domingo, 30 de marzo de 2008

ROJO SOBRE BLANCO

En los últimos días no he podido ver el televisor cuando los telediarios repetían una y otra vez las imágenes de la caza de focas que se está llevando a cabo en Canadá. Los que respaldan este acto encuentra su justificación en que la extensa población de focas está devorando sin medida los bancos de bacalao con el peligro de que esta especie se extinga. También hay otras razones de carácter eminentemente económico, que tienen menos base que las sustente.

Yo nunca he estado en Canadá, ni he visto a los cazadores, ni sé a cuánto está el kilo de atún allí. Ni siquiera he visto una foca en directo (bueno, creo que sí, en un parque de Madrid), en su habitat. Pero la imagen que tengo de ellas es de un ser hermoso y fuerte. Y aunque torpe en la superficie, increíblemente ágil en el agua. Esta imagen tan evocadora no quiero que se empañe con la de la persecución de un ser humano (palabra demasiado grande para él) armado hasta los dientes, cuya zancada supera en mucho la distancia de desplazamiento de la foca en la nieve.

No quiero hablar de cómo las matan. No quiero verlo, porque no quiero que exista algo así. Me da la impresión de que si lo veo contribuyo de alguna manera a que ocurra. Así sucede con la difusión de muchos hechos morbosos: su contemplación cierra el círculo. Me gusta verlas así, idealizadas entre el manto de nieve, con sus crías, peluches de algodón blanco.

Sé que mueren muchos animales a manos del hombre cada día para nuestra subsistencia. Pero así no, Hombre, así no.

DE TORNEOS Y REINOS.

-Peón cuatro rey –dijo Chorlenko, el campeón ruso, y adelantó la pieza de madera dos casillas hacia delante.

Con un elegante “clic” hizo bajar el reloj de la partida, lo que haría correr el tiempo a su favor, y sufrir a su contrincante, quien le disputaba el título.

El aspirante, Robert Joyce Chapman, tenía las ideas muy claras, fruto de informes secretos. Aunque la Reina gritara combatir hasta la muerte arremangándose las faldas, no sería suficiente porque sus amantes, los alfiles, habían difundido sus devaneos e infidelidades entre las tropas, lo que minó su moral. El rey, triste guiñapo en manos del alfil derecho, no haría sino andar como siempre, pasito a pasito, para ver cómo el ejército enemigo devoraba sus huestes, incluidos unos peones de briega constante que sólo por comer habían cambiado su recto caminar. Las torres, de materiales frágiles y baratos, se desmoronarían. El Reino estaba perdido. Sin dudarlo, desató a los caballos y levantó la cabeza despacio, para encontrar la mirada de los azules y fríos ojos del  caucasiano.

Antes de hacer su primer movimiento, proclamó la República del Tablero Cuadrado, donde la Reina sería la cantante que soñaba, los peones tendrían descanso, los alfiles volverían a sacar los contratos de construcción de edificios públicos a subasta, incluyendo las torres, los caballos pastarían libremente por el campo y el rey, el viejo rey, terminaría de leer su biblioteca. Todo ello sin renunciar, según el último Real Decreto, a una digna renta vitalicia.

Chorlenko no entendía nada a pesar de las continuas explicaciones de los traductores y abandonó la sala como campeón mundial invicto, tras revalidar su título entre unos tibios aplausos.

El aspirante, en cambio, salía a hombros, vitoreado por todos los presentes.

sábado, 29 de marzo de 2008

GIRA, GIRA


Abrazas todos mis sentidos. No me abandones. Giras alrededor de cada episodio de mi vida, poniéndole un nombre con mil formas distintas. Me ayudas a retomar imágenes casi perdidas, a plasmar sensaciones, a vestir al fin mi existencia con sonidos cómplices.

No me abandones; sigue llenando mis horas de esas mil notas, de mil colores. Déjame contar contigo, para, con las formas que me brindas, susurrar melodías al abrigo de los recuerdos.

DUP-LUP
La puerta se cerró de golpe. De repente las sombras fueron ocupando todo el espacio; donde antes habitaba la luz, ahora las penumbras dibujaban a regañadientes la figura de Laura. No supo como devolver el golpe, se quedó allí de pié, inmóvil como estatua de sal. Sabía que su corazón seguía latiendo-dup-lup, dup-lup,dup-lup-, lo sentía en su pecho, ése que de un golpe seco había roto la puerta cerrada sin previo aviso. -Dup-lup,dup-lup,dup-lup- lo oía latir, acompasado, rítmico pero solo .

La puerta se cerró de golpe. Fue un portazo seco, inesperado doloroso. Las gentes reían y reían ajenas al latido de su corazón: dup-lup,dup-lup,dup-lup.

¡Qué amargo el sabor de las lágrimas de un corazón herido!
¡Qué vacío insoportable el de unos brazos que se aferran al aire templado del adiós!

La puerta se cerró de golpe. Laura recorrió sus años de ilusiones compartidas. Ahora, sólo le quedaba recordar y mirar de frente hacia el futuro y esperar que de nuevo, la luz del sol inundara la estancia ahora a oscuras.

La puerta se cerró de golpe.

A PROPÓSITO DE UN CARTEL

Abril. Arte, feria, vuelo de volantes, azahar, vida. ¿Muerte? Sí, muerte a diario, con cita previa, cada tarde, a las cinco.

Banderilla y capote; pasodoble y clavel. Todo un ritual (no quiero olvidar las tremendas heridas de quien no está en el ruedo por haberlo elegido. Tampoco me olvido del transporte en cajones de chapa a cincuenta grados o más, kilómetros y kilómetros, durante las corridas de verano).

Espectáculo de sufrimiento que provoca en quien observa, admiración, ovación y divertimento.

Dos mil ocho. No atino a comprender qué ocurre en el cerebro de tanto intelectual aficionado a una “Fiesta Nacional” que a mí me provoca vergüenza. Creo que no hace falta que explique todos los motivos que me llevan a ese sentimiento de absoluto rechazo. ¿Por qué se ponen en tela de juicio las (para mí) aberrantes peleas de perros, ilegales, por cierto, y yo voy a morirme sin ver el fin de esta “cultura”nuestra? Quizá sea cuestión sólo de tiempo, para que surja una tradición y se pague, por ejemplo, para asistir a la “espectacular experiencia” de ver cómo dos animales se descarnan mutuamente, con el consentimiento de una gran mayoría que aplaude.

