Antes de apagar las luces de su laboratorio y marcharse a casa, el biólogo Charles Treptomicin se detuvo, volvió la cara hacia su microscopio y vio una minúscula gota de sangre sobre el cristal de las muestras. Para estar seguro, encendió de nuevo la luz de la máquina y ajustó los niveles de aumento.
Tras una aguda observación, sonrió: La mosca Adolfa, su favorita, se había convertido en toda una mujer.
7 comentarios:
Jajaja, Gabriel. En la primera lectura no sabía si reirme. Ingenioso. En la segunda me ha parecido hasta tierno. Jajaja. Besito.
Vaya giro que le has dado al texto. Te aseguro que no se me hubiera ocurrido un final así. Realmente demoledor.
Jeje, qué imaginación, yo lo he pillado al leer el comentario de sempiterna. Como en Verano Azul,
cuando Tito dice que Bea tiene "el periódico".
Ingenioso, como de costumbre. Pero deben de ser los calores, porque a mi también me ha costado una segunda lectura.
¿usará Adolfa, compresas con alas?¿pero, cuantás alas necesitará?
Redondo, Gabriel. Como la canción: De "mosca" a mujer. Qué tierno.
El comentario de Beli acerca de las compresas con alas es pa quitarse el sombrero. Un beso de vuelta.
¡Estamos de enhorabuena con Adolfa!
Felicita a Treptomicin.
(¿Recordáis aquel artículo que publicó Millás en El País contando la vida de dos moscas (creo que dos) que se llevó a casa en un tubo de ensayo hasta que murieron y las dejó en el jardín? Me gusta Millás. Sus artículos más que sus novelas)
¿La mosca había desarrollado o había mutado? No sé,no se...
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