Cuidado que ladro, y es acto reflejo:
inercia de instinto animal.
Cuidado que gruño y, si me tocas,
desabróchame el genio, digo el collar.
Dominará a la bestia
quien le introduzca su mano en la boca
y le acaricie los surcos del paladar.
Sólo entonces la fiera
disfrutará su galleta, pero has de saber
que querrá más.
No tengas miedo, que hoy
no te hago nada: estoy perro.
Cruza mis mandíbulas,
sigue las líneas del cielo.
Furia. / Foto: Ely Rodríguez. |
5 comentarios:
¡Albricias y rimbombancias! y rásguese el velo blanco del templo, el que siempre guardamos recién comprado para cuando aparece nuestro poeta. Y encima, se trae una de sus canciones bajo el brazo.
Don Lorenzo, aquí un ratito.
Abrazos.
¡Qué suenen trompetas, violines y panderetas!
¡Qué el cielo se abra y derrame luces malvas a la tierra!
¡Que ha vuelto el hijo prodigo, el malabarista de las letras!
Pero, ahora dice que es perro, asi que, acariciémoslo para que no abandone el hogar y el fuego.
Me acordé de Amores Perros, de su tema, de Antonio Vega...
Bueno, aquí lo dejo, con permiso.
:)
http://www.youtube.com/watch?v=OUSFSEIZrx4&feature=related
Yo quiero acariciarle a esa fiera los surcos del paladar. Simplemente para disfrutar del alma noble que encierra.
Me alegra volver a tenerte aquí. "Sigue las lineas del cielo" con nosotros.
Un abrazo (como el del otro día).
¡Qué me gustan tus versos!Llevan fuerza, dulzura, intriga, entrega, enigmas...Y lo estar perro para dejarte querer, pero solo al valiente que sea capaz de meterte la mano entre los dientes me parece genial! un besazo, amigo. La foto ilustra a la perfección el poema.
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