viernes, 31 de mayo de 2013

Enamhorario.



-Me enamoré a las siete, según quedamos;
no me sueltes ahora que no te acuerdas,
ni me hagas más señales de que me pierda:
es cumplir lo pactado lo que reclamo.

Lleva una agenda, niña, de esas de anillas,
y un lapicito que te quepa en el bolso:
no te va a suponer mucho desembolso,
ni olvidarás las citas ni otras cosillas.

Pues como te decía, aquí estas flores
y un servidor plantados, junto a tu puerta,
viendo con esos pelos y boquiabierta
que no entiendes los plazos de mis amores.

-Para chaval, escucha, mira, muchacho:
el siglo veinte se te ha quedado corto;
no sé lo que me quieres ni si te importo,
pero deja de hablar como un mamarracho.

-Resulta complicado tu amor exacto,
a mí que el corazón me avisa el momento
de besar, de sentir, sin el esperpento
sin teatritos, sin escenas ni actos.

-Así que doy la vuelta, y veo qué pasa;
en vez de un papelito, que me da pena,
consulto a mis narices, tal como suena:
miro si hay emoción, y si no, a mi casa.

-Pues nada, niña, nada, quedo a la espera,
pero de tiempo ando yo muy precario,
y sólo si cumplieras con tus horarios
podría yo soñar con que me quisieras.

-Pues vete con tu paso milimetrado,
que así sabrás, en cada momento justo,
hasta la menor brizna que has respirado
y anotarla después y quedarte a gusto.
Me buscaré un amante quizá más tonto,
que pierda la cabeza, olvide relojes,
que confunda al mirarme tarde con pronto…
y sin prisas mi margarita deshoje.




miércoles, 29 de mayo de 2013

LA MIRÉ


La miré, y su cuerpo se me hacía
como un junco, tan alta y tan flexible,
con su andar que fundía los fusibles
reflejando toda la luz del día.

Cuando con sus pestañas me dio el alto
sus ojos me tocaron a rebato:
para mirarla más sin sobresalto,
detuve mi latir con un mandato.

Algún amigo mío contó, acaso,
la maldición bendita de su risa:
es una de esas cosas que te avisan,
pero no fui capaz de hacerle caso;
y el caso es que paré con insolencia,
como lo haría un diestro en la Maestranza,
pero me enamoré sin esperanza,
sin un poco de la mínima prudencia.

No hice caso, como el torero haría,
de un taxi que por poco me esquivaba,
una moto y un coche que gritaban
y algún que otro frenazo del tranvía.

Dijo ella el momento del rescate,
retornando su andar acompasado,
con la brisa y su bambú como remate
de la fiesta de estar allí a su lado.

No conozco su nombre ni un detalle,
pero he memorizado su mirada
pendiente de que haga otra parada
y yo me pare en medio de la calle
para que me devuelva de la nada
de andarme por la vida sin su talle.

martes, 28 de mayo de 2013





Una noche de primavera, cuando las calles se llenan de aromas de azahar, dejé mis miedos y mi cansancio en casa y me dejé acompañar por mi mejor amiga: mi cámara de fotos.Paseé sus rincones, miré aquí y allá, y de ese recorrido nocturno salieron estas imágenes que ahora comparto con vosotros amigos.¡¡Va por ustedes!!

viernes, 24 de mayo de 2013

Grandes Óperas de la Historia (II).


Il Desatascatore, de Julepe Mierdi.

