jueves, 30 de abril de 2015

Mi barrio

Cuando llegué, hará ya veinticinco años el próximo mayo, la mayoría de los edificios aún no estaban construidos, he ido viendo como el barrio crecía año tras año. En los primeros tiempos celebrábamos el día de Andalucía con mucho entusiasmo, en la Asociación se organizaba una comida a base de tapas que los propios vecinos preparábamos en casa. Lo pasábamos muy bien ese día. Un año invitamos a una hija de Blas Infante y se levantó una tarima en la plazoleta de la cuarta fase desde donde la presentamos a los vecinos, se marchó muy contenta, lo pasó muy bien charlando y compartiendo nuestras historias. He de confesar que no llegué al barrio con ganas, supuso para mí un desagradable cambio,   llegué triste por tener que dejar la que fuera mi casa durante tantos años y que por diversos motivos tenía que abandonar. Pero pronto me vi involucrada en la vida del barrio y en el espíritu de comunidad y amistad que se respiraba por la gran vida asociativa que tuvimos, gracias al trabajo y la dedicación de buenos vecinos y amigos que han estado con nosotros. Recuerdo la planta llena de niños y niñas jugando o saliendo con sus faldas negras a las clases de sevillanas, la biblioteca de la asociación que se formó con la colaboración de todos nosotros, las cenas de mujeres por Navidad, que daba tantos momentos de confianza: También forman la vida del barrio nuestras tiendas: el entrañable Dani, Luisa, Tejidos Barón, Papelería Ramayo, la Peluquería de Alberto,y tantos otros con los que charlamos y siempre nos aconsejan lo mejor, lugares donde no solo se compra, también se hacen amistades. 
Llegué a este barrio hace veinticinco años y un poco triste, pero pronto me di cuenta, gracias a todos, de que ser vecinos no es sólo vivir unos cerca de otros, es hacer una vida en común más participativa, más solidaria y más alegre. Por todo lo dicho no puedo por menos que sentirme contenta de vivir en esta zona de Sevilla Este que es Andalucía Residencial.

5 comentarios:

Gabriel dijo...

¡Hióle ahí Paquita!
Te felicito y te hago todas las fiestas del mundo, porque eres la mejor de las cronistas para entender la historia de la vecindad. Cómo la gente hace un pequeño pueblo de su barrio, se ayuda y se protege. Es muy bueno que nos cuentes cómo unos bloques de pisos se convierten en una buena reunión de amigos a partir del pequeño esfuerzo de cada uno.
Un abrazo muy fuerte y muchas gracias.

Paquita dijo...

Muchas gracias querido Gabriel,
con este relato me han dado un
premio en mi Asociacion de vecinos.
Y he querido que lo vierais al
menos tu y Inma que somos los que
quedamos en el blog ¿ verdad ?
Te he mandado tres correos y se
que no te llegan nose que le pasara
o que no hare bien si les esto
dimelo un abrazo fuerte ¡
¿

Gabriel dijo...

¡Felicidades!: ¡Me alegro una jartá de que te hayan premiado un relato tan entrañable!
Con esto, espero que cojas ganas de seguir compartiendo tus escritos aquí, en nuestro blog. Verás cómo éste se anima gracias a cuentos vitalistas como el tuyo.
Un abrazo fuerte y ánimo.

inma dijo...

Mi más cariñosa enhorabuena por ese merecido premio. Es un relato entrañable desde el se vislumbra un afán por hacer tuyo el barrio que de uno u otro modo te ha tocado vivir. Si todos hicíeramos eso, los barrios serían mucho más humanos y habitables. Un besazo.

Paquita dijo...

Gracias Inma por leer el breve relato que hago sobre mi barrio, es verdad como
digo, que vine triste y sin gana, pero hoy me siento contenta y muy integrada con
el y los vecinos que lo integran. Te envio un fuerte abrazo.