Y este año, para colmo, un cartel que, a la altura de la agresividad que todos respiramos, muestra a un toro atravesado literalmente. ¿Le parecerá poco al pintor y querrá más? No sé qué pensarán los aficionados. Yo tengo que decir que, cuanto menos, resulta a la vista, estéticamente incorrecto.



viernes, 28 de marzo de 2008

NATURALEZA MUERTA


El alquimista, desesperado, recordando días de naturaleza viva, probaba a mezclar esencias que le ofrecieran el aroma anhelado, buscado, soñado…
...Pero ya se habían extinguido las flores.

jueves, 27 de marzo de 2008

El Huevo (continuación)

¡Qué horror! ¡Este huevo no se rompe! El pollo, inquieto y sin espacio solo había podido asomar un ojito. Bueno, al menos me entra aire fresco, pensó. El espacio continuaba achicándose y lo que antes había sido su tibia cuna se convertía en prisión mortal. El pollito picaba con fuerza . Perdía fuerzas y necesitaba comer. ¡ Este huevo es irrompible!, se dijo.
El pollito comenzó un balanceo que lo hizo rodar de nuevo, con la esperanza de que su choque con alguna piedra lo ayudara. Llegó la noche.El pollito agotado y sin esperanzas se durmió. Un búho, lo vió desde arriba y pensó : - ¡Un buen aperitivo ese huevo!. Lo recogió con sus garras y se sorprendió gratamente con lo que pesaba.
A duras penas lo elevó. - Igual contiene sorpresa, se dijo. Acomodado en su rama favorita lo picó con fuerza pero sin éxito. Lo volteó, y al encontrar un huequito abierto se empleó a fondo.-¡Al fin lo logré! dijo el búho. -¡Mami, por fin te conozco! gritó el pollo. Se miraron perplejos.
Fin

martes, 25 de marzo de 2008

AFORISMOS Y COSAS VARIAS.

ALGUNOS AFORISMOS.

Si los pájaros han dejado tu casa y su nido en primavera, es que tú también eres un pájaro, chaval, y vives en un nido.

¿Por qué un número par es fácil de encontrar (conozco varios) y hallar un par de tu número es casi imposible?

COSAS VARIAS.

Cruzas la calle feliz, con los ojos cerrados. Sin una farola, ni un faro de coche. Ni semáforos. Ni una sola bombilla, ni un mechero, joén. Pero no tienes miedo. Tu urbanización de naves adosadas, a quince kilómetros del cráter Archimides, es tranquila de veras. El centro de la Luna se ha puesto imposible.

Muy bien en la lambada y algo lento pero elegante en el vals. En cambio, lamentable en el foxtrot, con todo enredado. Al menos, no en misa de nueve, padre Lucio.

Igor Donabo, ucraniano, gritaba “¡yo axilado, yo axilado, yo hospital!”. El jefe de policía aduanero le ofrecía asilo político. Igor insistía en recibir atención médica. Gracias a  Leonora Pronobis, traductora, nos enteramos de que Igor huyó de su país harto de patadas en los sobacos. La documentación, en efecto, estaba en regla.

Poñoñoño Sicarube, de Ulam Bator, se sentó con paciencia y un botijo en la puerta de su casa tras pedir al dios Blablebashtra ver la cabeza de su odiado enemigo pasar. Y lo consiguió. Lo malo es que, bajo ella, pegado por el cuello, caminaba lentamente su enemigo, que diez días antes había ofrecido un sacrificio a la diosa Klasostrabí para llegar a ver a su odiado enemigo, Poñoñoño Sicarube, sentado en un botijo e incómodo.

Deja que el lado ese de tu cerebro, el dezquierdo, te guíe sobre el malbien de tus actos impurbuenos. De este modo, tu higriñón, tu vesígado, tus prostículos y tus pulmoncreas mantendrán la armonía de tu ser. Aunque no te remataran bien las costuras, Frankie, que no se puede tener todo.

DISTANCIA DE SEGURIDAD


Y la trapecista, justo antes de exhibir el primer salto mortal de su vida, supo que no podría controlar su cuerpo, y sólo le quedó el consuelo de que el maillot blanco que llevaba, no se apreciaría desde las alturas en su nuevo y lamentable estado. El olor, tampoco.

LA MEJOR DE MIS SONRISAS
No me quedaré
pintando de negro
las paredes de mi casa.
De tu casa, un día.

No cerraré ventanas
que envenene el aire
mis recuerdos perdidos.

No cubriré mi cama
de caricias añoradas
ni miradas perdidas.

No me quedaré
pintando de negro
las paredes de mi casa.
De tu casa, un día.

Que te quise, ya lo sabes.
Que te quiero,me lo callo.
¿Para qué hablar en el silencio,
si el silencio
sólo me devuelve tu adiós?.

No me quedaré
pintando de negro
las paredes de mi casa.
De tu casa, un día.

Abriré las puertas
y ventanas a la vida,
a los sueños que nunca fueron.

Te esperaré,
pintando de color
la mejor de mis sonrisas.

No pintaré de negro
las paredes de mi casa.
De tu casa, un día.

lunes, 24 de marzo de 2008

TU COMPLEMENTO


Ayer pensé todo el día en Teresa, desde el momento en que me despedí de ella, a mediodía. Me preguntaba, mientras bromeábamos, si hoy la volvería a ver.

Ayer no dejé un solo instante de pensar en Teresa; en sus ojos sin brillo, en sus esperanzas derrotadas, y me preguntaba si mis bromas y mis risas, harían de bálsamo, para su alma.

Ayer me dijo Teresa: “Eres mi enfermera preferida.Y la única que me hace reír. Si salgo de ésta, te regalaré algo que te va a gustar”.

Hoy volví a la habitación de Teresa. Todo estaba igual, menos ella, porque ya no estaba.

Se ha ido sin mí, creo que por gratitud. Sabía que la quería y parece que hubiese preferido no causarme ese dolor.

Hoy he vuelto a casa pensando en cómo volver a entrar en esa habitación sin ella.

Hace un rato, alguien ha llamado a mi puerta. “¡Mensajería!”, ha gritado una voz.

He abierto el paquete. Una bolita roja y una hermosa peluca naranja tengo entre mis manos; también mi corazón.

