Entre las notas de nuestra melodía, te rescato del ayer. Te haces grande en mí. Enciendes todas las luces que yacen a oscuras y me elevo de puntillas a otro tiempo, en el que tú aún estás y del que yo no salgo, porque si lo hago, acabo de perderte.
Y quiero que sigas susurrando en mi oído nuestra melodía, intemporal y mágica, para que yo sueñe, mientras bailo de puntillas, con las luces que tú enciendes.
8 comentarios:
Es el recuerdo de un amor que sigue vivo en la memoria y que se resiste a morir mientras uno de los dos recuerde las notas de su melodía preferida.
Que no pare la música ¡es el alimento del alma!
Bravo maestra
La delicadeza, señores de la Real Academia de la Lengua, la tienen definida ustedes aquí. Para todo el que quiera venir a respirarla.
Besos grosen.
No hace falta mirar la etiqueta, tu nombre está escrito en el comienzo de la historia.
Juegas con las palabras con tanta dulzura, enlazas el ayer y el hoy con la melodia de "nuestra canción", haces del recuerdo el compás con los que los sueños se alimentan...
Me uno a Irene...¡¡¡que no pare la música!!!
Loli: gracias por tu comentario tan certero. La música nos confiere ese poder; el de hacer real en nosotros momentos ya perdidos.
LaRubia: eso de "maestra" me ha llegado al alma. Gracias por animarme.
Gabriel: Tú sí que tienes delicadeza y sabes elogiar con gusto. Gracias por tu piropo que me ruboriza pero que me encanta, "caballero andante".
Beli: Gracias por "ver mi nombre escrito en el comienzo de esta historia". Gracias por saber ver. Y vente ya "pa" Sevilla, que te esperamos "pa" el achuchón mensual; ese que este mes no nos hemos "dao".
Que se enciendan pequeñas luces, y que todas brillen al unísono al ritmo de la canción que evoca el recuerdo. El vacío confortable que se baila en cada estrofa que tú escribes. Contadora de ritmos imposibles que resbalan por la palma de la mano que te lee, que tú acaricias. Sigue susurrando siempre.
Loren, amigo mío, y tú cuenta con mi caricia siempre. Gracias por tus palabras que me hacen sentirme como una niña de los setenta, con su Nancy preferida entre los brazos. Gracias a todos por contribuir a mis ganas de darlo todo juntando frases.
Chica, qué bonito. ¿Ves? Cupido no me ha ofrecido nunca una sensación así, porque no se puede perder lo que no se tiene.
Besos.
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