domingo, 20 de julio de 2008

TRILEROS.

-Y la paso por detrás, ahora a la izquierda, luego al centro y giro los dos por delante, pasando al paso siguiente, ¿seguimos con atención?, ¿dónde se esconde ahora? ¿debajo de cuál está? Termino con un cruce más y ahí me quedo. ¿Te lo pongo más fácil? Comienzo de nuevo con un giro por delante, paso después por medio de las otras dos y me paro, ya no te la cambio, ya no te la muevo. A ver, ¿debajo de cuál está?

En la triple Torre Estela, los más altos templos de la Galaxia Edurne, Caos manipulaba los tres edificios como el mejor feriante ante Yaveh, que de tarde en tarde se jugaba unas almas para pasar el rato.

Por instinto, levantó el del centro, dejando ver la planta rectangular de la pagoda. Estaba vacía. Dejó caer sin estridencias el edificio sobre su base y, con el consentimiento de Caos, levantó un segundo templo, dedicado a Buda. Tampoco había allí alma alguna.

Yaveh se sintió engañado. Caos, en medio del gentío, levantó la tercera construcción y allí estaba rezando, de rodillas en una iglesia, un fiel.

-Caos no hace trampas, -dijo en voz alta el dios más emergente de los últimos veinte siglos. –Deberías tener más fe en Ti mísmo.

Tras un pequeño e incómodo silencio, Caos engulló el alma aturdida y volvió a su cantinela:

-¡Acérquense, dioses del Universo; tres posibilidades para encontrar el alma! Aquí no hay trampas.