Aquel
día, algo después de nacer, en que comenzamos a preguntar sin saber aún cómo
ofender, nos convertimos en científicos inocentes, que era como decir
ciudadanos libres. Cuando hicimos preguntas menos sencillas, se nos echó del Invernadero
y la Ciencia de hojas sueltas se pasó a ser religión de un único libro;
encuadernado.
Y
así estamos.
Cansada por la constante pérdida de uno de sus zapatos, Cenicienta se calzó unas cómodas zapatillas de baile para otra noche especial de primavera en el palacio del Príncipe. Su vestido y su sonrisa iluminaron la fiesta. Pero nadie le advirtió del cambio de hora.
Doña
Araceli Basurte, natural de Eslovaina, dedicó su vida a coleccionar hijos de
distintas tallas, colores y caracteres. Si paría mellizos, o incluso tres
iguales, podía cambiar uno o dos de ellos por algún repetido de doña Ana Baptista
Sócrates, otra de las grandes –y reconocidas- especialistas en la materia.
El
tanque rusísimo modelo Kgón22 hizo su presentación en la feria de máquinas de Oleaitugrado
el pasado lunes. Como demostración de su precisión en la localización y
destrucción de objetivos, su tripulante, la comandante Tatiana Karetof, voló
por los aires el chalet que el ministro Karetof acababa de decorar para su
secretaria secreta, Davidova Bobadavinsk, la cual apareció con un tenue canesú azul
celeste junto a la veleta de la catedral.
La
mujer que te mira en el bar inicia
el juego. Tú te levantas y avanzas hacia ella, como el Primus Inter Pares. Gracias
al estallido de tu frente con el inmaculado separador de cristal mientras se
sienta a su mesa otro elegido con la mirada que te arrogaste como propia, la
confusión se deshace poco más o menos, pues tú, al caer y levantarte, ves tu
gabardina en el suelo, la recoges y te vas.
Las
estadísticas no dicen nada. Los números no cambian. Las opiniones no existen.
Sólo pasan las cosas porque algo tiene que pasar y porque no hacemos las que sí deberían modificar las
estadísticas, utilizar los números para contar y medir y, así, tener criterio
para opinar un poquito por encima del disparate.
El
pájaro de oro no es una leyenda. Está preso en una jaula de hierro oxidado, en
algún lugar del paralelo 23. Llevamos muchos años intentando cerrar el
intercambio y poner en su sitio al pajarraco negro, el que lleva ocupando ese
tiempo la jaula de oro sin cerrar, en la que entró con protestas, pero de la
que ahora tiene miedo a salir.
El
gran Jefe Cherokee José Luis Montemayor Valdivielso, mentor y director
financiero de su tribu, firmó una cuenta de crédito de mil millones de dólares
en bonos convertibles a sus compatriotas con la garantía de la temporada de
búfalos de sus tierras. Ese año hizo tanto calor que los búfalos se
desprendieron de sus pieles y fueron confundidos con los concursantes de
culturismo de Iowa, donde sirvieron de garantía para unas acciones que sus
gobernantes querían endosar recíprocamente a los Cherokees, en una operación
financiera impecable. En el mismo lote de valores al alza, se incluyeron dos
millones de gallinas futuras, es decir, unos treinta huevos blanquísimos con un
porvenir indiscutible. La Comisión Nacional de Vigilancia y Control del Mercado
de Valores Garantizados, estricta como siempre, exigió el color verde limón
como el único a utilizar en la emisión de los certificados de los títulos,
tanto los extendidos al portador como los nominativos. Hoy mismo le he dicho a
mi gestor que adquiera en mi nombre un millón de papelitos de éstos, aunque
tenga que matar en el parqué.
El
dúo de guitarristas formado por Olegaria Divoice y su prometido Hepberg
Mogadiscio actuó ayer en el teatro Cidad, interpretando la pieza Péinate Mejor, Cloe, de Estanislav Adora.
Reseñamos la especial limpieza del toque, así como la austeridad general del
espectáculo, demostrada con el uso de una sola guitarra para los dos
intérpretes. Según se desarrollaba la obra, uno ponía las manos en el traste
(el palo) y el otro garrapiñaba (rasgueaba) o le daba con las uñas muy deprisa
(punteaba). Lo bonito era ver cómo se levantaban y sentaban de la única silla
del escenario.
1 comentario:
Ya lo has hecho de nuevo amigo. Son tantos relatos diferentes que cuesta mucho hacer el comentario por lo variado del tema. Lo que sí te digo es que me has hecho pasar un buen rato con esas notas divertidas. A destacar la rusa del Kgón 22 con sus ataques de celos peligrosos.
El primero inocente y duro a la vez. Muy bonito por la libertad a medio conquistar de la corta edad.
Jocoso el de la cenicienta por fin liberada de aquellos odiosos zapatos y del reloj opresivo.
Divertidísimo el de los indíos, búfalos, y bonos convertibles., jajajaja
Dificultoso de comprender el del pájaro de oro ¿?
Y el último...jajajaja ¡que imagen tocando dos en la misma guitarra.
Felicidades por tantos relatos y tan buenos momentos que nos ofreces.
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