Cuando nací,
mi padre pintaba la noche
con la luz de sus anhelos.
Mi madre,
abrazaba su vientre
mientras mecía su barca
con canciones y esperanzas.
Cuando nací,
la noche se llenaba de estrellas
y el corazón de mi padre
galopaba por senderos de mañanas.
Cuando nací,
ví los ojos de mi madre
y sentí las manos de mi padre.
9 comentarios:
Qué forma más bonita de dar las gracias por haber nacido.
Me ha llegado al alma, Beli.
Un beso.
Un canto al nacer, unidos por el cordón y las manos. Ojos de celebración para una hija.
Gracias también a tí, Beli, por acordarte de un bicharraco un día
de verano, con noche de estrellas, como la de tu poema.
Sentiste las manos de tu padre y lo que importa es que puedes seguir sintiéndolas. Precioso conjunto foto-poema.
Supe, al ver la imagen, que esas eran las manos de tu padre, antes incluso de ver que se trataba de una entrada tuya. Estoy de vuelta. Besos.
Las manos de un padre, las de una madre... A mí siempre se me ofrecieron incondicionales.
Cálidos saludos de vuelta, me alegra estar aquí leyéndoos de nuevo.
Gracias a todos, por deteneros unos minutos y leer este canto a aquellos que tanto me quieren. Nos quieren a todos.
Gracias sobretodo a Clea. Bienvenida
Espero que disfrutes entre nosotros
Gracias Beli por la hermosura de tu poema. Me ha alegrado el duro regreso. Lástima que en la foto no pueda aparecer la mirada de tu madre llena de orgullo cuando te vió por vez primera.
¿Es posible algo más hermoso? Espero que se lo hayas leído a tu padre y se sienta alegre por tener a alguien como tú a su lado.
que hermoso poema Beli de verdad que me ha emocinado, que exquisita sensibilida derrochas, gracias por este regalo que nos haces un beso
Paquita
Se tiene que sentir uno la mar de orgulloso cuando una hija le dedica un poema lleno de tanta belleza y tanto agradecimiento.
Gracias a tí Beli por haberlo compartido.
Un abrazo
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