He leído la breve nota que acompaña al paquete:

Para mi enfermera :

No he podido esperar a salir de aquí para hacerte este regalo y me las he apañado para conseguirlo. Me hubiese gustado llevártelo yo y tomarme ese café contigo, como tantas veces hicimos, durante varios años, entre alta y alta.

No es que te haga falta esto, pero sería ideal en ti tal complemento.
Póntelo cuando te dejen (y cuando no, también). Sería para todos la mejor medicina. ¿No te he dicho nunca que te quiero? Pues te quiero, payasita.

domingo, 23 de marzo de 2008

Hallado un fósil de la cáscara de un huevo que revela la existencia del primer ser inteligente del planeta

En unas excavaciones rutinarias en el norte de Europa, unos paleontólogos han hallado los restos de la cáscara de un huevo de dinosaurio, con un mensaje cifrado en su cara interna. Según uno de los expertos podría tratarse de un dinosaurio volador que, con la punta de sus garras, ha logrado tallar en el material calcáreo un mensaje sin precedentes. Tras varias semanas de investigación ha logrado conocerse la información que encerraba el extraño código compuesto por formas geométricas. Ésta es la transcripción del mensaje, cuyo contenido revela que el hombre no fue el primer ser racional de nuestro planeta.

“Me llamo…Bueno, no sé cómo me llamo. Es decir, sé cómo me llamo pero no sé cómo querrá llamarme mi madre. En fin, soy X. Hasta donde mi conciencia llega llevo varias semanas recluido en el interior de un huevo. A medida que pasa el tiempo me siento más incómodo. Desde hace veinticuatro horas estoy intentando romper la cáscara, pero no puedo. Estoy cansado. Tengo una pata metida en el ojo y mi espalda es casi un círculo. Así que he llegado a una horrible conclusión: no podré salir de aquí. He notado cómo mis hermanos han logrado salir de su encierro y los oigo chillar constantemente. Pero antes de morir, quiero dejar constancia de mi paso por este mundo.

Por lo que he oído del exterior creo que mi especie no es nada avanzada. Mi madre grazna y los sonidos de otros seres que me han llegado son puras onomatopeyas. Puede ser presuntuoso por mi parte pero creo que soy el primero con inquietudes que van más allá de devorar y luchar. Espero que esto lo lea alguien en un futuro, aunque viendo lo que me rodea no creo que quien lo haga sea uno de los míos.

¡Qué sensación más angustiosa! Creo que me falta el aire. Ahora veo las sombras de mis dos hermanos sobre mi cáscara, aparte de chillar no dejan de darse cabezazos entre sí. No podré desarrollar juegos de estrategia con estas criaturitas. También veo a la que creo que es mi madre, o eso me dice mi instinto. Hace días que no posa su trasero sobre mí. Mala señal.

Solo quiero que me conozcan y que sepan que conmigo se pierde un importante eslabón. Después lo justificarán todo con el eslabón perdido. ¡Aaaaaagh! No puedo escribir más. Mi cuerpo ha excedido de su contorsionismo. Cuando quieran referirse a mí, por favor, llámenme simplemente X.”


ESTO ME PASA POR ESCUCHAR MUCHO PAPITO

Me desinvierno
y ya me primavero
para preestiarme.

(Dedicado a las imposibles letras de las canciones de Miguel Bosé y a los que disfrutáis con ellas).

sábado, 22 de marzo de 2008

ESPERÁNDOLA



Andas desordenado, alterando incluso el orden de lo que ha de venir, tardío y acaparador. Llegando a rozar el infortunio, estando sin tener que estar, y no dejando paso a su olor, a su calidez; a lo que espero como una oportunidad que se me brinda.

Es mi impaciencia, lo sé; pero quiero tenerla. Quiero que te vayas, y que ella vuelva para quedarse. Quiero el azul perpetuo que me ofrece. Quiero sentir, sin miedo a que reaparezcas, la primavera.

viernes, 21 de marzo de 2008

CRUCE DE CRUCES.

 (1)  Hermandad de San Peregildo Iluso.

(2)  Hermandad de San Telurio Emérito.

(1) 1.670 nazarenos en penitencia, túnica blanca y azul, sin lunares, 60cm de capirote, guantes en la mano derecha, sandalias de cuero negro.

(2) 1.670 nazarenos en penitencia, túnica roja sangre intensa, capirote de 100cm, guantes de goma para quirófano y sandalias de pescador.

Calle de la Pifia:

Ancho de 4 metros. Refregones para pasar. Mujeres que pasan nueve veces por la calle, arriba y abajo, quejándose airadamente de los refregones.

Se anuncia la primera cofradía: La Cruz de Guía. Desaparecen los carritos de caramelos y barquillos de canela. Gritan los niños. Gritan los padres. Dos quejas postreras de refregones por parte de dos mujeres mayores. Muy mayores.

Se anuncia la segunda cofradía: La Cruz de Guía. En sentido contrario. Se retiran los vendedores de CDs y móviles de última generación. Se escapan unos globos verdes y vuelven a gritar los niños. En un segundo piso con balcón, una paloma los pincha, los hace estallar y muere por el escape de helio venenoso. Cae la paloma, pero solo hasta el primer piso, donde será guisada. La farola junto al balcón ilumina la escena.

Avanzan los mil primeros cofrades/nazarenos/penitentes de San Peregildo, haciendo la primera parada a la altura de Zapaterías Fernández. Vistazo rápido a los modelos más cómodos para la temporada y saeta tras las rejas de Milagritos Pereda, la grande. Y libre, porque las rejas las puso en su balcón por la ola de atracos. Arranca aplausos y malas hierbas de sus maceteros.

El paso, donde la Virgen mira su muñeca izquierda, es el símbolo de la puntualidad de esta cofradía. Su Cristo es conocido como “El Apurado”, por no terminar de tallar su autor las barbas a tiempo, según dicen. Suena la marcha “Catalepsia de Jesús”, obra de Jesús Traído, al que prohibieron ponerle letra.

Avanzan los mil primeros nazarenos de San Telurio, que se detienen en Tejidos Ramírez, los Reyes del Algodón. En la parada se pide a la banda la marcha de El Santo Velo Vaporoso, porque la noche está que no refresca. Su autor, Isaías Terisco, es el primero en aplaudir. La marcha tiene como argumento las ostias que Jesús, muy serio, reparte a sus discípulos por orden alfabético.

