miércoles, 30 de mayo de 2012

Grandes Batallas de la Historia (XXXIII).


Batalla del convento de Sbajenseya. Chipiona Sur. Nuevas generaciones.

En la antesala, túnel de vestuarios, los nuevos, los aspirantes a monjear durante el resto de su vida. Filas de a cuatro de perfil, con pierna izquierda afeitada en seco y túnica envolviendo  las orejas en su condición de basura humana, de la que, con el tiempo y la dedicación, el sacrificio y la contemplación, evolucionarán hasta alcanzar el nivel de cucaracha despreciable, para mayor gloria del histórico recinto.
El hermano Matildo, cuarto encargado de las finanzas, suele poner para los familiares y asistentes unas tapitas de piñones en salsa de merengue que hace las delicias del vice prior segundo suplente de rezos veraniegos, hermano Seado Flores, que comparte la dentadura con el sub gestor directivo tercero de martirios de los martes, hermano Letinas.
La cuestión más acuciante es, dentro del jolgorio, rellenar bien los impresos. Y aquí surge el primer disgusto:
Al ser preguntado el ya olvidado como ciudadano del mundo y primer aspirante, con nombre civil de Leonardo Plantado, éste responde ¡con las manos en los bolsillos!, tirando por tierra el protocolo. Silencio: se oye una mosca que vuela en la Patagonia.
Surgen de diversas direcciones una docena y media de patadas, empujones sin contabilizar y salivazos en los codos. El único capaz y autorizado para ese palizón, el tercer escribano interino, hermano Ntropo, no se puede controlar y es llevado a rastras hasta la única ventana desde la cual, a pesar de ser una planta baja, es lanzado al vacío, pues el hermano clarinetista en prácticas, Osmon Dongo, senegalés, le ha sacado la cartera a tiempo del chaleco. El todavía Leonardo es atendido en las heridas con aceite fresco de chichinabo, a consecuencia de lo cual vomita unos caracoles que se comió la noche anterior, en su cena de despedida, a la que acudieron su novia titular, su novia de los lunes y sus cuatro chiquillos, dos de ellos con la carrera terminada.
En este momento, donde normalmente se ha alcanzado un nivel aceptable de trabajo administrativo y los piñones sirven para graciosísimos juegos de puntería en los ojos, hace entrada nada más y nada menos que el abad en excedencia, hermano Agnosio de Utrecht, quien ante la ignominiosa escena contemplada se desmaya durante seis segundos y siete décimas, una marca discreta.
Levantado por doce de los limpiacristales con contrato fijo discontinuo y provistos de cubos de agua sucia, los hermanos Gómez, el excedente suspende la sesión de aceptación de novicios para el año en curso y cita de nuevo a todos los presentes sin excepción, para el día siguiente en la planta baja de la fábrica de sedantes Tilatecalm en la acera de enfrente.
-Esto no se había visto nunca aquí. ¿Y si se llega a venir el tercer subsecretario de funciones varias de la Orden?; pues seguro que salíamos en la prensa de sucesos. Tú, Osmon, recoge los piñones. Tú, trae padentro al que habéis tirado tan mal, sin quitar antes la persiana. El resto, a ensayar con rigor una ceremonia de esta categoría. Mañana nos vemos. Jesús, qué sofocón me llevo.
El silencio, de nuevo, reina y siembra quietud y serenidad en el interior del convento. Como sucede desde que se fundó, hace cerca de cuarenta días.

domingo, 27 de mayo de 2012

Recorriendo nuestra ciudad






Hoy he paseado por nuestra ciudad,estaba preciosa y fresquita, cosa que se agradece ya. He recorrido sus calles. He visitado sus iglesias. He escuchado una misa ortodoxa que me ha devuelto la calma...he cruzado los mares y he visitado las Américas. Sevilla está tan bonita como siempre, esperando ser disfrutada. Os invito a ello.

