Los cinco fuimos útiles hasta que dejamos de
serlo. Nuestro ejecutor, el chivato Morlaine, se cargó a mis cuatro compañeros
del comando cuando supimos demasiadas cosas. En realidad ha sido así siempre.
Ninguno de ellos pudo soltar la cápsula. Sus
muelas parecían soldadas y no pudieron tener una buena muerte.
Cuando supe la fecha para freírme en la silla
eléctrica como al resto, llamé a Sherley. Le dije que mi último deseo sería
besarla y ella accedió.
Antes, llamé a Morlaine para hablar con él.
-Eres lo menos que se fabrica en seres humanos,
-le dije antes de que se sentara- y si me soltaras una sola mano no me durarías
un asalto, triste soplón.
Vino hacia mí y descargó su puño en mi cara.
Por fin.
Pedí como último deseo besar a Sherley. Me lo
concedieron.
Fue un beso de los buenos y conseguí lo que
quería.
Morlaine, mientras me humedecían para
electrocutarme, vio pasar a Sherley. Imaginé su intención.
-No serás capaz, maldito puerco, -le dije rechinando
los dientes.
Agarró a Sherley delante de mí y la besó con su
mal estilo, su forma tosca de hacer las cosas.
Sherley tuvo tiempo de sobra para escupir la
cápsula de cianuro dentro de su garganta, sin que pudiera evitarlo.
Murió con rapidez, sin poder evitar ver mi
sonrisa.
Su ansia de acapararlo todo, incluida la clave
de ocho dígitos que activarían mi ejecución con el nuevo modelo electrónico de
silla, me libraron ese día de acabar tostado.
Sherley sonrió. Yo también.
Dicen que lo mío, sin el testigo principal,
puede ir para largo. Y que puede haber apelaciones.
De momento, he vuelto con los comunes y tengo
opción de salir para ver a Sherley dos veces por semana. Igual que antes,
cuando me dedicaba a ese trabajo tan raro para los del gobierno.
No estoy tan mal.
3 comentarios:
Cada vez que leo uno de tus relatos, la pregunta que me asalta siempre es la misma
¿Cómo haces para hacer tan buenos relatillosConsigues tu objetivo en dos puntazos.
¡¡Eres bueno, canalla!! y tú sabes que te envidio,jejejeje
¡JA!
¡Los buenos siempre hemos sido más listos que los malos! Y tú pones a cada uno en su sitio en tus relatos.
Y una sale de ellos agradecida porque se hace justicia, jeeejjj
Besos
:)
Hasta un momento tan negro eres capaz de convertirlo en algo medianamente jocoso, o amable cuanto menos.Siempre me haces pasar un buen rato. Un besazo.
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