Mi niño soñó que me pedía caramelos.
Para que no soñara con caries, me dormí y le dije que no hasta la hora del almuerzo.
La madre de mi mujer, que vive con nosotros, se durmió para decir que un caramelo no le hace daño a un niño, por Dios bendito.
Soñé que esto es lo que hay porque lo digo yo y el niño se puso a llorar.
Para evitar pesadillas, mi mujer tuvo que dormirse para soñar y dormir al niño en sueños.
Al día siguiente, ni el niño fue a trabajar ni nosotros al colegio.