En miles de hogares de una “ciutá” imaginaria, donde ni se concibe papelera alguna adjunta al “silloni tronanti”, se produce el Caos Total mediante la “obstruccione”, o “atascanto” en los palacetes, al darse una coincidencia del mismo momento cumbre de la “poblazione”.
Como detalle junto al claro mensaje medioambiental de la ópera, se reparte el libreto realizado en suave –y muy delicuescente- papel higienizado para el post sit daun explossion.
Tras la obertura, hecha a puro golpe de trombón que sitúa la acción en su punto, comienza la primera escena.
No basta con que el viceconde de la ciutá, Emerildo Paniagüi, vocifere por las calles, con ayuda de su lugarteniente, Perchorrillo, promoviendo la “lavaccione con acqua fresquita  la zona cuestionabile”, en alternativa a la impresión paleolítica en papiro, que ha llevado a una obstruccione en el Sistema conductivo de los residuos urbanitas.
En una reunión de urgencia, Perchorrillo canta un aria donde dice haber oído hablar de “Varicco”, un trotamundos que alquila sus conocimientos para llegar al fondo del asunto en cuestiones donde nadie quiere remover los argumentos. Promueve para ello un estilo muy “gondolero” en su trabajo, evitando una cercanía o “implicación” excesiva.
Cuando termina de cantar, primero le piden que no lo haga más, en el poco conocido movimiento llamado “no Re Bises, per favore”. Después, votando a culo alzado, acuerdan mandar llamar a Varicco.
En un momento quizá con más contenido de la obra, surge el coro cantando con un matiz desesperantemente nasal en su voz. Espectadores cercanos al proscenio, junto con los de las primeras filas del patio de butacas, se levantan, se informan y cuentan al resto del teatro que, por asfixia preventiva, entonan con pinzas en las napias. Sentados de nuevo, la acción describe con comicidad contenida cómo se penalizará proporcionalmente a quienes aporten más argumentos sólidos póstumos, dado que aumentarían la dificultad de que el agua corriente vuelva a serlo. Aparece la canzione “mascagas/maspagas”.
A partir de que el coro se va, la escena se torna sombría y se oyen truenos domésticos. Por la izquierda aparece el tosco, oscuro y torvo Aquaforti  Pertaponni, aspirante al puesto de Paniagüi, quien manda llamar a Perchorrillo a gritos y susurros alternativamente, dado que no mide bien la distancia entre la casa del lugarteniente y la tasca donde se sienta el malvado truhán, canalla y bribón.
Antes de que pueda taparse los oídos, debido a tener tapada la nariz, Perchorrillo recibe en plena cara un aria molto pestossi, en la que Aquaforti le pone al día de sus pretensiones, anunciándole un producto milagroso que, usado “al finale di cada giornatta”, devolverá a la ciutá la fluidez comunicativa entre las alcantarillas y los inodoros descritos con letras pequeñas, también llamadas letrinas.
En un momento de tensión externa, Aquaforti sufre un momento de tensión interna. Se oye a lo lejos cómo entonan maldiciones los miembros de una patrulla de vigilancia nocturna, que penalizarán la dispersión de depósitos individuales aunque sean desesperados. Es el caso de Aquaforti, que canta el aria “Disborde di presa deprisa” y a continuación, Perchorrillo se ofrece a sentarse antes que él sobre una fría piedra para que no le provoque respingos al posarse interpéricamente. Aquaforti consigue así un mínimo consuelo antes de dar el cante.
Mientras se baja el telón y se entiende lo que pasa, el virtuoso Canaloni entretiene con un solo de cisterna que, por la intensidad dramática, tiene que repetir.
La guardia lo detiene, mas Aquaforti, digno, no se mueve un ápice hasta que desahoga su conflicto eliminando su producto interior bruto y sonriendo ante el atestado policial que incluye “dar parte de lo sucedido”.
Varicco se entera por el ruido de los acontecimientos y ve su triunfo cerca. Noche tras noche, varilla en mano, rompe barreras y airea hogares permitiendo que sean habitables de nuevo. Pero el cansancio hace mella en él. Se para en una alcantarilla y entona un canto de frente, no de canto.
Aparece el coro, provisto de dos cubos de agua cada uno de sus miembros, que vierten en la plaza para poder cantar. A dos voces, le sueltan el “Al alba frigaré, frigaaaaaré, ma per la nochie non taponaaaré”. Y Varicco lo ve claro. Corre a la torre donde Aquaforti va a ser tratado con Tanageli, una pócima de il Dottore Leonardo Desguinci.
Un redoble de tambores y bombos acompaña la voz grave de Varicco:
-¡Non ingerire, mío amicco! -canta Varicco-. Vengo para salvarti. He aquí mi tesis.
Al bajar la voz, la orquesta cede y acompaña con dos panderetas.
Y en pocos versos, que el coro contrapunta, entre ellos Emerildo cubierto el rostro por una capa, Varicco explica que “a la caída de la noche” se aplique un producto “ablandatori” que permita la comunicación fluida entre uvedobleceses y Kk River con un simple toque de su varita mágica.
Esa misma noche, en el castillo del viceconde, se firman los contratos por obras y servicios, dado que en los servicios todo el mundo obra. Y se termina la obra con un verdadero despliegue de la sección de vientos de la orquesta, en un frenesí de pasiones largamente contenidas.
El productor del teatro, en oportunista efecto, rocía el ambiente con un suavísimo aroma de flores frescas, cuya publicidad aparece en las cofias de las limpiadoras domésticas que bailan felices alrededor de los actores mientras éstos saludan a un público tenso que, en su mayoría, pregunta al personal auxiliar por el mismo habitáculo. 