El paso está compuesto por tallas del siglo XVII para un total de trece figuras más dos suplentes. Sobrecoge la sensación de realidad con el buen trabajo de los costaleros y el capataz.

Aplausos.

Y llega el momento, centro de la calle, a la altura de Muebles Periñán, se cruzan las cruces.

Silencio.

La prudencia y el buen sentido hacen que suenen con volumen apocalíptico y al mismo tiempo las dos marchas. Se suman los saeteros sin temor a desgañitarse. Se suma un niño, con su trompeta de plástico del todo a cien, soplando hasta la apoplejía. Su padre lo recoge un minuto después, extenuado, y lo abraza. El hermanito mayor, de cuatro años, recoge el testigo. Lo recoge la madre.

Repentino silencio.

“Llueven flores, cadencia de pétalos de rosas blancas, que dibujan mariposas en el aire de la noche sevillana y se besan con el incienso para sembrar el suelo que el Cristo pise, su pie no sufra…”

El locutor, que levitaba, es sorprendido por el primer niño, que le quita el micrófono y, a pleno pulmón, transmite a todo trueno el infernal trompetazo de que es capaz, y que todos los oyentes de Cadena Ondamar se tragan desprevenidos.

Se despierta la calle. Vuelve la bulla.  Se va el locutor llorando para su casa.

Resquemores y miradas.

Murmullos.

Se abre un metro de distancia que ocupan, adelantándose, los capataces y hermanos mayores de las dos Hermandades, con sus bastones bien visibles.

Discusión en voz baja.

-Mira, Cayetano, yo paso antes, tú te paras, te apartas. Y ya está. Bueno, y te jodes. Dile a tu Cristo que se eche para la acera. Y que no me apague las velas del paso al pasar.

El otro hermano, primo hermano del primer hermano, cuenta hasta diez y respira hondo. Siempre, en las reuniones familiares, ha sido el que más paciencia tenía.

-Mira tú, Jacinto, pon en fila india a tus discípulos, y, sin pedirle la documentación ni nada, los voy dejando pasar de uno en uno. Será un momento. Después de la esquina, en la placita, se vuelven a su sitio y seguís con la carrera oficial, que ya empezamos con retrasos.

Los capataces se abren y se deja un poco más de espacio.

Los hermanos, primos hermanos como decíamos, ruedan por el suelo. Suenan las medallas y los bastones salen despedidos.

No hay ganador claro.

Funcionan los móviles.

-Ponme con el Arzobispado –jadea uno.

-Ponme con el Alcalde –jadea el otro.

Cada uno juega sus cartas.

Los saeteros, desgañitados, intentan limar diferencias, pero sólo consiguen un vaso de agua y unas pastillas de esas de menta y limón, tan suaves que es que como si te durmieran la garganta.

Desconcierto. Mirada al Cielo.

Ruido de helicópteros.

Vuelan pelucas, se apagan las velas. Se levantan las faldas. Cosas que pasan.

Bajan juntos el Alcalde y el Arzobispo.

El Arzobispo trae un manojo de llaves. El Alcalde otro.

Comienzan a abrir puertas de cristal enormes cubiertas con telones, cada uno en una acera. Poco después, se puede ver a través de la calle de la Pifia por ambos lados: Los pasajes comerciales previstos para ser abiertos el día de las elecciones se inauguran sobre la marcha, cortando una corbata a falta de una banda.

Mal que bien, una Hermandad se mete por un lado, la otra por el otro, dan la vuelta las dos, y al volver a la calle… el paso está libre y pasan los pasos.

Aplausos.

Trompetas.

Saetas.

Trompicones. Refregones. Globos que suben. Palomas que se quitan de en medio.

Semana Santa. 

domingo, 16 de marzo de 2008

NUEVAS APORTACIONES CIENTÍFICAS. (Y TAN NUEVAS, FRESCAS DE HOY).

Geometría de la Buena. Teorema del punto amplio.

Estamos hartos de que por dos puntos pase una única recta. Como si se creyera más que nadie. Pues bien, gracias a la eminente matemática australiana Kalibú Merang, de la Universidad de Polimucho, a partir de ahora bastará con hacer unos puntos más gordos que la puñeta: Inmediatamente después, sin esperar a que se cierren los puntos, podrán pasar por ellos, al mismo tiempo, una cantidad tan grande de líneas “que no tienen por qué ser rectas” (en palabras de la señorita Kalibú) “y que supondrán un paso enorme para la Humanidad, incluyendo las personas que trabajan en gasolineras”.

 

Álgebra Sensata.

Contabilidad simbólica. Denominación numérica. Nuevos conjuntos de números.

Definamos como “raroconcoj” al número tal que, para escribirlo, se necesita un lápiz afilado y una tercera mano.

Definamos asimismo como número "indecente" el que representa la número uno del vodevil, Susanita Curada, en el cabarete del número once de la calle Seusted, en Salvatierra de los Barros.

Definamos también como número “hijolagramp” el que se diferencia en una unidad del décimo premiado con el Obeso de la Lotería de Navidad.

Definamos como un “numerito” el que dio don Jorge Nocidio el día de su santo, saliendo sin pantalones al descansillo al meter su equipo un gol precioso y quedar, esta temporada, penúltimo.

Definamos como “al menos par” como el número de regados por aspersión requeridos por doña Concha Quetilla a su esposo, don Marcial Moada, en un mismo mes.

Definamos como “postnúmero” el último, ese que termina cuando acaba y finaliza concluyendo, sin permitir a ningún otro que se le ponga detrás. Se usa para pagar finiquitos,  para hacer despegar a los cohetes, o bien para la contabilidad mensual de proezas de don Marcial.

 

Física mole cular.

Supongamos a una persa de caderas rotundas sumergida en un barril redondo hasta la mitad. De la mitad parriba, el barril puede ser cuadrado. La fuerza motriz conocida como “Giroloc” con que esa hembra mueve la cintura y las piernas para intentar salir, provocará que el líquido contenido en el barril se mueva, exactamente, muchísimo; y que se espese. Dos horas más tarde, se podrá servir el batido del tonel, de vainilla y crema de atún, en su punto justo. La persa, por su parte, deberá tomar azúcar para las agujetas y buscarse un empleo menos agitado.

 

Ciencia natural tontona. Dominio de los elementos.

