miércoles, 13 de febrero de 2008

Divertimento

En el oculista.

Yo no veo esto nada claro. Salta a la vista que no tiene usted ojo clínico. En un vistazo me diagnosticaba su padre, que en gloria esté. No se ciegue usted, y veamos esto con más calma. Porque usted, desde que ha entrado, sólo tiene ojos para mi enfermera. Y esa es la niña de mis ojos. Así, que ojito. Que está usted muy visto. Adiós y hasta la vista. Ya nos veremos. Por lo visto, este médico no me ve con buenos ojos. Me tiene ojeriza. Ojú, Juan, ponte bien el botón en el ojal. Ojalá me cure. Y yo que lo vea.

 

DEPORTES (II)

ATLETISMO.
Salto de longitud.

Este muchacho tiene buen salto, pero el cuesco que le impulsa lo larga demasiado tarde, cuando ya va cayendo. Eso hace que se hunda prácticamente en la arena al aterrizar. Hay que procurar que emita el gas propulsor en el momento justo de despegar, lo que mejorará sensiblemente el resultado. [[Nota: Cambiar la dieta]].

Lanzamiento de peso.

Tu hijo, Saturnina, tiene el lanzamiento en la sangre, yo lo vislumbro como tú. Pero vivimos de la pescadería, y seis balanzas electrónicas destrozadas en un mes por el niño me parecen una exageración. Que se compre una bolita redonda de hierro como los de la tele. [[Recordatorio: Sacar los lenguados para doña Trini]].

Relevos.

Es ley de vida. Con la edad que tiene Joao Crisóstomo da Pedrada, la federación de su país ha decidido que este año, en los 800 lisos, vaya un chavalillo. Lo de la silla de ruedas, el gotero, la ambulancia cerca… eso no podía seguir así.

110 vallas.

En la factura decía bien clarito que con 55 vallas más separaditas, ustedes se hacían el avío. A mí no me haga usted el numerito, caballero. Y me firma el albarán o me voy, que me quedan diez estadios todavía por repartir. Menuda mañana tengo, como para ponerme a discutir. [[Nota para el martes: llamar al seguro por lo del retrovisor]].  

Morathón.

Y fue en la salida, Genara, oye. Un codazo en el mismo estómago que le dio a mi Julián el turco ese, que al final se retiró también, fíjate que malaje. Pues se le ha quedado toda la señal. Le estoy poniendo paños y una crema muy buena, a ver si se le quita el dolor y puede volver a participar, con la ilusión que pone la criatura en las carreras de sacos.

Salto con pértiga.

¡Che, che, che! ¡Menos gritos, Milagritos! La colchoneta estaba esta mañana. Y no sigáis discutiendo sobre quién tiene la culpa. Despegad primero del suelo al muchacho. Total, que no habrá sido tanto, porque ha saltado con una escoba, si también han mangado las pértigas.

 


Sin nido

Había una vez un huevo, que sin querer resbaló de su nido. Rodó y rodó loma abajo llegando hasta una soleada pradera. Una serpiente que lo vio, pensó que era su desayuno ideal, e hizo un esfuerzo tan grande para tragarlo que sus mandíbulas se desencajaron, para risa de una mofeta que contempló la escena. La serpiente huyó avergonzada.
La mofeta oportunista, decidió probar suerte con él, pero astutamente decidió cascarlo primero. Para ello lo golpeó con su larga y esponjosa cola, siendo el resultado que el huevo cayó suavemente al lago próximo donde un nenúfar lo contuvo. La mofeta no quería mojarse y en vano lo intentaba acercar a la orilla con una de sus zarpas.
Los peces, que no acertaban a ver lo que era aquello, empujaron el nenúfar, haciendo que éste se desprendiera del fondo y fue arrastrado por la corriente del río.
En una de las curvas el huevo se detuvo y el calorcito del mediodía acabó de madurar su contenido, de forma que esperando ser querido comenzó a picotear el cascarón desde dentro.
Nadie lo ayudó desde fuera, es más, una rana saltarina lo empujó y nuevamente rodó por la hierba hasta parar en un campo de heno recién segado.
El calor de la tarde hizo que aquel pequeñín rompiera el primer trozo del cascarón y asomó un ojo. Se sintió solo y se durmió. A la mañana siguiente, un ternerito que comenzaba a pastar lo movió, y él, pensando que su mamá estaba cerca rompió otro trocito del cascarón para verla mejor…[continuará]

"LA CARRETERA", de Cormac McCarthy

¡Me encanta cuando las coincidencias coinciden! En primer lugar te agradezco Gabriel que hayas abierto la puerta de esta nueva sección y, en segundo lugar, gracias a Nuria por su amable recomendación que, mira por donde, está estrechamente relacionada con mi breve reseña literaria. Casualmente acabo de leerme "La carretera", de Cormac McCarthy (Premio Pulitzer 2007).
Ésta es la difícil odisea de un Ulises moderno que, junto a su hijo, emprende un viaje a no se sabe dónde, huyendo de no se sabe qué, con la única referencia de una carretera que les mostrará la realidad de una tierra sacudida por un holocausto nuclear.
El autor consigue una narración de estilo cinematográfico, a veces, lenta, pausada, aséptica, indolente, así necesariamente para ser digerida. Pero tras todo ello está lo extremo, la angustia, el límite del ser humano, la anarquía de los instintos, pasar de no importar nada a, en un segundo, importar todo. El lector, sin darse cuenta, se convierte en un viajero más que vive sus desdichas y su hastío existencial.
Una situación en la que la supervivencia se reduce a un sentimiento, una mirada, una caricia, una lágrima solitaria que recorre la mejilla de un niño.

¡No dejéis de leer si no queréis dejar de soñar!

Dos libros recomendados

Nuestra Nuria de toda la vida nos recomienda dos libros:


-La carretera de Mc Cormath y
-Zapatos italianos, de Menkell.

Será una colaboración, la de recomendarnos libros, que le pediremos no más de 350.000 veces, por lo que tendrá tiempo de sobra para sus quehaceres.

Gracias, Nuria.