jueves, 20 de septiembre de 2012

Recuerdos de viajes (8).


El Cielo.

Me dirijo al más si no conocido sí más publicitado: el cielo católico. Los de la agencia querían algo parecido a un crucero pulserón con Todo incluido (una paradita hoy en el Más Allá, mañana otra en el una Mijita Más Allá Aún…, mucho video de Charlton Heston…, sin pararse mucho en ningún Paraíso concreto), pero nada más ver los precios del Valhalla me llamaron diciendo que tendríamos que ser lo menos cincuenta como para que saliera a cuenta.
Subí al  milagribus y me puse el mp3 de los benedictinos, para ambientarme.
La entrada, de entrada, bien: hierro forjado, cuatro bisagras por hoja y goznes engrasados. Llamando al timbre, te abre San Pedro desde la garita con un botón. Apenas te echa un vistazo y la mayoría de las veces no suelta ni el periódico, te sonríe desde lejos y deja que cuatro ángeles lakers de 2,15 te cacheen bocabajo antes de pasar a un saloncito. Más de una vez se cuelan los céntimos sueltos del bolsillo en unas ranuras que sabe Dios dónde acaban. Será ese poco dinero que llueve del Cielo del que tanto hablan, la Pedrea.
Lo que cambian las cosas dependiendo del sitio, oye. A mí me vuelve loco una pringaíta, con su carne, su morcilla y su tocino; pero de entrada, como iba comido, yo me había hecho a la idea de un dulcecito cuando me ofrecieron un tocinito de cielo. No tiene nada de malo, -dije- y engullí el tentempié. Riquísimo.
Aquí los archivos los lleva un Yanomami llamado Yonomellami –Yono para los amigos-, que no cree en nada malo ni bueno. Es lo mejor. Así nadie le vacila de su sistema y –a pesar de su legendario analfabetismo- no se ha perdido un papel en todo lo que llevamos de Eternidad.
Pregunto por algún santo y no es tan sencillo ni tan inmediato como me creía yo. En confidencia, me dice Yono, alguno de los que están no parecían a priori “tan” de “ser los que sí que son” y más de uno que se creía que sí era de los que son, resulta que no están. Vamos, que se han tenido que devolver estatuas que estaban terminadas, como en los Oscars.
-Pero el calendario Pirelli… -aduje como prueba irrefutable.
-Que, por cierto, las niñas que salen están de vuelta y vuelta, -dijo Yono sonriendo picarón-. Pero tiene usted razón, amigo mío, la verdad es que el santoral no  refleja el día a día.
-Entonces… -dije.
-Déjelo usted estar, -me dijo- y váyase a dar una vuelta por ahí, hombre, que se sentirá usted ligero, sin caer en lo light.
Nos abrazamos como viejos camaradas y me adentré a buscar el “Meollo”, lo que provocó que me mandaran a los servicios al pensar que me hacía ππ.
Andando por los suaves pasillos acolchados, vi a gente sonriente, amable, en su peso, vestidos con sencillez con una ropa que no pasaría jamás de moda. Gente con Todo el Tiempo por delante, algunos de ellos quejándose levemente de los horarios para desayunar.
La visión, tenue a veces, más clara en otras, era el lógico producto del reflejo del paso de distintos soles, algunos venidos desde varios años luz de distancia, lo que provocaba apagones discontinuos, a lo más de dos o tres millones de siglos. Pero nada de enchufes, aquí todo es natural, decían los de mantenimiento con un guiño.
La comida bien. Después del aperitivo engañizo pero no engañoso del principio, comimos alas de paloma con cabello de ángel caramelizado y una infusión con una nube de leche acompañada de pastelitos de gloria. Yo los huesos de santos no quise ni tocarlos y se los pasé con el pie a Lassie, que andaba por debajo de la mesita.
Después vino el plato fuerte. El encuentro con Él.
No me parecía tan alto como en las fotos, pero claro –y se dio cuenta, vaya si se dio- “eso de la semejanza se queda para los triángulos y figuras Tales” -dijo en un chiste magistral-, “Yo mido lo que me da la real gana, a estas alturas no me voy a poner cotas”. “De techo tengo el cielo, soltó”. Ya digo, un saber ser y estar por encima de Todo.
Resultó ingenioso y conciliador, porque sabía que yo no andaba muy devoto desde que nací. Pero me dio unos prospectos, hizo un par de buenos trucos (desaparecieron dos de mis caries) y me acompañó a la salida.
-Tengo alguna que otra pregunta, si pudiera ser, -le dije al estrecharse de verdad mi mano al estrechar su mano (tremenda la fuerza: debí poner nueces en medio y aprovechar para abrirlas).
-Pide hora y si puedo echamos un ratito de charla, -me dijo-. Hoy estoy liado de veras.
-Vaya por Usted, -le dije abriendo los brazos, y se dobló de la risa.
Hizo “plic” con dos dedos y lo de “viajar rápido” se queda en calzaslips  comparado con lo que tardé en estar en mi sillón, leyendo un cómic nuevo de Batman. Se lo agradecí, porque los dibujos son impresionantes.
Pues bueno, aquí ando con la chavalita de la agencia, dejando recado para que, en cuanto tenga un grupo mínimo, me vuelva a avisar. “Esto de los viajes individuales no nos sale a cuenta”, me recordó sonriente.
Al salir, esta vez sin darme con la puerta de cristal en la cara, miro la hoja de septiembre del calendario Pirelli de la pared y de forma instintiva miro a la chavalita. En silencio, me sonríe, confirma y me dedica una bajada de pestañas que me lleva el corazón al Cielo. Y sé de lo que hablo.

5 comentarios:

Clea dijo...

¡Está repleto este cielo de detalles! Me encanta. Las mayúsculas, geniales. Todas.

Te has desenvuelto con soltura, te has ganado al jefe, te han tratado bien, ¡has visto a Lassie! Nos has puesto cercano el cielo :)
Y el final, como dios manda.

Seguiremos, pues, haciendo bien por aquí abajo, que al fin y al cabo es... Y, además, es...

¡Gracias por el viaje!

:))

Gabriel dijo...

Lo que encanta es tu comentario, Clea. Gracias por acompañarme en estos viajes.
Un beso.

inma dijo...

Realmente fascinante tu ida y venida por esos otros mundos, que a juzgar por tus relatos y las agencias de viajes, pueden que se encuentren aquí mismo, a la vuelta de la esquina. Genial lo del "pipí" así escrito. ¿Én que parte del teclado se encuentra el simbolito que no lo encuentro? ¡Eres la caña!Divertido y amable a la vez. Ahora podrías visitar otros cielos...¿no? Un besazo.

Gabriel dijo...

Inma, me temo que los precios y la falta de quorum obligarán a viajes por lugares más cercanos, aunque algo más allá de Torrelodones, espero.
En cuanto a la tecla que me pides, creo que se obtiene el π dando a la tecla de la derecha de control y pulsando la p al mismo tiempo.
Besos.

inma dijo...

Gracias!