Hasta 1957 no había dios que aislara bien una azotea contra el agua. En 1958, el nudista Emeregildo Blado, natural de Cercedillas, propuso un plan a la comunidad internacional que no pudo ser negado por sus delegados: “Si llueve, vosotros como el que oye llover”. A las primeras de cambio, las nubes se rieron, pero dos meses después, en pleno abril, no había ni una terraza mojada. Y es que el desdén, si se hace bien, es definitivo. La moral de las nubes, que estaba por las ídem, se puso por los suelos, los únicos mojados a partir de entonces. Un éxito.

 Química ELA (En Laboratorios Asquerositos).

Se ponen muchas sustancias juntas, ¿no? Pues se llama a alguien para que testifique si la prueba sale bien y se pone a calentar. Después se prueba y…

Pueden darse varias reacciones:

-Color verde kiwi en la mayoría de los átomos del cuerpo. Suele ocurrir por las lentejas y los tomates podridos. Prohibido por la NASA, por la ONU y por mi suegra.

-Urticaria en ingles o en cualquier otro idioma. Culpa de los hongos del Congo libres, basta con aplicar el ungüento del doctor Pillamocos cada tres horas, tanto en las orejas como en las corvas. Abstenerse embarazadas.

-Cojera alternativa. Consecuencia de baches y jabón líquido en el suelo. Tener preparados bastones y muletas de distintos tamaños. Todavía recuerdo, el año pasado, al más joven de los Gasol teniendo que andar de rodillas para apoyarse en las muletas.

-Pérdida de monederos, “con las llaves dentro, no es por el dinero ni la foto de mi novio, ni por el carné, ni por el condón de guardia; es que me he dejado el grifo abierto”. Se compensa tirando la puerta a patadas y llamando al seguro inmediatamente, que no podemos con esta inseguridad ciudadana.

Las consecuencias del estudio anterior se suelen ver al cabo de dos o tres generaciones, así que pueden invitar a trabajar como cobayas a todo aquel vecino que les incomode o les baile con tacones en el piso de arriba a eso de las tres y media de la madrugada. Pagan cincuenta céntimos la hora y un bocadillo a elegir entre comérselo o dejarlo.

 

miércoles, 12 de marzo de 2008

CASCARÓN

Una noche bastante tormentosa: ¡Ropoboumb, tragantaclataclán! (truenos):

El futuro gallo estrella de la granja Altramuces, de nombre previsto Milyemas, está a punto de romper su cascarón y saludar al mundo.

Más truenos. Un rayo se cuela por la ventana del pajar donde conviven los pollos con las pollas. Lógico. El calor del rayo convierte en duros a todos los huevos que coge por medio. Se salva el elegido. Lógico.

Tras el fragor del gran rayo y su trueno atronador, suena el primer crujido de cáscara, por arriba. El segundo, poco después, por el medio. Silencio absoluto. Asoma la cabeza. Sale, con dificultad, el resto del cuerpo. Diez minutos después, hay cola de gallinas para el nido del a toda prisa coronado primer gallo solista. 

lunes, 10 de marzo de 2008

UN DESLUMBRANTE POLLUELO


El cascarón no se rompe. No tengo ganas de trabajar. ¿Por qué ese duende al que mi mamá llama con tanta fe, aún no se ha dignado a aparecer para auxiliarme? Es él quien debe arreglar este problema. Mi mami, cansada ya de una vida vacía y aburrida, me pidió como deseo. Pero ese enano despistado no llega y me asfixio aquí dentro.
Si me emplease a fondo, con mi pico duro, seguramente lo rompería, pero la verdad es que es mucho trabajo y yo he venido al mundo para otra cosa: para deslumbrar. El duendecillo será el responsable de que nazca hiperactivo, de lo mal que lo estoy pasando.
También mi madre sufrirá las consecuencias y no pondrá huevos de los buenos, con el disgusto. Y es una pena, la verdad, porque los huevos de mi madre no son unos huevos cualesquiera. Así que eso es lo que hay. Como éste no venga esta noche y me saque rápido, me veo currándome yo, con mi piquito, la perforación de esta coraza, y eso estresa tela.
Y veo a mi madre poniendo, si acaso, huevos normales ya para siempre; ni de oro ni nada de nada ya. Y teniendo que comprarse el libro de autoayuda ése… ¿cómo se llama? ¿Supermamita? Sí, sí, eso, Supermamita. Le hará falta para educarme.

sábado, 8 de marzo de 2008

CASCARÓN

La gallina Yayita, en sus últimos análisis con el ginecólogo, dio un porcentaje de calcio elevadísimo. La granjera RosaMá Polanco, su dueña, se preocupaba mucho por sus primerizas y las llevaba a una revisión profunda para su primer huevo.

Al amanecer, Yayita notó las primeras contracciones y dijo (Diccionario Gallina-Castellano, Castellano-Gallina, Edit SM) “¡Ya está aquí, se llama Pirri!”.

El elipsoide era de un blanco y formas perfectos. Pero duro como una piedra. Dentro, el pollo Pirri no era capaz de estirarse y salir. Pasados los primeros días de incubación, RosaMá se preguntaba cuándo estaría listo para jugar con los demás pollos, quedarse como gallo, o ser el segundo plato del domingo. Al no asomar, se probaron golpecitos primero y, finalmente, martillazos. Todo sin resultado.

 Hoy, un año después de aquello, Pirri permanece lleno de vida y da sabios consejos a los gallos desde el interior de su cáscara, con voz profunda y un gran sentido común. Desde la repisa donde vive, sólo elude temas de viaje y programas televisivos. 

viernes, 7 de marzo de 2008

UNA CARTA DE AMOR (más o menos)

Querida Luisa:

 

Estoy esperándote en el patio de casa, respetando tu deseo de no ir a recogerte a la estación. No me acuerdo de dónde venías esta vez, quiero decir de casa de quién, de ahí que te plantee las siguientes alternativas, para que a modo de control inventarial de mis cuernos, te sirvas tachar al que proceda o no (indicar la palabra o la palabra no):

- Antonio Silva, el neumólogo carajote ése de los dos metros de altura y cien kilos, persona que reconozco deslumbrante debido al exceso de brillantina sobre su calva. No te veo yo con él, qué quieres que te diga, aunque comprendo que te habrá hecho el avío en cualquier congreso de los más aburridos.                                          

- Juan Carlos Bastos, tu anestesista. Tal vez un hombre interesante si está despierto, con una conversación llena de agilidad y coherencia, plagada de mensajes inconfundibles, como el de “sí, sí, más tostadas, por favor”, o “¡Jesssús, el cine independiente; anda ya!” y otros. Pero un pelma, por encima de todo, un pelma. Se me hace que para un repaso en el ascensor de tu hospital, tan lento, pueda resultar. Pero futuro, futuro, con él, ninguno. Te lo digo yo.