viernes, 25 de mayo de 2012

Sin testigo

Los cinco fuimos útiles hasta que dejamos de serlo. Nuestro ejecutor, el chivato Morlaine, se cargó a mis cuatro compañeros del comando cuando supimos demasiadas cosas. En realidad ha sido así siempre.
Ninguno de ellos pudo soltar la cápsula. Sus muelas parecían soldadas y no pudieron tener una buena muerte.
Cuando supe la fecha para freírme en la silla eléctrica como al resto, llamé a Sherley. Le dije que mi último deseo sería besarla y ella accedió.
Antes, llamé a Morlaine para hablar con él.
-Eres lo menos que se fabrica en seres humanos, -le dije antes de que se sentara- y si me soltaras una sola mano no me durarías un asalto, triste soplón.
Vino hacia mí y descargó su puño en mi cara. Por fin.
Pedí como último deseo besar a Sherley. Me lo concedieron.
Fue un beso de los buenos y conseguí lo que quería.
Morlaine, mientras me humedecían para electrocutarme, vio pasar a Sherley. Imaginé su intención.
-No serás capaz, maldito puerco, -le dije rechinando los dientes.
Agarró a Sherley delante de mí y la besó con su mal estilo, su forma tosca de hacer las cosas.
Sherley tuvo tiempo de sobra para escupir la cápsula de cianuro dentro de su garganta, sin que pudiera evitarlo.
Murió con rapidez, sin poder evitar ver mi sonrisa.
Su ansia de acapararlo todo, incluida la clave de ocho dígitos que activarían mi ejecución con el nuevo modelo electrónico de silla, me libraron ese día de acabar tostado.
Sherley sonrió. Yo también.
Dicen que lo mío, sin el testigo principal, puede ir para largo. Y que puede haber apelaciones.
De momento, he vuelto con los comunes y tengo opción de salir para ver a Sherley dos veces por semana. Igual que antes, cuando me dedicaba a ese trabajo tan raro para los del gobierno.
No estoy tan mal.

martes, 15 de mayo de 2012

Anuncios por palabras (2)


Caballero de buen ver y en su peso, con capacidad suficiente para sustituir la corbata por una palomita de lunares, se ofrece para bulto en cócteles, público en presentaciones de libros y acompañante en paseos pausados por el parque. Cualquier parque. Como único punto conflictivo, comunico que en mi presencia jamás, pero jamás, se puede poner verde a Mario Moreno Cantinflas. Acabo de salir de la trena por partirle la nariz a uno que dijo que era un artista “encasillado”. Ojo con eso, que me salgo de madre. Por lo demás, una seda.

Si está harto de caerse al no cogerse del autobús mostrando al mundo lo bajito que es o sufre un exceso de visión sobaquera de los viajeros que le acompañan en el metro, utilice Columgarre, un sistema de dos cadenas y una madera que, fácilmente enganchable a la barra del transporte colectivo, le hará vivir un agradable trayecto, con cómoda sujeción, así como pedir que le empujen por detrás y, al balancearse, propinar enormes patadones en las gabardinas de esos que se la dejan puesta hasta en agosto.

Si viene el calor y usted suda hasta debajo de la ducha, cómprese Hielodul, un sistema de líquidos dentro de globos que se traga usted blanditos, sin masticar y, tras meterse dentro de un congelador seis horas, sale usted hecho un bloque por dentro. Se quedará usted helado de lo bien que funciona. Consulte a su farmacéutico y verá como ningún esquimal ha formulado queja alguna del funcionamiento del producto. Hielodul. No produce ardores.

Estricto profesor de piano se ofrece para clases a domicilio. Horario y honorarios los pongo yo, de modo que puedo aparecer por la puerta de cualquier dormitorio y decir en pleno miriñaque algo como “!ajajai¡”, solicitar en el acto un “parad este acto” y mandarlos al piano sin rechistar a ensayar el tercer acto de la Novena y rezar una novena, pudiendo además exigir –en el acto- tarifa nocturna.

