Batalla ideológica del Senado Chino. Centro mismo de Pekín.
-Hola y ya sel mucha confianza la que dalte, esclibano camalada: tú puedes levolcalte pol suelo pala saludo a supeliol y sumal puntos.
-Saludos, mandamás de mieldecita.
-Nomble y númelo del paltido, que a entelalte vas.
-Soy esclibano Tá Cha Lo, númelo 123.456.777. Toma pol allí, a vel si encontlal calnet.
-Pol ahí liblalte de expediente goldo y calabozo muy siniestlo.
-Ahí lleval y a pol matlícula tomal, calcamal.
-Ya te cogelé, lata de alcantalilla. ¡A veeeel, los del fondo, sentalse que empieso disculso! Yo, Uantá Namé La, secletalio total y dueño, oldeno que san telminao del tilón bailes que dulen más de las diez y quince. Tampoco pelmito más a allá de las diez y cualto, que sois muy listillos.
-¡Camalada Cablito!, -gritan los del ala radical del partido.
-¡Camalada Cablito, pelo menos!, -gritan los moderados.
-¡Camalada, un cablito, pol favol!, -gritan los electricistas que revisan las pequeñas instalaciones.
-Dejalse de insultos, númelos antiguos 33.333 y 33.334, que sois muy amiguitos y juntos vais a pical piedlas en cuanto pueda plonucialos bien a pesal de tantos tleses.
-Ahí mandal bolita de papel con dulce esclito poético y a la vez envolviendo un peñasco de catolce kilos, glamo más, glamo menos, –dicen los numerados.
-Qué poco glamoul. Pelo dolel, duele: Decleto dieciséis años sin chicle.
-Pol favó pelmite bailes y tílate al lío, –corean los de antes.
-No me liéis.
-Que no te enlolles, que te ahogues, -sueltan los dos afiliados consecutivos.
-Pues clausulo congleso y tol mundo a tomal pol poniente: levantalse y empezal a salil, a vel si esta vez vacial Salón Celestial de Leuniones antes de un mes.
En esta ocasión, enero del 2007, tampoco hubo tiempo de contar los votos a favor de nadie sabía qué exactamente y Tá Cha Lo volvió a guardar el libro de actas vacío, como siempre.