- Carlos Cedrún, el residente de Betanzos. Este tiene de original, desde hace cinco años, que está aquí “de paso”, y como a ti toda novedad te hace aguas en la lencería inferior, pues te lleva encandilada. Bastan una corbatita nueva y que te diga que le han llamado de su tierra, que se va dentro de unos días y tú ¡hala! a celebrarlo con él por todo lo alto, en su ático miserable de ciento cincuenta metros de solarium. Yo, de ti, bajaba a la realidad, porque cuando la madre le llame desde el terruño para decirle que tiene listo el ajuar, coge el autobús y  no lo ves más. Esos pájaros son así.

- Margarita Torrado; sí, sí,  Margari, no te vayas a creer que me he caído de un guindo. En el hospital se sabe todo. Cuando estuve por lo de la uña, la única que me queda, estaba allí de guardia Salvadora, mi prima. Y nada más verme me suelta “el disgusto que te vas a llevar si lo oyes por ahí, así que te lo cuento yo.” Detalló la escenita en el cuarto de la ropa limpia entre tú y la niña Margari, venga a darse repasos mutuos de gel aloe vera. Salvadora cerró y salió corriendo, pero era su deber haceros tres o cuatro fotos todo lo más y difundirlas en Internet, y cumplió con él.

  Mira, Luisa, yo soy persona de orden. Y te tengo que llamar la atención pues tu actitud en cuanto a nuestra relación me induce al caos. A menos que me informes de tus actividades a lo largo de las dos últimas semanas, se me queda incompleto el dossier de octubre, ya vencido, y sin poder empezar la hoja nueva de noviembre. No me parece.

Te propongo de nuevo lo que, estadísticamente, ha resultado siempre más productivo: Hojas con dos copias para que consignes brevemente –en sus distintos apartados-  los datos más significativos de cada golpe a la fidelidad conyugal. Te puedes quedar con el original y depositar un ejemplar en el buzón de correos más próximo, pues todos los impresos –recuerda- tienen al dorso el franqueo en destino. Es lo más práctico, pues los fines de semana, en un ratito, relleno mi hoja de cálculo con el rigor necesario en cuanto a tus actividades.

Porque, Luisa, como que me llamo Jorge, que yo te quiero muchísimo. Pero por la gloria de mi madre que, cuando tú perpetres la infidelidad número 100, a éste no lo ves más. Así soy yo cuando tomo una decisión. Con decirte que vas por la 93 y ya tengo mirados dos pisos, uno coquetón muy cerca de casa, al lado de la pescadería. El otro es más corriente. Y mi hermana Ágata me ha dicho que cuente con ella para la mudanza. Que tú no sabes con quien te juegas los cuartos, Luisa.

¡Ah!, y no me opero de lo del frenillo porque no me da la gana.

Atentamente, Jorge.

jueves, 6 de marzo de 2008

A UNA PINTORA

De tus manos, dos gaviotas,

provocándoles que vuelen

sobre un lienzo,

pasan de ser unas gotas

de pintura en tus pinceles,

soles nuevos, lunas rotas,

recién nacidos claveles,

en un tiempo,

de mañanas sorprendidas

que se quedan de por vida

en tus cuadros retenidas,

sin aliento.

 

Transparentes y en colores,

sabes pintar los sabores,

y el alma de los olores

en el viento.

Atrapas la vida en flor

Y, pintándole el calor,

despierta el sol cegador

al momento.

 

Si es necesario sentir

lo difícil que es vivir;

sabes color transmitir,

del tormento;

a penas, rojo incendiario,

azul domingo al diario,

y huye negro, innecesario,

el sufrimiento.

 

Haces fiesta cada vez,

que tu pincel como un pez,

nada con intrepidez,

en un cuento,

de luz y sombra soñado,

del Universo creado

y, pintora, por ti pintado:

tu talento.

 

 

 

 

 

 

 

 

CARTA AL DINERO

Es timado señor Don Dinero:

Lamento el principio de la carta: A usted, querido amigo, le han estafado.

Maldicen de usted que aturde al sabio, que encumbra al sin virtudes, que nubla los sentidos. Y, aún más, que engaña. Por una módica parte de usted demostraré todo lo contrario. El primer engañado es usted y me temo que el último en saberlo.

Partamos del principio, como Arquímedes.

Desde muy joven bañado en oro, nació usted con la ilusión de evitar los cabreos  de los babilonios; esos que, a toda costa, querían cambiar sus cabras por lo que necesitaban de, por ejemplo, los persas; aunque, después, algunas eran reacias a caminar y hubiera que cargarlas en brazos, dando lugar a cabreos persistentes.

Durante siglos se probó, por ejemplo, que el más infeliz, aliado con usted, llegó a ser un gran señor feudal tonto ¡Y la lista de reyes bobos que promovió usted! También logró que alguna dama que estaba muy bien, pero en mala posición financiera, pasara con su ayuda a estar mejor, si bien tuvo que practicar otras posiciones no financieras.

Pasó el tiempo y demostró usted paciencia y señorío con los de lumbares tiernos. Aquellos que, al tener que cargar con más de diez kilos de sus células madre, las monedas, decidieron contarle y convertirle en numeritos de un papel protagonista de relatos de dos líneas con personajes como El portador o quizá alguien conocido.

Le digo que ahí estuvo usted demasiado permisivo, don Dinero, y perdone, pero no todo ha de ser coba y enjabonado. En cuanto usted se pasó al documento y al apunte, se lió la gorda. Baste como ejemplo decirle que en el siglo XXI hay máquinas que dicen de usted que va sin moverse mil veces de un lado a otro en un solo día; y, encima, se llaman ordenadores. No saben lo que hacen, se lo aseguro.

Intente que le devuelvan el respeto. Hágase notar. Vuelva a sus orígenes, en los cuales, desde una bolsita cosida a los riñones, una faltriquera, se derramaba usted como el agua fresca, de mano a mano.

