Don Mendo González Puente,
Gran Conde Duque francés,
se la metió a doña Inés,
del castillo de Cifuentes,
por error, dicen las gentes.
Y al darse cuenta, después,
de que no era procedente,
puso excusas en inglés
y se largó al Penedés,
huyendo de los parientes.
Tras él fueron a caballo,
en carro e incluso a pie,
los nobles y los vasallos
para intentarlo coger,
pero él zampó que ¡un carallo
iba a pensar en volver!
Finalmente hubo casorio
por las buenas entre el duque
e Inés en el paritorio
y el primogénito, Honorio,
fue la insignia de sus buques.
En cuestión de la metida
frontal, mira tú por donde,
fuera o no fuera querida,
no traer condón fue parida
que trajo en cambio un gran conde.
Moraleja: ojo al que avisa
de correr e irse corriendo
sin la menor cortapisa:
¡ni conocer la camisa!
como le pasó a don Mendo,
por correr con tanta prisa.
3 comentarios:
En luego...no se la metió por error como pensaban las gentes.Gente equivocada. El conde sabía lo que hacía y a quien quería.Otra cosa es que tuviera que meditarlo (a veces eso pasa).
Me parece buenísimo el poema. Solo me pensaría dos veces el anacronismo del condón, pq quita autenticidad a la supuesta época ¿no?
jajajaja...
De meter la metida... un hijo se han encontrado, y una boda a toda prisa para que ese chiquillo tenga una madre y un padre... un apellido, unos abuelos paternos y como no, una herencia, que lapidar con el tiempo, entre sirvientas y doncellas.
jajajaja
He aquí una parida en toda regla,
claro está que en la época no existia el condon y claro pasaba
lo que pasaba. Genial como todo lo que escribes, un beso fuerte.
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