Tengo finales con penas,
donde al bueno encierra el brujo,
abraza a la chica buena
y gana el mal sin tapujos
hacia el final de la escena.
No me quedan los felices,
se han terminado las balas
para cazar las perdices
o le han cortado las alas:
a ver quién va y se lo dice
a las buenas o a las malas.
Hablo del lector, el fiel
atado a la trayectoria,
que no quiere ver la hiel
en colofones sin gloria,
acostumbrado a la miel
para acabar las historias.
Os convoco para eso:
quiero ese broche de plata,
la estampa final del beso
de la chica y el pirata,
o la libertad del preso.
Contad poemas y cuentos,
romances, odas, canciones
de las que llevan los vientos
o anidan en los rincones.
No van a triunfar los buenos
sino en vuestra compañía,
que devuelve la alegría
con esos versos serenos,
cantos y fotografías.
4 comentarios:
¡Buena tirada de guante, amigo! Así no hay quien se resista.Prometo intentarlo esta misma tarde y si mi inspiración no llega, la llamaré por teléfono. Un besazo.
¡Vaya poema chulo! Tan lleno de ritmo y parece que te haya salido del tirón, sin esfuerzo.
Pero eso de que te hayas quedado sin finales, ya sean felices o de los otros, no cuela ¡con la cantidad de imaginación que derrochas!
Un abrazo.
Gracia,s Mac, por pasarte por aquí, tu casa y darle un empujoncillo a leernos.
Un abrazo
Acabo de ver este poema y he sentido mucho no haberlo visto antes; pero me quedo con lo bueno: me he puesto las pilas antes de leerlo.
Siento tu espera, Gabriel. Procuraré que, de haber otra (intentaré que no), no sea tan larga.
Un beso.
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