martes, 21 de mayo de 2013

Comunicación.



Hola, mi vida, soy yo, la mujer de tu vida. Besitos matutinos en zonas de tu anatomía escogidas al azar, hi, hi, hi.
¿Pero ya despierta? Está guaquis. Te remando mordisquitos, pero en zonas ya muy previstas, ahuás, ahuás, ahuás.
¿Después de tirarme al suelo el potaje me mandas besos? Teporahí, pícaro truhán.
¿Olegaria?
¿Pero este número no es el de Cristóbal?
Le ruego muy señor mío se abstenga de llamar al… o llamo a mi padre y se le cae el pelo, maldito Aníbal Lecter acosador de viudas entraditas en carnes e indefensas.
Por la presente, le ruego acepte mis mil excusas… parecidísima dirección electrónica y estos bichos los carga el diablo.
Pues no tiene nada que ver con la cuñada, una señora, dónde va a parar. Sí, ella es de Long Island, cerca de Móstoles, creo.
¡Eh, tú, Sonsoles, ¿tú no estarás llamando a mi Cristóbal, no? Porque caso afirmativo, bajo y te araño la epidermis.
¡Sabrás tú lo que es tener uñas bien cuidadas, fregona!... No, nada, no es a ti, es  la de enfrente, que no sabe ni encender un móvil.
¿Olegaria?, ¿Eres tú?, ¿sí? Pues ayer, mi cuñada que ha tenido un parto muy pesadísimo.
¿Chonchi? Sí, te he mandado besos, pero de eso hace ya lo menos quince o veinte minutos. Ah, no, perdona, eso fue la semana pasada, creo.
Estimado Sr Bonchetti: al no atender nuestro ruego de cortar por lo sano sus provocativos emails, nos vemos obligados a …
T den X QLo, Hortensio, maldita sea tu estampa. ¿Cómo se te ocurre decirme lo del tanga por correo?
¡Dejale puesto el tubo y mirad, mirad esto! Lo manda un jubilado a su prima: menudo viejo verdoso.
¡Hilario, jodepú, como le mandes mas guasas a la niña salgo y te rebobino los párpados!
¿Olegaria? Es que se corta. Sí lo de mi cuñada. Fui a verla. Qué tristes los camisones de esa clínica, hija...  ni un malva clarito...
¿Cómo me ha llamado?, ¡Usted a lo de su casa, señora, cuelgue y olvídeme! Menuda buitra... sí, lo de ese color gris marengo para vestir incluso al recién nacido, tan calvo...
¡Eh, Cristobal! Mira por la ventana, que esto se cruza y tú no lo coges. Tráete calabacines y ajo.
¿Cómo? ¿qué me vas a tirar el móvil nuevo al mismo cubo de la basura del ipad?
¡Abran, abran la puerta! O por lo menos respondan el twitter donde le pedimos revisar el gas.
Yo lo del tanga no lo he escrito, pichurri, habrán sido los cachondos del quirófano dos.
¡Cuelga, que nos han oído! ¡Ponle una poquita más de anestesia y cuelga chiquillo!
¡Oiga, la de los besos!, ¿Qué lleva usted puesto en la actualidad de su domicilio?
¿Quién se acuerda del número de la ONCE de antier?
El cupón de ayer terminaba en n. Seguro.
¡Esa voz es la de Cristóbal! Tan gracioso como la madre que lo trajo.
¿Yooooo? ¡Yo no he llamado a  nadie! ¿Quién  es a estas horas?
¡Mira Sonsoles, ahora mismo bajo a la portería y te escoño el moño!
¿Olegaria? Pues allí estaba la suegra, sí, sí, mohína la mujer que esperaba una niña. Es que ella es más de pueblo y lo disimula ¿tanga?, ¿pero qué tanga, señor?
¡Sonsoles!, ¡Cuelgue usted ahora mismo el móvil de la comunidad o llame por el suyo, mala pécora! ¡Pero si la veo por el tragaluz, morsa informe!
¿Síiiii? ¿Cristóbal?, ¿tú de nuevo? ¡Asómate por la ventana si tienes lo que hay que tener!
Oichhh, este fasebuk no me lo he echado yo de amigo ¿quién será? ¿tanga? ¡anda ya, puerquísimo!
¿Consulta de optometría? Perdone, me habré equivocado, yo quería hablar con Sonsoles, si está.
¡No llame usted más, señor! Ni conozco a Cristóbal ni tengo tiempo.
Estimado usuario de Internet: procedemos al corte… al mal uso…xpresiones soeces con reiteradas quejas…
Pero ¿a quién he faltado yo Dios mío de mi alma? Si yo espero turno de quirófano por lo de las cejas.
¡Sonsoles, que se le queman las lentejas pobretonas que hace usted!, ¡Cuelgue y llame por el suyo!
¿Cristóbal?  ¡Por fin, hijo! Pues sí, otro niño, pero la suegra ni un ramito de flores, unos bombones… qué  asco de mujer.
Mira, Hilario, que te conozco la voz. O te casas con la niña o no meriendas más aquí.
¿Olegaria?
¿Cristóbal?
Cuelgue, señora, que somos de la compañía. Parece que hay un cruce en la zona.
¿Hilario? ¿Bueno está ya lo bueno, no? Anda, cuelga, que espero una llamada.
Por motivos técnicos, pueden producirse anomalías en el servicio. Rogamos esperen.
¡Maldita sea la línea digital termoactiva de mi teléfono! ¿Corte?, ¿qué corte?
¡Cristóbal, antes de subir coge el móvil que se me ha caído por la ventana!, ¡Gracias!
¿Certificado? ¿Para mí? Firmo, firmo. Estimado usuario: …entrará en prisión dentro de cuatro días, …denuncias de groserías y amenazas...
¡Que empieza la novela, Bernardo!, ¡Apaga el móvil, el pc, el ipad y vente pacasa.
¿Ha terminado usted de comer, Sonsoles? Pues suba, que en el capítulo de hoy he leído que matan a la portera.
Estimados vecinos del portal 15 de Cl Mediterráneo: …suspensión de suministro eléctrico… continuas faltas de pago…


