo y las reliquias del pasado.

Salvé con impetuoso afán los kilómetros que nos separan; algunas situaciones no permiten la espera. Y llegué hasta ti.

Contemplándote, aún con distancia, sentí cómo me invadía la emoción de un preludio que estaba por iniciarse.

Me desbordaba el incesante roce de algo ardiendo en uno de los bolsillos de mi pantalón; en ése que siempre es apuntado en los momentos críticos.

Entonces crucé tu puerta, ya estaba dentro de ti. La plenitud. Llegaba hasta mí un conjunto de melodías que desataba mi deseo; distintos aromas que me envolvían, que tú me brindabas y que me marcaban el camino.

Cómo explicar; fueron tantas las tentaciones a las que me sometiste, y no menos el placer…

…Hasta que acabó…y nuevamente me di de bruces con la realidad cuando la chica me indicaba el precio.

Mientras firmaba, a la vez que volvía a meter la tarjeta en el bolsillo, y contemplando el ir y venir de gente, pensé lo costoso que resulta a veces, renovar el armario, oír buena música y oler a hombre cuidado.



jueves, 9 de octubre de 2008

...Y DESPUÉS LA DEVOCIÓN.

Jorge Jesús y Alejandra Clementina se casaron en 1968, en verano.

Nada más terminar la ceremonia religiosa, se dirigieron a la vivienda de 70 metros cuadrados donde vivirían y se dispusieron a realizar las siguientes tareas:

Hacer la cama (y deshacerla) 7.300 veces seguidas.

Comer y beber con sus consecuencias recíprocas en relación a 10.950 kilogramos de materia sólida y la mitad de materia líquida, que tuvieron que comprar llenando 1.012 carritos del supermercado cercano a su casa.

Dormir 51.100 horas sin parar, tras las que, como suplemento por siestas, continuaron 3.650 horas más.

Lavar 14.600 kilogramos de ropa, que se pusieron y quitaron 9.000 veces sin parar.

Realizados estos trabajos, se desnudaron y se metieron en la cama. A saber… 

En octubre de 2000, la cuestión era destapar botes de pintura para cambiar el color de las paredes 20 veces seguidas, dentro de otras tantas limpiezas generales.

Hoy, a tantos de octubre de 2008, se han sentado para dedicar toda su vida al póquer. Tal y como habían soñado.

AL OTRO LADO

El Portil (Huelva)


Senda que llevas al mar,
arrullas mis sueños rotos;
no los quieres ver pasar.

Senda que llevas al mar,
guardas ocultos tesoros
que no me osas brindar.

¿Qué tan silenciosos miedos?
¿Qué me haces esperar?
¿No sabes que en los esteros
este mal ha de sanar?

Déjame cruzar tus suelos,
deja estas alas volar;
y encontrar el universo
bajo las olas del mar.

lunes, 6 de octubre de 2008

EDITORIAL OCTUBRE 2008

MUCHO QUE CELEBRAR.

Mochilas, batas, lápices, tizas… Ahora quizá móviles, ordenadores portátiles… pero una mirada de quienes vuelven a verse dice bien claro que lo que se celebra de la vuelta al cole es ver que nuestros amigos también están allí.

Si además se han apuntado a tu clase algunos que sólo podías ver en un recreo de vez en cuando, dejamos de añorar el verano y nos ponemos a contar el futuro con los que saben ayudarnos a construirlo: Los nuestros.

Compartimos y celebramos escribir, que va justo detrás de haber aprendido a leernos, que es escucharnos a distancia y al instante, un poco cosa mágica de los ordenadores. Era nuestro propósito de cada día: Todos dando una puntada de hilo fino, con la satisfacción de haber visto escritos que salen bordados.

Mirar hacia atrás vale para atrevernos a pisar con firmeza: Basta ver cómo se evoluciona, conscientemente, en el estilo. Las frases se agilizan, las ideas se transmiten con más claridad. Se comunican otras inquietudes, gracias a nuestras artistas de la fotografía y la pintura. Nos dejamos ver en las transparencias de muchos poemas… Somos conscientes de exigirnos un esfuerzo más cada vez que celebramos un trabajo en el blog. Y de buscarlo.

Y muchos invitados de lujo, que valoran nuestro trabajo y nos apoyan.

Eso hay que celebrarlo y agradecerlo.

Lo que pasa es que para encender la vela y cantarnos el cumpleaños feliz, de lo anterior vuelvo al párrafo segundo, ese que empieza por “Si además…” Tenemos a Irene, Lorenzo y Paquita, los tres, de nuevo con nosotros.  Con eso sí que encendemos la vela. Ahora sí que está bien justificado el título de este editorial.

domingo, 5 de octubre de 2008

EL BELLO PATITO

Era aquel patito
feo y desgarbado
muy poco elegante
y desaliñado.
Todos sus vecinos
de él se reían
y con el patito
jugar no querian.
Muy desconsolado
dice a su mamá;
todos me desprecian
no sé qué pensar.
La madre le dice
llena de ternura;
Tu alma es hermosa
no tiene maldad
pero el mundo, hijito,
la apariencia externa
la valora más.

viernes, 3 de octubre de 2008

BREVE HISTORIA DE LA PIRATERÍA: PERSONAJES DESTACADOS.

