domingo, 18 de mayo de 2008



Queria compartir con vosotros una de las imágenes que más me han impactado de mi viaje a Roma. Seguramente haya quien piense que soy poco original eligiendo entre tanta maravilla esta fuente, pero no es una fuente más, ni un monumento más;para mí, es el MONUMENTO. ¿Os imagináis ir paseando por unas calles estrechas, llenas de restaurantes abarrotados de turistas comiendo pasta, y de pronto, sin más aviso que su propia hermosura y grandeza encontraros con ELLA?, pues eso fue lo que me ocurrió a mí. Se me estremeció el alma al verla. Rodeada de gentes, de mil y un flash, japoneses por doquier, pero allí estaba, inmóvil y a la vez acercándose hasta mi, para darme su saludo de agua, de sonido, de luz. No me pude resistir a esa tradición de cine de lanzar una moneda al agua; yo no solo lancé una, sino unas cuantas, para garantizar así mi vuelta a esa eterna ciudad, a esa fuente que algún día espero contemplar de nuevo y compartir con mi "otro" corazón toda la magia de esa ciudad.

Si no habéis estado, id. No os arrepentiréis. Eso sí, id dispuestos para patearla de norte a sur y de este a oeste. Roma os espera siempre ETERNA.