¿Cómo no me fijé en que tenía fecha de caducidad?
Había organizado mi vida despertando la envidia de mis amigas: Karla, Vitriola, Amaranta, Denisse y Rodoflecta cuando recibí el paquete y ellas aplaudieron el que sería mi plan de felicidad eterna, con detalles como paseos a las seis y doce, besos a las dieciocho, brisa de abanico a las veinte y sexo salvaje a las veintitrés… y así, o sea, todos los días.
Y yo, Bertrana Moravia, la ganadora del concurso, no caigo en ver que mi ciborg Ariel 1.5 es un prototipo de cocinero bastísimo para el ejército hecho para cinco años exactos. Los que terminaban esta mañana. ¡Qué rabia! Justo antes de salir a dar nuestro primer paseo. O sea.
5 comentarios:
¡Oh, pobre mía, qué mala suerte, tanto planificar para al final tener que entretenerse en esos menesteres entre fogones. El "o sea" ha quedado divino de la mueeerrrte. Muy bien, compañero. ¿Le toca a Loli o a Beli?
No se pueden hacer planes si se depende de una máquina, digo yo. Creo que ahora me tocaría a mí pero no estoy segura. Lo que me gustaría saber es si la última frase es "o sea". Señálalo querido Gabriel, o sea, Gabriel.
Lo procedente es tener "justo antes de salir a dar nuestro primer paseo" como final. Así lo señalo, indico, promuevo y propongo.
Me encantan los comentarios.
P'alante, Loli, que no decaiga para nada.
Besos.
O sea...qué mala suerte la de Bertrana. Anda que los nombrecitos se las trae.
Suele ocurrir en las mejores familias, que cuanto más organizas, planificas, deseas, sueñas...viene una h.p. de batería y plafff. te chafa el plan
Anda que el "o sea" final, después de chafársele todo, "es total", o sea vaya plan.
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