Hoy el día ha amanecido nublado y frío aqui en Copenhagen. Pasear por sus calles, ver sus edificios de piedra y esas casas de colores... me ha apenado un poco la falta de luz a la que tan acostumbrada estoy, y mi cámara se ha resistido un poco(¡¡¡qué frio hacia cada vez que me quitaba el guante para hacer una foto!!!).
Al pasar junto a un estanque he visto algo que me ha llamado la atención, en una parte los patos caminaban sobre el agua, y un pelín más allá, se zambullian en un agua que yo imaginaba helada. Ha sido muy graciosa esa estampa.
Más tarde, me he sentido durante unos minutos, como la conductora del metro de Copenhagen; éste no lleva conductor, y los asientos primeros van tan pegados al cristal que ves el túnel correr a tal velocidad que da gustirrinín.
Bueno, mañana dicen las previsiones que nevará. Ya os contaré, si es que no me quedo como una estatuilla más.
4 comentarios:
Qué frescor ha entrado en el blog por tu ventana, beli. Como buena fraguel viajera, nos traes tu postal, tu texto con sabor a pétalos de tulipán. ¡Haznos unas cuantas fotos de flores de colores! Me vienen imágenes preciosas de tu puño y letra, de tu guante suave.
Beli, qué chulo lo del tren, ¿no?
¡Quién fuera tú, con tu cámara, tu frío y tu espera a que esa nieve aparezca de una vez. ¡Adelante, aventurera!
te estoy siguiendo tu aventura por el norte, envidia sana me das disfruta tu que puedes, un besote y una "jartá" de fotos para luego poderlas ver, seguiré tu ruta sigue contando te envié un correo pero no me has contestado.saluditos
¿Aquello es como las ciudades europeas que parecen salidas de un cuento? Yo me lo imagino así. Hazte con información por si algún día vamos para allá. Aunque lo que me costaría sería lo de tanto frío. Llevarás gorrito, ¿no?
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