domingo, 24 de marzo de 2013

Notas.


Aquel día, algo después de nacer, en que comenzamos a preguntar sin saber aún cómo ofender, nos convertimos en científicos inocentes, que era como decir ciudadanos libres. Cuando hicimos preguntas menos sencillas, se nos echó del Invernadero y la Ciencia de hojas sueltas se pasó a ser religión de un único libro; encuadernado.

Y así estamos. 


Cansada por la constante pérdida de uno de sus zapatos, Cenicienta se calzó unas cómodas zapatillas de baile para otra noche especial de primavera en el palacio del Príncipe. Su vestido y su sonrisa iluminaron la fiesta. Pero nadie le advirtió del cambio de hora. 

En el confesionario, el asesino escuchó las palabras finales del cura y, tras deliberar con su conciencia, dio la absolución al sacerdote.


Doña Araceli Basurte, natural de Eslovaina, dedicó su vida a coleccionar hijos de distintas tallas, colores y caracteres. Si paría mellizos, o incluso tres iguales, podía cambiar uno o dos de ellos por algún repetido de doña Ana Baptista Sócrates, otra de las grandes –y reconocidas- especialistas en la materia.

El tanque rusísimo modelo Kgón22 hizo su presentación en la feria de máquinas de Oleaitugrado el pasado lunes. Como demostración de su precisión en la localización y destrucción de objetivos, su tripulante, la comandante Tatiana Karetof, voló por los aires el chalet que el ministro Karetof acababa de decorar para su secretaria secreta, Davidova Bobadavinsk, la cual apareció con un tenue canesú azul celeste junto a la veleta de la catedral.

La mujer que te mira  en el bar inicia el juego. Tú te levantas y avanzas hacia ella, como el Primus Inter Pares. Gracias al estallido de tu frente con el inmaculado separador de cristal mientras se sienta a su mesa otro elegido con la mirada que te arrogaste como propia, la confusión se deshace poco más o menos, pues tú, al caer y levantarte, ves tu gabardina en el suelo, la recoges y te vas.

Las estadísticas no dicen nada. Los números no cambian. Las opiniones no existen. Sólo pasan las cosas porque algo tiene que pasar y  porque no hacemos las que sí deberían modificar las estadísticas, utilizar los números para contar y medir y, así, tener criterio para opinar un poquito por encima del disparate.

El pájaro de oro no es una leyenda. Está preso en una jaula de hierro oxidado, en algún lugar del paralelo 23. Llevamos muchos años intentando cerrar el intercambio y poner en su sitio al pajarraco negro, el que lleva ocupando ese tiempo la jaula de oro sin cerrar, en la que entró con protestas, pero de la que ahora tiene miedo a salir.

El gran Jefe Cherokee José Luis Montemayor Valdivielso, mentor y director financiero de su tribu, firmó una cuenta de crédito de mil millones de dólares en bonos convertibles a sus compatriotas con la garantía de la temporada de búfalos de sus tierras. Ese año hizo tanto calor que los búfalos se desprendieron de sus pieles y fueron confundidos con los concursantes de culturismo de Iowa, donde sirvieron de garantía para unas acciones que sus gobernantes querían endosar recíprocamente a los Cherokees, en una operación financiera impecable. En el mismo lote de valores al alza, se incluyeron dos millones de gallinas futuras, es decir, unos treinta huevos blanquísimos con un porvenir indiscutible. La Comisión Nacional de Vigilancia y Control del Mercado de Valores Garantizados, estricta como siempre, exigió el color verde limón como el único a utilizar en la emisión de los certificados de los títulos, tanto los extendidos al portador como los nominativos. Hoy mismo le he dicho a mi gestor que adquiera en mi nombre un millón de papelitos de éstos, aunque tenga que matar en el parqué. 

El dúo de guitarristas formado por Olegaria Divoice y su prometido Hepberg Mogadiscio actuó ayer en el teatro Cidad, interpretando la pieza Péinate Mejor, Cloe, de Estanislav Adora. Reseñamos la especial limpieza del toque, así como la austeridad general del espectáculo, demostrada con el uso de una sola guitarra para los dos intérpretes. Según se desarrollaba la obra, uno ponía las manos en el traste (el palo) y el otro garrapiñaba (rasgueaba) o le daba con las uñas muy deprisa (punteaba). Lo bonito era ver cómo se levantaban y sentaban de la única silla del escenario.



1 comentario:

inma dijo...

Ya lo has hecho de nuevo amigo. Son tantos relatos diferentes que cuesta mucho hacer el comentario por lo variado del tema. Lo que sí te digo es que me has hecho pasar un buen rato con esas notas divertidas. A destacar la rusa del Kgón 22 con sus ataques de celos peligrosos.
El primero inocente y duro a la vez. Muy bonito por la libertad a medio conquistar de la corta edad.
Jocoso el de la cenicienta por fin liberada de aquellos odiosos zapatos y del reloj opresivo.
Divertidísimo el de los indíos, búfalos, y bonos convertibles., jajajaja
Dificultoso de comprender el del pájaro de oro ¿?
Y el último...jajajaja ¡que imagen tocando dos en la misma guitarra.
Felicidades por tantos relatos y tan buenos momentos que nos ofreces.