No reniegue, que no es mi intención, de sus familiares jóvenes, el cheque y el pagaré, pero llámeles a la orden: Cuanto antes se pongan al corriente con las cuentas, mejor. Le recomiendo que cuide su salud, su entereza para no ser un ser fraccionado. No permita que le cambien sin parar, pues se quedaría descompuesto, o sea suelto.

Por último, si se siente solo, no dude en venirse conmigo las veces que usted considere oportunas, por muchas que le parezcan. Créame así, como le hablo don Dinero, sin tapujos, totalmente al descubierto, que es cuando más le echo de menos.

Sevilla, a jueves, 6 marzo 2008

ERA MAYO


Era mayo
cuando me perdí
en tu boca.
Era mayo,
mar salada,
azules olas.
No sé
inventar palabras,
ni pintar auroras
pero era mayo,
cuando me perdí
en tu boca.
Foto: I. Orta

miércoles, 5 de marzo de 2008

DESDE LA SOMBRILLA HASTA EL ATAÚD




(La última aventura)

Ni siquiera llora; y no es por insensata, ni por boba; sabe bien lo que le espera. Lo sé yo, que llevo toda mi vida con ella, y ella, toda la vida a mi sombra. Me ha cuidado siempre de maravilla. A la vista está que la mayoría de las que surgieron en mi generación, o no existen, o las abandonaron a su suerte, en lo más escondido de un garaje.

Adriana nunca me haría eso. Ahí está, con esa trenza gris que aún guarda reflejos del oro que fue. La quisieron. Soy fiel testigo de las caricias depositadas en la curtida piel, por la que desde hace tiempo nadie pasa.

Ambas asistimos expectantes a nuestra decadencia, pero es la mar, con su oleaje, la que nos consuela, la que mitiga el peso de los años.

Por eso ayer, al salir de la consulta del doctor, volvimos aquí, a mirarla. Ayer supo Adriana que su fin está cerca; y con su fin, el mío, que gustosa aceptaré a su lado y frente a este ir y venir de olas, que se convierten en nuestro pulso, en nuestra música.

No me hace mucha gracia este ataúd que para las dos eligió y que tenemos al lado. Adriana lo abre de vez en cuando; lo mira, se recuesta en él. Cuando se cansa, se da un baño y viene a mi refugio.
Quisiera abrazarla, pero no puedo, y ella lo sabe. A veces lo siento en la forma en que expande mis brazos, lentamente; a veces me sacude la arena de encima con la mano, como si me acariciase.

Si pudiera hablarle le diría que no ha tenido muy buen gusto haciendo la última gran compra de su vida. ¿No se da cuenta de que en esta playa lo que en verdad pega es un ataúd azul?

¡Uy! ¡Me ha mirado! Ha vuelto la cabeza y me observa fija. Se levanta, se coloca el pareo y toma su bolsa. ¿A dónde irá? Ha salido de la playa en dirección al pueblo.

Ha pasado casi una hora cuando la adivino a lo lejos. ¿Qué trae en la mano? Es un cubo. No. No es un cubo. Es un latón; un latón de pintura. ¡Bien!, ¡de pintura azul! ¡Éste es el resultado de tantos años juntas!
Me mira sonriente y me dice:
_Verás, guapísima, lo bien que queda ahora._ Y coloca todo junto al ataúd. Con cuidado quita el crucifijo de encima para no teñirlo. Una vez acabado el trabajo, vuelve a colocarlo y nos miramos contentas. Este ataúd ha quedado lo más parecido posible a una barquita pesquera.

Han pasado varias horas en las que Adriana no ha parado de venir desde el ataúd hasta mí. Vuelve a tocarlo. Ya está seco. Presiento que el momento ha llegado. Mi dueña se me acerca despacio. En su rostro, la expresión de un nuevo dolor contenido. Cierra mis brazos y no sé si estoy soñando, pero siento que me abraza. Sí, me toma en sus brazos y se dirige hacia el ataúd. Extiende la toalla en el fondo y me coloca sobre ella. Empuja a duras penas el que será nuestro lecho, hasta el agua, bien adentro y después salta, tumbándose a mi lado.

No cabe duda; ahora sí, me abraza; me abraza y no sentimos miedo. Lo que sentimos es la inquietud alegre de la aventura; sólo que ésta, y, mientras la caja aguante, será la última.

Adriana, con el rostro ya más sereno, ausente nuevamente de dolor, me susurra:

_ ¡Ya está bien de observarla, de mirarla, compañera; surquémosla!



martes, 4 de marzo de 2008

ANDALÚ

Arrebujaos, en ese sielo tan infinito,

que está en lo arto, no te lo niego, que queda  a un tresho,

con tanta gente, siendo tan largo y siendo mu estresho,

pueh hay refregone, entre hombre y ánge y no ehtá bonito.

 

Se ehtá inventando la Tierra toa, er mundo entero;

se ehtá poniendo nombre a lah cosah con musho ehmero.

Pero estí viendo, pa asé galasia, gente mú sosa,

y ví ayudahles , si puedo en verso, mehón quen prosa.

 

Tengo quencontrá gente pahcribí una jartá de cartah.

Y é nesesidá, si no, no loh llamo, eh que me hasen farta.

Si dises “venid”, te lo escushan dié y viene uno por pena,

pero dises “vente” y de loh presente te van doh desenah.

 

No eh que ellohablen mal, o no tengan duende,

no eh por criticá suh composisioneh,

pero hay quién no eh má que pronunsiasione,

sin desí de ná, versitumentiende.

 

Ya llegando er jefe  dorganisasión,

noh encarga parteh mu diferenteh:

Cauno cohe un troso ordenadamente,

y a mí man dejao a improvisasión.

 

Pa echandá er futuro del Universo,

cojo mi tierra, pongo lah floreh

y con la ayuda de cantaoreh

siembro poesíah, plantando versoh.

 

Meseshanensima los capatase de ordenasioneh

disiendo, mira, loh que bien hablan van mú de prisa

yo eso ya lo sé, que me da la risa

¡si loh pobresito son de otrah regione!

 

De miformablá se han quejao ar Dueño mushoh capatase

“Nolentiendo ná, cuandodise cosa,

pero la verdá, no sé quehloquehase

que ha inventao la sal y ha inventao la rosa”.

 

Y digo “mu bien, pero der trabajo tú no vaquejarte

doña entonasión, don inventadó de fraseh mejoreh,

¿va sé portavó, tú va a dá loh parteh?

po yo vi a contá cuentoh de coloreh”.