domingo, 19 de mayo de 2013

Echar de menos.


Hay domingos festivos, otros de espanto,
porque uno está crujido y duerme hasta tarde,
pero los buenos brillan y hacen alarde
al juntar amigotes de cuanto en tanto.

Hoy es uno de ellos, sea como sea:
hace poco Isabel, también de visita
se han pasado Peneka, Loli y Paquita
y como colofón aparece Clea.

Como la paladina de casa fuerte,
Inma, poetisa que reconstruye, empieza
palabra por palabra, pieza por pieza:
tenerla de anfitriona es nuestra gran suerte.

Y para recibir, sereno sin llaves,
con las puertas abiertas sin el pestillo,
sólo las persianitas o algún visillo
para veros entrar poniendo la clave
que anuncia que os quedáis un tiempecillo.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Romería de San Sebastián en Cabezas Rubias





¡Hola amigos!, como suele decirse no tengo tiempo ni de rascarme pero de cuando en cuando saco unas horas para esta pasión mía de mirar a través de mi cámara. Estas fotos que aquí os dejo (siempre me gusta compartir con vosotros algunas de mis "miradas") son del pasado fin de semana. Están hechas en un pequeño pueblo de la sierra andevaleña, Cabezas Rubias, donde mi corazón florece como  la jara. Allí encuentro mi paz y también el norte que me guía. Bueno,os dejo alguno de los momentos captados. Solo espero que os gusten y disfrutéis de ellas como yo disfruté al hacerlas.