Ex hermano mayor de la Secta de los Iluminatti se ofrece como guía en visitas a cuevas. Llevo la Luz pegada en la frente y basta que me acaricien los omóplatos en el sentido de las agujas del reloj para que acumule la suficiente electricidad estática como para atravesar de punta  a punta el túnel de debajo de los Alpes. Tarifas reducidas a grupos.



domingo, 13 de mayo de 2012

Un paseo por la historia






Ayer disfruté de un paseo por la historia: la del descubrimiento. Estuve con mi sobrina recorriendo el monasterio de la Rábida (Huelva), recordando un viaje que realicé hace mucho, mucho tiempo. Otro recuerdo más que añadir a mi memoria. Lo guardaré con mucho, mucho cariño. Aqui os dejo unas fotos del recorrido.

viernes, 11 de mayo de 2012

Haiku de Clea

Reposa el día,
de par en par abierto
para leernos.

               [Clea]

GRANDES JUICIOS DE LA HISTORIA (1).


Salomón y la aritmética infantil.

Palacio salomónico. Columnas retorcidas y caras más aun.
Se celebra en abierto un juicio que la prensa ha elevado al número dos de la lista con sus comentarios y sus juicios paralelos. El primero sigue siendo el Juicio Final.
Entran dos mujeres, cada una cogiendo a un niño por una pierna. El niño, bocabajo, recoge firmas para que lo pongan boca arriba. Imposible con un 92% de analfabetismo.
Murmullos.
Entran los jueces auxiliares, el jurado y uno que pretende a una de las dos mujeres, que –un poco vago- ya tendría un niño hecho.
Comentarios jocosos.
Entra Salomón. Aplausos, vítores y serpentinas de colores. Se sienta. Se levanta dos o tres veces más hasta que, a base de latigazos, cesan los aplausos.
Prolegómenos.
-Pa mí el niño, que es mío, -argumenta la primera mujer, a la que llamaremos “Primi”, por ser prima segunda de quien relata este juicio.
-Pa ti enseguía, -reta la segunda, que llamaremos Jacinta Pacubos.
Hechas las alegaciones, el rey sabio se levanta y le pone salsa a la sesión.
-Yo aquí parto en dos y asunto resuelto.
-Pero si sólo ha habido un parto, majestad, -dice uno de allí, al que llamaremos “Uno”.
-Pero es el mejor reparto, -dice Salomón.
-Pues yo apunto y parto a mi casa, -dice otro de allí, al que llamaremos Sigfried.
Primi salta hacia atrás, sin soltar al niño, y desafía:
-Yo, que he luchado contra los partos (tribu del mar Caspio, no liarse), y ahora me viene usted con éstas. ¡Vamos, es que me parto de risa!, -suelta.
Jacinta, en doble voltereta con niño en mano, se lanza al estrado:
-Así  imparto justicia yo también, no te digo (tono castizo, muy de Lavapiés).
El rey se ve acorralado. Tira el post it que tenía escrita el comentario amable sobre el postparto de la verdadera madre. No pega nada. Igual que el post it.
Pero la sesión se alarga y Salomón trinca una espada que pesa más que él. Resulta que la usa como bastón, pero da telele verlo.
Finalmente, dictamina:
-Vamos al turrón, que esto se hace larguísimo. Yo comparto, así que vosotras dos, partid y compartid. El niño pa una, la Primi, lunes, miércoles y viernes; martes, jueves y sábados, para Jacinta. El domingo que descanse y le pongan de pie, al pobre. Venga, todo el mundo para casa, que se me enfría la berza.
La puntuación que dio la prensa al juicio fue de un ocho justo, exacto, sin decimales, al no tener que dividir.
Al día siguiente, tras pagar las costas, las dos mujeres siguieron viviendo juntas con el niño que habían recogido la semana anterior, delante de su puerta, dentro de una canastilla de esparto.

jueves, 10 de mayo de 2012

Botón solidario

Trabajan en silencio
y en la sombra,
en el anonimato
ejercen su labor,
se hallan siempre dispuestos
a través de las ondas
para atenderte amables
cuando pulses el botón.
Vayan estos mis versos
para todo el equipo
de tan loable misión
dando afecto y ternura
al que se siente sólo
y si así lo desea
le dan conversación.
Amigos invisibles
recibid el aplauso
de todas las personas
que en vosotros confían
pues aunque vivan solas
cuentan con vuestra ayuda
y vuestra simpatía.

