La Comunidad Científica
Internacional, hoy, a eso de las nueve (nueve y cuarto todo lo más) ha
desentrañado, por fin, el enigma de qué fue antes, si el huevo o la gallina.
-¡LA GALLINA! –han coreado varios
biólogos, otros varios arqueólogos y dos de mantenimiento.
Pedido que le hubimos una
explicación, aquí la tiene el Mundo:
Analizados los restos de Emeuteria
Conache, gallina calmada y erudita, en sus escritos se deja ver una infinita capacidad
para el diálogo y la discusión civilizada. Por tanto, como ineludible
conclusión, todos –sin excepción- sus pollos nacieron … ¡POR LAS BUENAS!, y no
por huevos, como hasta ahora se ha dejado ver en valoración del 50% mientras se
esgrimían sonrisas bobaliconas. Además, doña Emeuteria presumía del carácter
apacible y dulce de su abuela, con quien compartió tardes y más tardes
rellenando almohadones con las plumas de Arcadio Sabagnón, su marido, un pedazo
de cabrón, borracho y putero que la tenía hasta los huevos. Pero esa es otra
historia, lo primero es el logro.