lunes, 8 de febrero de 2010

Cuentos Bajo la almohada (1)

Y aquel ratoncito acostumbrado a cambiar diligentemente el dientecito por un presente diminuto o bien por una monedita, logró sorprenderse aquella fresca noche de febrero.
Primero no era capaz de deshacer el nudo del pañuelito, cosa que solía hacer sin dificultad. Lo intentó. Fracasó. Lo volvió a intentar. Vuelta a fracasar. Una hora estuvo trabajando en ello. Ya era un tema de amor propio, de modo que continuó deshaciendo el nudito durante casi dos horas. Cuando por fín lo logró encontró… ¡la dentadura del abuelo!