sábado, 30 de mayo de 2009

EN EL MISMO INSTANTE


Maldito viento de levante. Te veo a través de las cortinas, soplando impasible, tras estos ventanales que me separan de ahí afuera. Llegas para llevarte todo lo que tengo, para dejarme sola; y, entre un dolor y otro, puedo trasladar mi pensamiento al instante preciso en que se hundió nuestra barca, y todo era agua, llanto, desesperación.

Pero no sabes que mientras dos cuerdas ayudan a bajar a Daniel hasta el agujero que le espera eternamente, otras dos manos extraen de mis entrañas una parte de él que no has podido arrebatarme.

Ya está llorando. Ahora lo tengo entre mis brazos. Se llamará Daniel, no cabe la duda; tiene sus ojos.


LA CIUDAD DEL MAÑANA




Hoy camino

por una ciudad sin huellas,

hundiéndose mi peso

entre piedras milenarias

y silencios escondidos en las esquinas.


Hoy camino

por una ciudad sin sueños,

pintando mis ojos estrellas

amaneceres y sirenas,

mientras la ciudad callada

se llena de alborozo y fragancias.


Hoy camino

por calles enlosadas de pasado,

cargada de aromas frescos

de geranios y de agua,

mientras mis ojos

dibujando líneas, círculos...

abrazan a un fantasma.


Cuerpo etéreo de un ángel

que pasa rozándome el alma,

estremeciendo mi vida,

acariciando mi cara,

mientras paseo a escondidas

por la ciudad del mañana.

A deshora

A pesar de lo avanzado de la noche no es mi momento para dormir.
Ahora prefiero pensar en la alquimia que pueda convertirte en el humo de mi recuerdo.
Quiero dejar atrás los intentos de hacer de tu vida y la mía un puzzle. No encajan, lo mires por donde lo mires, mis celos y tus ganas de mirar hacia otro lugar.
No puedo hacer de una línea recta un laberinto sólo porque sienta miedo o ganas de llorar. La que va bajo mínimos soy yo, solamente. Te noto la mirada compasiva, paternal y lastimosa; por eso quiero irme otra vez.
Tal vez me haga falta fuerza, ser consciente de que me equivoco y de que necesito mucho más de lo que realmente pido, pero el ser humano ya empezó a caminar antes de se inventaran los primeros zapatos.