jueves, 22 de mayo de 2008

UNA HISTORIA (VERDADERA) BREVE.

Dos niñas de dos y tres años, hermanas, van a la guardería temprano. Las lleva el padre. Por la tarde, vuelven a casa con la madre, que las recoge. Tanto al ir como al volver, ambas niñas se paran, todos los días, ante un gran escaparate de cristal donde contemplan un juego de construcción enorme y complejo, junto a su caja. No tienen mucho tiempo, hay prisas. No lloran ni forman escándalo alguno. Se miran y siguen el camino.
Los padres, una noche, comentan lo que ocurre y acaban comprando el juego. Comienza a armarlo el padre, el primer domingo que tienen libre. Pasan las horas y la complejidad le cansa. La madre acude en su ayuda, atornillando y ajustando. Pero algo empieza a temblar y todo el castillo de piezas se va a venir abajo. Mientras la construcción cae con estrépito, cada uno coge en brazos a una de las niñas y corren a protegerse dentro de la gran caja de cartón, abrazados los cuatro. Las dos niñas se miran y sonríen. Ya tienen, por fin, lo que querían.