jueves, 3 de septiembre de 2009

MI PIE DERECHO

Ahí está. Derecho, paciente, enhiesto. Por encima de otros que se pasan el día por los suelos. Aunque en el fondo es una pura contradicción: a pesar de los 40º del exterior se lleva todo el día abrigado, arropado a la moda egipcia. Y esta contradicción le hace sentir seguro, le hace olvidar que no cumple los dictados de su especie, le mantiene indiferente a su cuerpo magullado y maltrecho. Pero que nadie confunda su despiadado inmovilismo. No es orgullo, es precaución. Cualquier movimiento en falso se puede transformar en dolor. Y él, lo sabe. Y todo por querer ver las estrellas en una noche de verano. Y las vio, pero sin mirar al cielo.