martes, 20 de noviembre de 2007
TAUROMAQUIA
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Decepción
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INCERTIDUMBRE.
Cuando cerró la puerta, me quedé pensando qué me habría querido decir con esas palabras:
Si era por mí, dejaría de pagar la mensualidad a mi guardaespaldas.
Si lo decía por mi mujer, ella dejaría de pagar la mensualidad a mi guardaespaldas.
Si lo decía por mi guardaespaldas, dejaríamos de pagar la mensualidad a mi guardaespaldas.
Se habían vaciado los tres cargadores, pero no sabíamos repartirnos las balas.
-Estás muerto –había dicho la tonta sin ojos de la sábana blanca y la hoz, sin especificar a quién se dirigía, antes de darse la vuelta y cerrar la puerta por fuera.
Y allí nos quedamos: los tres, callados en la habitación; ellos dos, mi mujer y mi guardaespaldas, desnudos en mi cama, sin saber quién era el elegido, qué había querido decir exactamente con esas dos palabras.
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Habló el Papa
Anoche habló el Papa y me quedé estupefacto.
-¡Ni una bomba más! –tronó.
Entendimos que ni una atómica, y un guiño del secretario personal nos lo confirmó.
La gran mesa nos dividía: Junto a él, los doce que podían pagarla. Enfrente, los doce que dependíamos del PIB para apenas dar la entrada y acordar los plazos.
De forma sibilina, los doce se acercaron al Santo Padre hasta recrear de modo fidedigno la escena de la Cena, en una coreografía perfecta.
Pero no sería tan sencillo: Traíamos popes, brahmanes y santones. Y bien provistos de escapularios y huesecillos mágicos. Incluso un zombie auténtico.
Sonriente y conciliador, se levantó y leyó el verdadero mensaje, el gran Misterio:
-Armaos los unos a los otros como yo os he armado.
Y extendió doce albaranes.
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Eso sí.
Atardece. Una mujer espera el crepúsculo para que aparezca su hombre lobo. “Mirando al cielo suceden las cosas”, se dice, ilusionada. Hasta que se da cuenta de que el Sol se ha atascado en una montaña. La mujer se desespera porque ha venido sola y no tiene quien le ayude a desengancharlo, de modo que hará lo mismo que otras veces: juntar todas las nubes posibles y formar una inmensa cubierta negra que colgará sobre los árboles del bosque. Eso sí es capaz de hacerlo, no será la primera vez.
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