martes, 13 de noviembre de 2012

Tormenta


Me senté para sentirme
tranquilo y despreocupado,
en un banco, sin dormirme:
sólo por estar sentado.

Mi paz desapareció
en brevísimos instantes,
por culpa del detonante
trueno que no oscureció,
pero sí que ensordeció
al público paseante.

Para mí que era alemán,
hecho al ruido tormentoso
de rayos escandalosos:
sonó como “¡RRRRtaplán!”

Emergió de fuera adentro,
tono grave y aumentando,
con el asiento temblando
debajo del epicentro.

No giré el cuello en seguida,
por el furor contenido
del sismo no interrumpido
y las ondas mantenidas.

El furor pareció irse,
pero vino con el viento
algo que cortó el aliento
y no era para reírse.

Tranquilo como quien dice,
como quien no ha roto un plato,
no se disculpó del flato
y se tapó las narices

El tipo rió con saña,
y enturbió las relaciones
entre nuestras dos naciones,
pues con esas emisiones
tiritó el Banco de España.

5 comentarios:

Peneka dijo...

¡¡Eres bueno porque lo eres, canalla!!
¡¡Qué bien empezar un día como hoy, tan cargado de pesares, con una buena carcajada!!

Yo, de congreso, a exponer y a defender mi pequeño Hospital, que ahora es lo más GRANDE.

Besitos y mañanas cargadas de esperanzas.

Gabriel dijo...

Todavía más bonito es que estés por aquí, preciosa.
Un beso y a por ellos.

Clea dijo...

JAAAAJJJ.
Con lo tranquilo que tú estabas...
¡Un guarro el deutsche ese!

inma dijo...

Pero que bueno! Te superas a tí mismo, sin duda. Eres capaz de escribir un poema de algo tan prosaico, me encanta, de verdad.

adela dijo...

no hay manera, mas elegante,
de describir un olor
a veces tan cargante
El autor de este hecho
fue un tunante
que dejo escapar
un gaz tan aficiante
sin saber que a su lado
habia un poeta
que lo calò al instante.