lunes, 17 de agosto de 2020

EL PRIMER VERANO -QUE NO VERANEO- EN MI MEMORIA.

¡Cúanto me gustaría poder recordar, no ya el primero, sino algún veraneo infantil!

Sin embargo, en esos años no existían vacaciones, la diferencia sustancial entre el verano y el resto del año era el cambio de clima y poco más. No hacíamos nada diferente o extraordinario, al menos familias como la nuestra, trabajadores de oficios varios.
Por ello, mi recuerdo es un verano, no está ligado a algo lúdico, todo lo contrario.
Acababa de cumplir 6 años aquel 1936 y rememoro con nitidez el 18 de julio del mismo, se produjo un golpe de Estado, previo a la guerra “incivil" y que nos deparó la posterior Dictadura de casi 40 años.
Ese día, desde las primeras horas, oíamos mucha gente vociferando y corriendo por la calle.
No entendía lo que estaba ocurriendo, veía a mis padres preocupados y tristes. Ni mi hermano, de 10 años, ni yo sabíamos el motivo de aquel alboroto, pero intuíamos que no era nada bueno.
Mi padre trabajaba de portero en una cooperativa escolar llamada" Padres de Familia". A los tres días del golpe la cerraron, perdiendo así el trabajo y la vivienda.
Gracias a mi abuelo, que trabajaba en un organismo público, y a su jefe, volvió a trabajar y volvimos a tener vivienda. Al cabo de bastantes años llegué a conocer a ese señor, era una buenísima persona. 
No sólo ayudó a mi familia, también a muchas otras personas.
Así que, como leéis, fue un verano que nadie, y menos un niño o niña, debería vivir.