miércoles, 1 de octubre de 2008

SENTADOS EN LA PLAZA.

Sentados en la plaza,

con firme y suave mano

sujeto el plato llano

para posar la taza.

 

Se toma el piñonate,

dulce de pan o tarta,

y se pide la carta

para los chocolates.

 

El camarero atento,

venciendo la rutina,

buscando la propina,

nos busca un buen asiento.

 

Los niños, silla aparte;

conversación sin gritos,

siendo en sí misma un arte

para los señoritos.

 

Para que esto se entienda:

con ser las cinco y media,

montamos la comedia

de un acto: La merienda.

 

Habla antes el abuelo

pidiendo el café corto,

y una copa de oporto,

fría, pero sin hielo.

 

La abuela y su ritual:

Su té con leche fría

con galletas María:

La abuela siempre igual.

 

Mariquilla, mi esposa,

pide menta poleo,

huyendo del jaleo

de complicar la cosa.

 

Y yo, tradicional,

le pido que me eche

mucho azúcar, e igual

de café que de leche.


Los niños cambian mucho:

Ayer manteca y pan,

antesdeayer un flan

y hoy quieren cucuruchos.

 

Nos sirven lo pedido

desde la gran bandeja.

No hay una sola queja

a todo lo servido.

 

Sin que nadie lo indique

avanzan las manitas,

y, estirando el meñique,

se cogen las tacitas.

 

Japoneses de Kioto,

pidiéndonos licencia,

y con mil reverencias,

nos hacen dos mil fotos.

 

Y es que la parsimonia

que en nuestra mesa hay,

es una ceremonia

digna de un samurai.

 

El Sol se nos despide:

Terminamos té y menta

y el abuelo decide

que, hoy, paga él la cuenta.

 

Volvemos del paseo

temprano: siempre he dicho,

que estaría muy feo           

volver de noche al nicho.

 

A lo nuestro, a lo tonto

del acuerdo que hicimos,

cada tarde salimos

y nos acostamos pronto,

tras acudir puntuales

al café de Macías,

con aires fantasmales,

dando a los orientales

dos mil fotos vacías.


AGENDA CULTURAL DEL PRÓXIMO VIERNES 3

Amigos todos. espero que al recibo de ésta os encontréis bien; yo bien, gracias.
El motivo de estas lineas es compartir con vosotros dos noticias que han llegado en breve hasta mi. El próximo viernes 3, vendrá Juan Carlos Somoza a la biblioteca de Dos hermanas a las 7 de la tarde(próxima a la estación del tren del Arenal) y más tarde, a la 9 en la Iglesia del Ave Maria, Julio Marvizón para hablar de la Sábana Santa. Yo, intentaré ir a ambas. Bueno, si os apetece, nos veremos allí.
Besos y hasta la próxima


P.D.- la abuela bien. Gracias

EDWARD HOPPER (1882-1967). Pintor estadounidense que, dentro del Realismo Americano, se encuadra en la denominada "american scene painting".
Efectivamente, tal y como muy acertadamente apunta Inma, esta obra de 1938 se denomina "Compartimento C, Vagón 193".
Edward Hopper representó magistralmente el mundo
de una metrópolis en expansión como la norteamericana. Pero más alla de todo esto, lo que a mí me atrapa de este autor es cómo muestra esas escenas urbanas y cotidianas. Es capaz de transmitir emociones a partir de las estructuras artificiales que el hombre ha construido y busca en ellas la huella de la presencia humana. Sus escenas nos presentan monotonía, soledad, aislamiento, preocupación por el tiempo y el espacio, por el presente, el pasado, el futuro. Sus personajes, que suelen ser muy pocos, están atrapados en esa realidad artificial. Me parece muy interesante que cada cuadro exige de un espectador como observador, como pieza fundamental para interpretar lo representado y sacar sus propias conclusiones. En este caso, vosotros habéis visto en él una huida pero hacia la esperanza, seguridad y confianza en uno mismo, intimidad y melancolía.
El compartimento de tren simboliza la separación del mundo exterior. El aislamiento de la mujer se representa porque está sentada en el asiento interior en vez de junto a la ventana. Quizás prefiere ver la realidad no directamente sino a través de una revista o un libro. En lo del sombrero, Inma está muy acertada, pero si seguimos el discurso del cuadro, este objeto enfatiza aún más el aislamiento del personaje.
No sé si os he tra
nsmitido lo poético que me resulta este autor y lo mucho que puede dar de sí en el terreno escrito. Por eso me gusta tanto, porque me invita a participar en su obra: metáfora poética de un aspecto del ser humano con el que me he sentido identificada muchas veces. Espero que os inspire.