El pájaro Hatchyschys, (stornudatus repetitae), capaz de moquear a sus víctimas, gusanos,
mosquitas muertas (esas que dicen que no pican, pero vaya que sí) y caracoles
desconchados por falta de mantenimiento en la fachada. Este pájaro de cuatro
halas (muchos al verlo dicen ¡hala! hasta cuatro veces), natural de la Isla
Skalophrios, sufrió un desequilibrio ecológico insuperable cuando el piloto
Morgan Zúa dejó caer sobre su isla seis mil cien paquetes grandes de kleenex de
doble hoja y fácil apertura, algo para lo que la especie no estaba preparada.
El encargado, (homo
confiabilis laborum), normalmente llamado Paco, evolución en el tiempo del
niño de los mandados, (mozus per tutto),
de nombre inicial Paquito. Persona que sabe dónde se ponen las cosas, cómo se
paga algo, el ángulo del coscorrón aplicable al cogote del niño que da patadas
a los sacos de patatas o a las modernas básculas electrónicas. Persona que
siempre está cuando el jefe nunca está. En los últimos tiempos, esta especie de
romántica tradición ha sufrido una invasión de advenedizos trajeados y sonrientes,
(pijiyupis corbatilis), que a base de
base de datos han conseguido que se pierda la idea de que una empresa es
emprender algo, no siempre consistente en presionar. Pacojonarse.
La tita Tati solterona (tati titis sinnovius). De nombre habitual Hortensia, en los últimos
muchos años ha mandado exactamente –y con gran precisión- al guano a sus
hermanas y, salvo un imprevisto grave, que dichas hermanas cuiden a sus propios
hijos. Aunque sigue comprándoles algún que otro regalo y teniendo sus
detallitos, ha dejado de llenar el frigorífico a cambio de compañía aburrida en
casas ajenas y ha redecorado su pequeño
y coquetón pisito, donde más que menos noches a la semana, con o sin
video provocón, se pega unos repasos con el del butano, un tal Josefo (rudus bombonae) que, aunque de
conversación limitada, la pone al día en cuestiones varias.
El cura que todo lo cura (reverendus curatoris universi). De doble carrera porque hizo ATS
antes de ordenarse sacerdote, ha dejado el doble trabajo y cedido parte de la
sacristía al nuevo practicante, de nombre habitual Luis Carlos (pinchatos asepticus), mientras a éste le
pintan su consulta. Así, por las tardes, el pater mejora sensiblemente en su
partida de dominó gracias al siestazo que se endiña después de comer y el obispo
no le reprende por ver un exceso de culos a diario (moderatio traseris vidi, correctus est).
El chori enjuto, (atracator vulgaris), de pantalón embutido, habla lenta y sílabas
mal encadenadas, navaja en general sin abrir, nos pedía la bolsa o la vida,
después el peluco y hoy un paquete de acciones que coticen en el IBEX 35. Esta
especie, que antes tenía tiempo para comentar lo mal que estaba todo, ahora,
que todo está mal, sólo piensa en limpiar polvo blanco que se acumula en
pequeñas rayitas. NO tiene más aspiraciones, lo que le hace frío y le
deshumaniza, llevando su vida y su profesión al más grande de los descréditos.
Ni cuenta en los bancos le abren al pobre.
2 comentarios:
Afortunadamente, andan en extinción todas esas especies algo extravagantes, pero que con tu toque de chispa magistral se hacen incluso creíbles? (como el pájaro mocoso) bueno, otras no tanto pero igual de encantadoras, como el cura que todo lo cura, jajaja! y hasta con el latín te atreves! cad especie merece comentario detallado, porque ese chorizo no tiene desperdicio, y la solterona y el butanero dan para toda una historia de amos de las buenas. un besazo!
JE.
Invita usted a la risa. Por todo lo alto.
Y yo lo agradezco.
Irreparable, el destrozo del tal ganzúa.
¡¡¿¿moderatio traseris vidi, correctus est??!! ¿Cómo se puede escribir una cosa así?
:))
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