¡¡Y por cierto!!, va tocando ya eso de vernos y echarnos unas risas.

viernes, 10 de mayo de 2013

Desguace.


El robot Germaine, de la serie Babel II, en medio de su trabajo, se sintió mal. Dejó como pudo a un lado las 569784 toneladas de acero para la base del puente que construía su empresa y se agachó como una parturienta.
-¡Eh, tú, chatarra andrajosa! –le gritó su capataz, Thor López Irún, de la serie Titanio VI-. ¿Es que vas a provocar tú solo que un puentecito de apenas 19999km se retrase más de una jornada laboral?
Germaine no podía responder. Su centro de sonidos, incluido el de comunicación oral humana básica, estaba inutilizado.
Ante la escandalosa parada de más de dos minutos, Thor López hizo lo que nadie recordaba en 14187 años de funcionamiento de la empresa Lohagoya: darle al botón de parar antes de terminar.
A pesar del desastre de planificación y gastos añadidos que suponía, Thor consideró los servicios de Germaine a lo largo de su vida y, al acercarse a su lado no puso el práctica el protocolo de destrucción. Sólo apoyó su brazo de 666667 toneladas en el hombro de Germaine, que –despilfarrando sus últimos 64578 megavatios de potencia- bajó los párpados chirriando en señal de agradecimiento, aunque su jefe pensó que le daba el Sol en los visores.
Tras tomarle el pulso, Thor auscultó los circuitos básicos de Germaine y descubrió que había estado trabajando toda la mañana en reserva. Había ido enfermo a trabajar, no había dicho nada y había empleado en su trabajo toda la energía vital necesaria para sus funciones básicas hasta el siglo MMMMMMMMXI, como estaba programado.
Dentro de un corro al que se acercaron las grúas y camiones junto a sus operadores, Germaine hizo ¡pefff!  y dejó de funcionar. De una puertecita lateral de su cuello, salieron unas pequeñas chispas azules.
En casa del dueño de la empresa Lohagoya, su hijo, el pequeño Pablito Schneider Bocanegra, jugaba con su cochecito con mando a distancia en el jardín. La tarde anterior, al pasar y verle llorar porque el coche no andaba, Germaine se sacó su corazón, una pila de 9v y 45gr de peso, para ponérselo al cochecito y evitar que lo mandaran al desguace. Los humanos aun conservaban esa práctica.

jueves, 9 de mayo de 2013

Un paseo por nuestra ciudad



Os dejo el último regalo que me ha ofrecido nuestra ciudad. Para vosotros, mis amigos de paraleernos y paraescribirnos (a ver si me pongo manos a la obra...)

martes, 7 de mayo de 2013

Hola a todos. Es maravilloso ver cómo habéis mantenido el blog con la frescura y la creatividad del primer día. Dejé de escribir hace unos años y lo echo de menos, la verdad. Me he acordado siempre de vosotros, pero en estos días estoy viviendo una experiencia que me ha devuelto a los días en que íbamos al Taller de Escritura y quiero compartirlo con vosotros. Estoy en un curso que imparte la Universidad Pablo de Olavide sobre Arte y me he encontrado con una gran sorpresa, porque una parte del curso es sobre creación literaria con la escritora Espido Freire. Como os digo, esto me ha traído buenos recuerdos y sé que me va a inocular de nuevo el veneno de la escritura. De momento lo estoy disfrutando y aprendiendo. Dura sólo una semana pero es bastante intenso. Espido es alguien de quien se puede aprender mucho.
Quería compartirlo con vosotros. Me da mucha alegría colarme por aquí. Si tenéis previsto reuniros en algún momento, avisadme. Me encantaría ir. Millones de besos para Beli, Inma, Irene, Isa, Gabriel, Lorenzo y Paquita.