[Paquita]

miércoles, 9 de mayo de 2012

Amigos de Paraleernos, aprovecho para haceros la invitación a la exposición que tendrá lugar el próximo 17 de mayo en la Biblioteca de Montequinto (C/Venecia); habrá desde la presentación del libro de mi amiga Sara Coca, hasta la pintura de todos los estilos, algo de cerámica, manualidades, fotografia... Somos un grupo muy polifacético. Si os apetece, allí os espero. Besitos.

Haiku

Palabras nuevas
brotan en mis entrañas
nace un poema.

sábado, 5 de mayo de 2012

Grandes personajes.


Heteróclito de Tarragona (filósofo: Era dorada de la metafísica).

Fue un hombre que nació por aquello del folleteo de su padre con una mujer que, según descubrió él mismo antes de que se lo dijeran, resultó ser su propia madre.
Sus opiniones –que nadie le pedía, pero daba sin parar- vinieron a añadir más confusión a quienes le oían, deviniendo en ser al final muchísimo más idiotas de lo que ya eran ante de ir a visitarle a su despacho.
No tuvo hijos, pero sí hijas, lo cual hizo que acabara vistiendo igual que ellas en su trabajo de danzarinas del Zeus/dance/club, en pleno centro de Alejandría, ciudad que visitó para morir allí, cuando lo mataron el día que llegó. 
No llegó, por tanto, a debutar como solista en el Lago de los Chismes, una obra llena de delatores.
Antes de eso, tuvo una carpintería, pero la totalidad de su producción de estacas para palizas en seco se mojó y tuvo que convertir en serrín ciento cincuenta mil kilos de pino gallego, que vendió a buen precio para secar las meadas de los residentes en el palacio del rey Tasio, un tipo raro y sin cejas.
Resumimos algunas de sus teorías sobre la Naturaleza Humana y de cómo guisar algunos platos.
“Elevar al hombre que se esfuerza acostado ha costado mucho esfuerzo”.
“Más vale un pequeño racimo de uvas que el mayor barril del mejor vino, siempre y cuando alguien se ha meado en el citado barril, que todo hay que decirlo”.
“Si tu mujer corre más que tú, no existe salvación posible. Está más que comprobado”.
“No siempre se pide la separación total. Hay quienes tienen suficiente con divorciarse parcialmente, empezando por la suegra”.
“Los hijos sirven para parirlos y ver que se van con viento fresco lo antes posible, para presumir de ellos a partir de ese momento.”
“El Estado, por lo visto, debe proteger con sueldos astronómicos a los débiles: jamás he visto a un concejal levantar más allá de seis o siete kilos. Y en dos tiempos”.
“-Yo desciendo del mono.
-El mono estaba subido en la mesa.
-Luego yo, antes de bajar, estaba a punto de tocar techo.
-Finalmente, qué bajo he caído.
(Silogismo de Heteróclito, adaptado por H.I.J.K. Baltser., Univ. de Krakovia).

Y en cuanto a sus aportaciones gastronómicas, ahí queda eso:
Batido de pan con poca miga sobre lonchas de pan. Preparación: Se coge mucho pan y ya está.

La mayoría de los trabajos de investigación de Heteróclito fue recopilada, vendida y rentabilizada por sus discípulos, quienes murieron en la más absoluta tristeza por no haber aprendido a leer.
Heteróclito cumplió dos de las seiscientas promesas que hizo en vida: Nacer y morirse.

Uno de los grandes. De ahí nuestro homenaje.

martes, 1 de mayo de 2012

CAMINANDO

A VECES, SIENDO TRAZADO Y REAL EL CAMINO, TU CAMINO, NADIE LO VE MÁS QUE TÚ; Y SÓLO CAMINANDO CON GANAS, CON ENTREGA, CON AMOR, DEMUESTRAS QUE AHÍ ESTABA.