Hace un mes asití a un curso. Eso no es ninguna novedad digna de reseñarse qui, pero sí el tema del mismo. En él, durante tres días, todos los participantes "hicimos el payaso". No, no perdimos la cabeza ni la cordura ,muy al contrario, intentamos aprender(y algo creo que aprendimos) sobre como transitar por el camino de la ternura.
La mayor parte de nosotros eramos enfermeros. A diario, nos enfrentamos al dolor del otro, a su deseperanza a veces, a su rabia, a su ira en ocasiones. Y allí estabamos, en un pueblo hermoso y tranquilo de Sierra Mágina, cargándonos de ese medicamento que les pudiera mejorar su día a día, y también con ello el nuestro: la ternura, la sonrisa...la esperanza.
Acercárnos al otro, a esa persona que tenemos junto a nosotros, mirarlo a los ojos, acariciarle, despojarnos de condicionamientos y hacerle sentir que no está solo. No hay nada peor que sufir en soledad, que marcharse en soledad.
Transitar por el camino de la ternura... ¿aprendí? no es fácil, pero lo intento a diario.
5 comentarios:
Espero si algún día caigo enferma que puedas consolarme. Tú de por sí aportas ternura sin necesidad de cursillo. Suerte tienen tus "enfermitos". Ahora bien, si caigo malita... ¡no te pongas nariz de payaso!¡me asustan!
Veo que ya terminaste ese curso que cuando menos podía resultar curioso. Ya nos contarás, porque me da la sensación de que ha debido de ser de lo más enriquecedor y dice mucho de ti que hayas hecho algo así en pro de tu trabajo diario, aunque creo que también te habrá ayudado a ti como persona. Cuánto necesitamos esa nariz de payaso y en momentos como los que describes me parece toda una valentía llevarla puesta. Sin embargo yo siempre he visto esa pelota roja en tu nariz, tu carácter envidiable así lo manifiesta. La foto tiene mucha fuerza. Es preciosa.
querida Beli te imagino en ese tierno cursillo aportando la dulzura que te caracteriza. No se en que pueblo habras estado pero si ha sido en sierra mágina es cerca de dnde nací y pasé mis primeros años Un beso fuerte Paquita
Yo envidio y agradezco cualquier ventana que se abre para que la ternura entre.
Y celebro que haya gente que, si hace falta, quita las puertas a esas ventanas.
Gracias por compartir vivencias tan grandes como esta.
Un beso grande.
Sabes muy bien que me hubiese venido de perlas hacer ese curso contigo, aunque sólo hubiese sido para poder llevar mejor algunas "cosas". Me encanta la foto, me encanta la entrada y me encanta tu espíritu lleno de dulzura (más incluso de la que pueda aparentar). Un beso.
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