No se ni cuándo ni cómo
yo me enamoré de ti,
pero sí que desde entonces
estoy en un sinvivir.
Sin vivir si no te veo
y si te veo no vivo,
porque queriéndote tanto
no puedo vivir contigo.
Y me empiezo a preguntar
qué delito he cometido
para, queriéndote tanto
merecer este castigo.
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Dedico este madrigal
a tu carita morena,
porque, sólo con mirarla,
olvido todas las penas.
6 comentarios:
Vivan los madrigales de amores, que suenan como amanecer, pero un poquito antes: el tiempo de rondar a las niñas bonitas.
Hióle ahí.
Besos.
¡Es bonito el madrigal de amores imposibles!
Paquita, has descrito la situación trágica que supone vivir un amor imposible, de la forma más amable. Hasta simpática, diría yo; y con una dulzura inmensa.
Un beso.
Paquita cuando te veo, cuando te leo, siento con más fuerza aún lo que toda la vida he pensado: que una siempre es la misma, son los años los que pasan. Dime que es así, anda.
¡Más vivas para los madrigales que dejan alegría a su paso por este blog!
Besos.
Gracias por vuestras cariñosas
opiñones,Gabriel,Inma,Isa,Clea,
Isa si, tienes razon,la persona es
siempre la misma, yo, si no me miro
al espejo creo ser aquella niña
que aun llevo dentro, sí, son los
años los que pasan puedes estar
segura, un beso Paquita
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