No te pido devolver
me el gabán o el pañuelo
que tú te llevaste ayer,
al levantarte del suelo
borracha. No puede ser
declararte mis desvelos
por siempre, si es menester,
y te agarres por los pelos
con mi madre, sí mujer,
y en un minuto meter
le dos tirones de pelo
recién peinado, joder,
porque mostrase recelo
al no poderse creer
tu amor sincero, Consuelo,
¡si no te tenías en pie!,
¡si te bebiste el pomelo
mezclado con el jerez!
Sólo te pido el gemelo,
pareja par que le per
tenecía a mi abuelo
y no lo quiero perder.