NOVENTA Y CINCO
Caminaba por la calle cuando comenzó a llover. Al principio me dejé envolver por una lluvia fina, lágrimas de ángel tal vez, pero el cielo comenzó a regar la tierra con fuerza. Y yo, que había ignorado las previsiones meteorológicas confiando en mi suerte, me sentí mojada hasta el alma. Mis ojos, que hacía tiempo habían olvidado el color del mar, se convirtieron en caracolas y guardaron en ellos todo su sabor, toda su brisa, todos sus sueños.
Caminaba por las calles y recordé de pronto la monótona voz del locutor de radio "hoy existe un noventa y cinco por ciento de probabilidades de lluvia" y comencé a reír con carcajadas sonoras, contagiosas. Fuí una ilusa al confiar en mi suerte, en mi cinco por ciento de probabilidad.
Caminaba por la calle... y me mojé, ¡cómo me mojé!, pero me sentí reconfortada al comprobar que mi suerte, mi cinco por ciento de suerte, se había convertido en río, en un río que busca el mar.
Miré hacia dentro, hacia ese mundo oculto a las miradas. Todo en mí se replegaba, mi cabeza, mis brazos, mi tronco, mis piernas... y al final me uní a mi suerte y encontré el mar.
Caminaba por las calles y recordé de pronto la monótona voz del locutor de radio "hoy existe un noventa y cinco por ciento de probabilidades de lluvia" y comencé a reír con carcajadas sonoras, contagiosas. Fuí una ilusa al confiar en mi suerte, en mi cinco por ciento de probabilidad.
Caminaba por la calle... y me mojé, ¡cómo me mojé!, pero me sentí reconfortada al comprobar que mi suerte, mi cinco por ciento de suerte, se había convertido en río, en un río que busca el mar.
Miré hacia dentro, hacia ese mundo oculto a las miradas. Todo en mí se replegaba, mi cabeza, mis brazos, mi tronco, mis piernas... y al final me uní a mi suerte y encontré el mar.
7 comentarios:
Preciosa crónica de una reportera intrépida, sin ninguna previsión meteorológica; precioso final y una maravilla el trozo de naturaleza que nos regalas. Dime dónde se encuentra esa hermosura.
Un abrazo.
Está muy bien hecho el recorrido a lo largo del relato. Me gusta tu agilidad escrita de una idea, en este caso tan clara, para comunicar cómo se busca la libertad, el aire limpio, el agua primera en la cara.
Relatos tan directos como éste explican por qué se cuentan cuentos desde hace tanto tiempo: para emocionar, para encandilar y para compartir momentos de magia.
Un beso.
Esta hermosura está al alcance de nuestra mano,en Cantabria. Aqui comencé a grabar como el mar iba ocupando la arena. La zona es preciosa, para llenarse el alma de paz y luz.
A mí me ha gustado este pequeño vídeo del mar. Así me despejo de otras cosas...
...pues sí q hay q ser optimista Beli,ja,ja. Me encanta la frase final y el vídeo, claro, por los recuerdos d momentos de paz compartidos en Noja.
Tu hermanita
¡Qué guay el video!¡Dan ganas de meterse a pesar del frio! Me gusta el ritmo del relato y la búsqueda de libertad. Es muy bonito.
Un cinco por ciento de probabilidad bien soñado, bien recorrido desde el río de la acera hasta el mar que nos muestras, con su electrizante sonido.
Un beso, intrépida reportera.
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