domingo, 5 de julio de 2009

GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA (XVI).

Batalla Bíblica de San Ermeneterio Monje contra los Omoplatitas.

Y en aquel tiempo dijo un vendedor:

-Descuento, que alguien, por malo que sea en Aritmética, invente el descuento, pues, por descontado que mis cosechas se pudrirán y mis nietos y los nietos de mis nietos acabarán como a nivel de muy fatal.

Y se le acercó entonces un hijo de la tribu de los contabilhititas de Tramoyacia y le dijo en toda la cara:

-Mientras si sí o si no, vende más baratos tus productos básicos e inicia simultáneamente una venta paralela o cruzada (tú eres bobo, no verás la diferencia) en la que quien vino por vino se vaya con bayas y la estela de las telas que compre rodee cincuenta estadios de once varas y seis codos.

Y esto le plugo al primer hombre, que vendió sin parar durante cien días con sus noches, hasta que, una mañana se quedó sin existencia. Vamos, que se murió.

Entonces, el día en que se dividía la herencia del primer hombre ya caducado, el tramoyacio pidió a los herederos una cantidad desorbitada en concepto de derechos de asesoría y consejo, cantidad que se negaron a pagarle, ante lo cual el tramoyacio repartió su viabilitas empresae a todos los comerciantes, de modo que nadie compró más de lo necesario y fueron venidos a la población la sensatez y la calvicie, al no tener nadie un pelo de tonto.

San Ermeneterio Monje pasaba por aquel lugar, pero se lió a trompadas con una borracha que trató de quitarle su bastón, que era de su abuelo. No se conocen más detalles y de ahí que hayamos puesto el cuentito anterior como relleno. Procuraremos que no pase muchas más veces.

ADIVINA, ADIVINANZA


¿Qué es esto? ¿De qué forma parte?
No es muy difícil, pero hay que echarle imaginación.