Don Mendo González Puente,
Gran Conde Duque francés,
se la metió a doña Inés,
del castillo de Cifuentes,
por error, dicen las gentes.
Y al darse cuenta, después,
de que no era procedente,
puso excusas en inglés
y se largó al Penedés,
huyendo de los parientes.
Tras él fueron a caballo,
en carro e incluso a pie,
los nobles y los vasallos
para intentarlo coger,
pero él zampó que ¡un carallo
iba a pensar en volver!
Finalmente hubo casorio
por las buenas entre el duque
e Inés en el paritorio
y el primogénito, Honorio,
fue la insignia de sus buques.
En cuestión de la metida
frontal, mira tú por donde,
fuera o no fuera querida,
no traer condón fue parida
que trajo en cambio un gran conde.
Moraleja: ojo al que avisa
de correr e irse corriendo
sin la menor cortapisa:
¡ni conocer la camisa!
como le pasó a don Mendo,
por correr con tanta prisa.