Déjame tras el árbol para darle un buen susto a esa niña, mami, ahora que casi amanece. Siempre se ha metido conmigo en el cole; aunque la verdad es que desde que tú y yo vivimos aquí, parece como si me echase de menos. Espérame; en cuanto la asuste nos vamos a dormir, que yo sola no puedo con la tapa de mármol.
jueves, 30 de octubre de 2008
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9 comentarios:
Qué infinita tristeza
me produce ese texto. Muy apropiado para estos días. Enhorabuena.
Brrrrrrr, escalofriante.
¿Quién duerme esta noche de halloween?
Comparto el escalofrío, pero no la tristeza. Me parece que haces creíble un mundo paralelo, mitad vida, mitad ¿?
Besos enteros.
Sí, Gabriel, yo las veo a ambas muy acomodadas y a gusto en su nueva "vida". Aunque si nos ponemos en serio, la verdad es que mejor no imaginarlo.
¡Va por Halloween! ¿Truco o trato?
Besos a todos y gracias.
Nada como encontrar tu cuento de fantasmas ahora, esta madrugada. Qué fría colcha de mármol y qué blanca a la vez; como la cara de esa pobre niña tras el susto. ¡¡¡Uhh!!!
Brrrr, caramba con la niña. Un relato ideal para este día.
Besos.
Que buenooooo! qué te gusta dar la sorpresa al final. Muy tuyo. Enhorabuena. Un beso
El relato es genial. La protagonista tiene tanta vida como la niña a la que quiere asustar, a pesar de que la puerta de su habitación sea de mármol.
Gracias a todos y bienvenida de nuevo, Elenka; me has dado una alegría. ¡Cuánto tiempo!
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