¡Ssssss!, no hagamos ruido, que los niños pueden oírnos. Guardemos todos los juguetitos. ¡Que vienen! ¡Que vienen!
Sí, Santiago; ya sé que eran nuestros, pero ellos los cuidan bien. Además, de todo aquello han pasado ya dos siglos.
Sí, Santiago; ya sé que eran nuestros, pero ellos los cuidan bien. Además, de todo aquello han pasado ya dos siglos.
6 comentarios:
Simpáticos niños fantasmas. Ternura y misterio.
Un beso.
Con qué ternura has hecho que esos fantasmas vivan un momento de la Navidad tan bonito.
No dejemos de ser niños...
No dejemos de jugar...
No dejemos de soñar...
El tiempo solo es una medida, que no puede ni debe detenernos
Me encantan las historias de fantasmas. Sobre todo si son juguetones y no molestan como los tuyos porque los otros... da un yuyu!!!!
A mí también me encantan tus cuentos de fantasmas, más reales y vivos que muchos de los mortales. ¿Has leído los cuentos de Guy de Maupassant?
Estos sí que me han dado miedo, casi puedo verlos.
Besos.
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