Tomaso Ron de la Quilla.

El día que nació se produjo el oleaje más grande conocido en el mar Cantábrico. Aunque él estaba entonces en Madrid, naciendo, y no se enteró de nada. Cuando por primera vez oyó la palabra ¡bote! en un bar agradeciendo la propina, se fue a comprar un garfio y un parche para el ojo.  El garfio era bueno para las aceitunas, pero el parche era para dejar de fumar. Aún así, tomó el primer barco cochambroso de madera que encontró y se hizo a la mar para naufragar en una isla que no pudo calificar como desierta por culpa de un plan de recalificación de dos años antes. Tomaso no pudo más y –como tenía abierta la fecha de su billete con derecho a naufragio- se volvió a casa. Su padre le abrazó mientras su madre le abofeteaba. Su hermano pequeño, en plena confusión, le pasaba los apuntes para presentarse a Biología en septiembre. Al día siguiente, su madre también le abrazó. Y su padre le abofeteó.

 

John Caracorta Homicius.

Su capacidad de atacar barcos de cualquier nacionalidad le hizo adquirir catorce loros para servirle de intérprete en cada entrevista con el loro del capitán capturado. Cuando empezaron a construirse los grandes petroleros, John renunció a la piratería en los mares y se lió con los DVD y los CD. Hasta que lo trincaron y opositó a Notarías.

 

Jack Barriles Fardeborde.

Sanguinario lobo de mar, pasó por la quilla a un sinfín de lenguados que no acataron sus órdenes. La disciplina era lo primero dentro de su galeón.

 

Homero Bífidus Norterklain.

El pirata que mejor ha escondido un tesoro en toda la Historia de las correrías bucaneros, hecho reconocido hasta por sus más encarnizados enemigos. Ni él encontró uno solo de los cofres enterrados. Acabó de administrador de fincas en Alcalá de Henares, como tantos que han perdido la ilusión por hacer lo que de verdad les gusta.

 

Charles Mejillón Baluzzer.

El terror de todas las fortificaciones costeras de las colonias del Imperio Británico de la autoridad de Su Majestad el rey inglés de turno. De locura, oiga, de verdad. Hizo una campaña, allá por 1.600, durante la cual nadie salía con sombrilla y esterilla a la playa en cien islas. Murió preso de un ataque. O sea, atacó un sitio, lo metieron preso y se murió.

 

Lord Planchagan Grititos Pértigal.

Continuo investigador, revolucionó la técnica del abordaje. Se ponía muy borde con los enemigos: “que si tu mujer tralaralarí con el del butano, que si tú te habrías muerto de grumete si no fuera por tu cuñado…” desanimando más que otra cosa. Su título nobiliario lo consiguió al rescatar de un rapto a la sobrina del gobernador de Jamaica, Margaret Pájincar Lástalfond, quien le concedió un baile cuando llegaron a Londres. Un mes más tarde se casaron y ya no volvieron a verse.

 

Merryl  Mojama Hoffman.

No dejó un barco sin hundir tras su cañoneado y pillaje. Ni el suyo, por lo que murió el día de su debut como pirata. Un gilipó, en palabras del timonel, Hormonas Jim.

miércoles, 1 de octubre de 2008

SENTADOS EN LA PLAZA.

Sentados en la plaza,

con firme y suave mano

sujeto el plato llano

para posar la taza.

 

Se toma el piñonate,

dulce de pan o tarta,

y se pide la carta

para los chocolates.

 

El camarero atento,

venciendo la rutina,

buscando la propina,

nos busca un buen asiento.

 

Los niños, silla aparte;

conversación sin gritos,

siendo en sí misma un arte

para los señoritos.

 

Para que esto se entienda:

con ser las cinco y media,

montamos la comedia

de un acto: La merienda.

 

Habla antes el abuelo

pidiendo el café corto,

y una copa de oporto,

fría, pero sin hielo.

 

La abuela y su ritual:

Su té con leche fría

con galletas María:

La abuela siempre igual.

 

Mariquilla, mi esposa,

pide menta poleo,

huyendo del jaleo

de complicar la cosa.

 

Y yo, tradicional,

le pido que me eche

mucho azúcar, e igual

de café que de leche.


Los niños cambian mucho:

Ayer manteca y pan,

antesdeayer un flan

y hoy quieren cucuruchos.

 

Nos sirven lo pedido

desde la gran bandeja.

No hay una sola queja

a todo lo servido.

 

Sin que nadie lo indique

avanzan las manitas,

y, estirando el meñique,

se cogen las tacitas.

 

Japoneses de Kioto,

pidiéndonos licencia,

y con mil reverencias,

nos hacen dos mil fotos.

 

Y es que la parsimonia

que en nuestra mesa hay,

es una ceremonia

digna de un samurai.

 

El Sol se nos despide:

Terminamos té y menta

y el abuelo decide

que, hoy, paga él la cuenta.

 

Volvemos del paseo

temprano: siempre he dicho,

que estaría muy feo           

volver de noche al nicho.

 

A lo nuestro, a lo tonto

del acuerdo que hicimos,

cada tarde salimos

y nos acostamos pronto,

tras acudir puntuales

al café de Macías,

con aires fantasmales,

dando a los orientales

dos mil fotos vacías.