Campanas de boda tocan
en el barrio de Triana:
se casan Pablo y María
en la iglesia de Santa Ana.
Suena la marcha nupcial,
porque la novia ya llega;
el novio, con ilusión,
al pie del altar la espera.
Cuando se dan el sí quiero,
se miran ilusionados,
porque, desde ese momento,
sus sueños ven realizados.
Termina la ceremonia
y descienden del altar;
ya comienzan el camino
que juntos recorrerán.
Os deseo que sea largo,
lleno de felicidad,
que permanezcáis unidos
con amor para afrontar,
los escollos y barreras
que os podais encontrar.
Pero id siempre de la mano
al unísono marchar;
lo desea vuestra abuela
que os quiere de verdad.
6 comentarios:
Hióle esas abuelas valientes y llenas de vida que entienden mejor que nadie la ilusión de los jóvenes.
Un poema lleno de cariño, un empujón de ganas de vivir.
Y un beso.
Oye, yo también me casé allí.
Qué buen regalo, Paquita, esas palabras, una vez más,llenas de sabiduría. Cuánta razón llevas.
mM uno a Isa,un hermoso regalo cargado de sentimientos y un poquito de experiencia.
Besitos, abuela poeta
Verdad, qué bonito regalo de manos de su abuela para un día tan especial. Todo lo une el amor. ¡Vivan los novios, y la abuela! ¡Mucho arroz!
Tus nietos pueden sentirse dichosos con una bendición tan hermosa.
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