Hoy me quedé un rato mirando a un hombre en la playa. No, no era un “cachas” de los que te alegran el paseo mañanero. Se trataba de un enorme tipo, rojo como un cangrejo, sin camiseta, medio apoyado en una gigantesca nevera y rodeado de multiples bártulos que parecía hubieran tirado allí en medio sin paracaídas. No disponía de gorrita, sombrero ni sombrilla. Parecía muerto. Al sentirse observado abrió sus enormes ojos rojos y nuestras miradas se cruzaron. Estaba vivo. Pude continuar el paseo. Al menos tenía una neverita.
domingo, 9 de agosto de 2009
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3 comentarios:
Señores de ese porte se ven con frecuencia enlas playas, son ejemplares algo raritos la verdad,
pero existen. Un beso
Paquita
¿y qué es una playa? jajaja
Desde luego, si en algún lugar se encuentran tanatos "elementos" originales, ese lugar es la playa. Hqay de todo cuanto uno pueda imaginar, ...y MAS
Bueno, disfruta de la playa, carga pilas y a seguir retratando ese "mundillo" playero que visitas a diario.
Un beso con sabor a mar
Creo que has retratado bastante bien a uno de los personajes que podemos ver en nuestras playas españolas. Con el tema de la playa has abierto un camino que estás recreando muy bien. Un beso.
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