Hola amigos. No estaba segura de que llegaría mi saludo y me ha alegrado ver que sí. Os voy ha contar algo sobre mi viaje a París.
Lo primero es que he pasado unos días
muy agradables acompañada, como sabéis, de mis hijos Lola y Miguel Ángel. Me ha gustado
mucho todo lo que he visto.
Al día siguiente de estar allí me llevé un pequeño disgusto ya que perdí el
billetero: dinero no llevaba mucho pero sí las tarjetas médicas, la del banco y fotos
para mí entrañables. Y no fue robo no, debió de ser que se me cayó del bolso al abrirlo para sacar el pañuelo. Iba yo bien escoltada con mis hijos, ya digo, ese ha
sido el único incidente, sobre todo sentimental.
El viaje ha sido cómodo debido a que
mi hija se enteró de que en los Aeropuertos hay un servicio de carritos para personas
de movilidad reducida; yo no es que no pueda andar, pero no puedo estar una hora en
las colas, así que lo solicitó y me llevaron hasta la puerta del avión, tanto aquí como en París. También en los museos había el mismo servicio, con lo cual me pusieron
delante del cuadro de la Gioconda para hacerme una foto. Qué categoría, ¿verdad?, y digo yo que para algo tiene que servir la vejez, que entre otras cosas es un
grado. Bueno queridos, os hago un resumen de este viaje y no cansándoos más
os envío un abrazo fuerte.
Paquita.
2 comentarios:
Pues me alegro de tu viaje, salvo por lo de los papeles, que nunca hay que perderlos.
Me fascina que intercambiaras tu sonrisa con la Gioconda: es el cruce de miradas más bonito que se pueda imaginar.
Sigue compartiendo vivencias y no olvides los poemas guardados, tus letrillas de tantos momentos hermosos.
Un beso.
Te imagino, Paquita, por esos campos Elíseos como una reina. Sigue contando anécdotas. Siento lo de la cartera, seguro que ya tienes otra nueva. Me alegra que las compartas con nosotros. Un besazo.
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