 

Y pregunta Er JEFE trah el ehcuchá lah alegasione

¿Toíto ehtefollón y tormundohcuro?

Y me dise “¡tú!”,

Y digo yo: “andalú”

y ar desíhlo Él, con fuersa, mandando,

                        La galasia entera se llenó de lú.

                            Y salió Tó andando.

 

¿DÓNDE VIVE EL TIEMPO?

¿Dónde vive el tiempo?.
¿Dónde si no en tu boca?.

Las horas pasan certeras,
dagas que se clavan solas,
mientras pasa la tarde,
mientras muere la aurora.

¿Dónde vive el tiempo?.
¿Dónde aquel que nos ahoga?.

No me pides tiempo,
y eso es lo que me sobra.
No tengo más que esperarte.
No soy más que una sombra.
Ahora camino despacio,
ahora, soy un muerto que llora.

Saladas pasan las horas,
frías están las alcobas.
Abrazos que no se dieron,
besos que se perdonan.

¿Dónde vive el tiempo?.
¿Dónde si no en tu boca?


JAZMINES Y ROSAS

Dormirás junto a mí.
Jazmínes y rosas
envolverán la almohada
donde ayer,
jugamos a soñar,
donde hoy
lágrimas azules
empañarán tu sombra.

Dormirás junto a mí,
cada blanca noche.
Acariciaré tu espacio,
aspiraré tu aroma.
Surcará mi sueño
el rumor de tu boca.


Dormirás junto a mí,
jazmínes y rosas.
Te esperaré despierta,
hasta que llegue la aurora.

VACÍO

Miro tu fotografía
Sonríes.
Tus ojos buscan los míos.
Sólo una mirada,
la nuestra.

Miro tu fotografía.
Sonríes.
La tarde cae despacio.
Te has ido.

Busco entre mis miradas.
Vacío.
Mi corazón te llama.
Palabras.

Miro tu fotografía.
Sonries.

CUANDO DUERMA LA TARDE


Luces de tardes amarillas
preceden nuestras noches de azul de sueño
que plenas galopamos, olvidando la cordura.

Eres tú quien desde niña me despiertas
mostrándome tu blanco brillo de perlas.

Ahora sigues llenando los espacios que en la noche habito,
donde te espero, para aferrarme a tu cuello, mientras me llevas.

No podrá la guadaña que me robe el aliento
adentrarse en mis sueños y saber que te amo.

No llenará mis manos de frío para alejarte de mí, amor.
Unicornio de perlas, de carteles de cuentos;
no te ausentarás de mis tardes doradas,
de mis noches de azul de sueño.

No me dejarás las manos vacías, seguirás conmigo
en los espacios que en la noche habito.

lunes, 3 de marzo de 2008

EDITORIAL DE MARZO

Cinco personas comparten una tarde de marzo en la Plaza del Salvador. Las breves notas de una guitarra piden unas monedas.
"He dicho buenas tardes", dice el camarero que acaba de dar las buenas tardes.
Una bandada de palomas levanta el vuelo para volver a posarse.
"¿Es más fácil educar a un adolescente o a un niño?". Es la vida. La plaza hierve. Hombres, mujeres, niños. Risas en círculo. Bebidas en la mesa. Miradas de complicidad. Las cinco personas deciden elegir cuál de ellas ha escrito el mejor relato del improvisado concurso del mes de febrero.
"-Ponemos un número a cada persona y después escribimos a su lado la puntuación.
-¿Del 1 al 5?
-No, del 1 al 4.
-¿Pero el 4 es más que el 1 ó el 1 es más que el 4?"
¿Diálogo de besugos? No, simplemente son de letras, con alguna excepción.
"BLACK HORSE". Caballo ganador. ENHORABUENA Isa. Ella se alegra. Los demás también. Empatía. Beli, atenta a la situación, obsequia a la ganadora con una creación propia. Doble premio, sin duda.
Un hombre de aspecto oriental pone en funcionamiento una y otra vez un perrito naranja de pelo ralo que no parece llamar la atención de los transeúntes.
"¿Qué piensa un pollo nonato cuando intenta romper el cascarón y no lo consigue?". Diez líneas máximo para el mes de marzo. Las cinco personas sonríen y aceptan el reto.
Así son ellas: cercanas, amables, soñadoras, creativas, decididas, sinceras y humanas. Cinco hormiguitas construyendo un sueño.

PROGRESO.

Los Guagunajuros jamás habíamos llorado por culpa de un muerto.

            Y fue venir esa señora maestra de su idioma, vestida y de cara blanca, para que cambiáramos.

            No más morirse nuestro guerrero Psesohueco, comenzó a mojarse ella misma los ojos. Lo bueno era ver cómo se los mojaba más y más según nos veía reír a todos los de la tribu, sobre todo la viuda Camamasancha, que le giraba los ojitos secos a los tres hijos del jefe Trucuchanka, según dicta la ley del Sol. El día podría terminar entre la risa y la cara rara de la blancota, que nos explicó que ella “lloraba”.

            -Yo lloro, pendejos, -gritó sin parar de secarse la cara inútilmente con un trapito blanco que sacaba de vez en cuando.

            Valiente como pocas blancas que antes nos visitaran, la blanca se fue al pueblo grande de al lado, Pinchoacacho, de donde volvió antes de anochecer por el puente colgante para tardar menos. Traía una bolsa al hombro y, al llegar, uno a uno, nos hizo pararnos un ratito dentro de su celda.

            Estábamos muy alegres todos los hombres y mujeres de la tribu, pensando en ver cómo sería la maestra debajo de la ropa, pero al salir sólo conseguimos tener los ojos mojados, igualito que ella.

            Un rato después, con el jefe al frente, el poblado entero pasaba de nuevo junto al cadáver de Psesohueco, al que rociamos con unas gotas de cada uno de nuestros ojos.

            Cuando el último pasó, nos reunimos en el centro del poblado, sin ganas de reír. Un rato después, a la hora de cenar, la maestra nos llamó:

            -No volveré a comerme un guerrero soso y sin cebolla.

            Cenamos muy bien aquella noche. Algunos repitieron por la parte del muslo, lo que antes siempre se tiraba.

            La maestra nos inventó las emociones, los velorios y los condimentos. Pero ni llorando conseguimos verle el chindasvinto.