viernes, 5 de noviembre de 2010

EL ASNO Y EL CERDO

De leña desde la sierra
bajaba un burro cargado:
va pensando y se lamenta
al verse tan desgraciado.

Qué triste vida la mía
trabajando y trabajando;
cuando no es cargando leña,
son ladrillos o peñazcos.

Y lo más triste de todo,
es que me muelen a palos,
en cuanto que me detengo
para respirar un rato.

Así va pensando el burro
cuando, al pasar por un prado,
encuentra a un cerdo rollizo
de bellotas y maíz bien rodeado.
Está tumbado y su amo,
en su barriga rascando.

El pobre burro se queda
al cochinillo mirando
y le dice "hola compadre,
buena vida la que llevas,
comes bien y reposando
mientras tu amo te mima
tu barriga acariciando".

-No te confudas buen asno
porque veas este buen trato,
pues dentro de un par de meses
las tornas irán cambiando.
Ahora me dan buen pienso
reposo y muchos halagos
porque tienen que cebarme
para el día señalado,
en el cual harán de mí
chorizo de cantimpalo,
morcilla, lomo en aceite
y jamones bien curados.

-Por todo ello, buen amigo
no me envidies, al contrario,
tú cuando dejas la carga
vas a la cuadra o establo.
Allí comes de tu pienso
y descansas, esperando,
que llegue el siguiente día
para seguir trabajando.

Pero no esperas venir
matarife bien armado,
con artesa y buen cuchillo
y aquí todo ha terminado.
Por eso tú, borriquillo,
valora lo más preciado
que es la vida. Lo mejor
que se nos ha regalado.