Mi niño soñó que me pedía caramelos.
Para que no soñara con caries, me dormí y le dije que no hasta la hora del almuerzo.
La madre de mi mujer, que vive con nosotros, se durmió para decir que un caramelo no le hace daño a un niño, por Dios bendito.
Soñé que esto es lo que hay porque lo digo yo y el niño se puso a llorar.
Para evitar pesadillas, mi mujer tuvo que dormirse para soñar y dormir al niño en sueños.
Al día siguiente, ni el niño fue a trabajar ni nosotros al colegio.
5 comentarios:
Relato ciertamente surrealista y divertido.
Tierno surrealismo.
Me encanta. Es la segunda vez que lo leo y sigo destacando la forma inteligente con la que está escrito. Coincido con Loli en la ternura que encierra.
Siento estos días de retiro, pero he tenido un lío de reformas en casa algo considerable y he vuelto a vivir como he vivido hasta hace poco: sin internet. Espero reanudar poco a poco el ritmo de apariciones.
Besos a todos.
Hola Gabriel! Soy la hermanita de Beli (ya t dirá). Suelo leer las cosas q escribís en el blog. He intentado hacer algún comentario pero soy un poco torpe. Creo q ya sé como enviarlo. A ver si llega. M encanta cómo escribes. Es diferente, divertido, a veces no sé muy bien q quiere decir pero casi siempre m haces sonreir o pensar, o imaginar alguna situación. Genial, d verdad. Un saludo
Bienvenida, hermana de Beli.
Y gracias por leernos.
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