Un buen día paseando por la playa me encontré a la madre de una buena amiga mía. Nos saludamos efusivamente, pues hacía tiempo que no nos veíamos. Ella llevaba un bañador y en el centro del escote le asomaban unas cuentas de madera. Le dije que igual se le había caído el collar y entonces tiro de él. Para mi sorpresa se sacó un gran rosario que, me confesó, portaba para rezar a ratos cuando se cansaba de hacer el crucigrama de un librito enrollado, que también llevaba en el escote acompañado de su bolígrafo correspondiente. Perpleja me quedé cuando sonó su móvil, que por supuesto se sacó de allí también, perfectamente acomodado junto a un pañuelito doblado con las llaves del piso dentro. ¿Llevaría tambien la sombrilla y la minibutaca?Con un escote así, ¿quién necesita bolsa playera?
martes, 30 de junio de 2009
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9 comentarios:
¡Ja, ja, ja! ¡Hija mía, qué capacidad de escote!
Me ha encantado, Inma, porque me has ido llevando poco a poco, con una sonrisa cada vez más grande por tu relato, hasta acabar en una gran carcajada. Con qué naturalidad has sabido sembrar el humor. Enhorabuena, porque esto es muy tuyo.
Se presentan por sí mismas varias opciones, la mayoría dirigidas al bricolage más que a la sobredimensión de la cobertura cardiopulmonar.
Tiemblo si esta señora propone pagar a escote en una comida.
Coincido con Isa en el magnífico ritmo creciente de tu relato, con un final que plantea la figura de la súper heroína Womanbeach, una mujer capaz de llevar la playa en el corazón. O bastante cerca.
Besos y gracias por el relato.
Jajajaja.
¡Qué escote tan inmenso! ¡Y qué ordenado!
Así cualquiera va tranquila a la playa.
Es buenísimo Inma. Comienza inocentemente, sin pretensiones y das en todo el centro (del escote también, claro). ¿Tú ves? Esa capacidad volumétrica de almacenaje nunca llegaré a tenerla.
Yo tampoco Loly, nosotras seremos siempre de bolsa playera aparte. Gracias a todos por vuestros comentarios.
Inma coincido con los comentarios de los compañeros. esun relato tan impresionánte como la capacidad de almacenaje del amplio descote. Un beso de Paquita
¡Me ha encantado! Lo que no nos cuentas es si la señora tiene algo de chepa, porque con tanto almacenaje será probable que se resienta la espalda.
Un besote,
Luisa
Es un relato trepidante, Inma. Desde luego, me quedo perplejo de las cosas que sacas de tu cabeza, tan útil a la vez que profunda, como el escote de la señora. Me la imagino en la orilla, hablando contigo, y tú con tu cara de sorpresa, y ella tan feliz en su playa. Cúantas señoras así me han hecho a mí feliz de chico, por su naturalidad y fuerzas para vivir y llevar, por igual, divertimento veraniego y ese pañolito doblado con llave incluída que me ha enternecido. Qué gracia, me imagino hasta el estampado del bañador. ¡Eres la bomba veraniega!
Pues lo mejor de todo es que es verídico. Existe ese escote. Buscadlo en la playa.
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