lunes, 27 de octubre de 2008


Las arrugas de este rostro
son caminos, son senderos
y surcos que se han labrado
con el arado del tiempo.
En ellas ha ido quedando
paso a paso lento, lento,
el transcurrir de los días,
aquellos que ya se fueron.
El tiempo pasó por ellas,
las fue formando en silencio
a veces con nubes negras,
lluvia viento y hasta hielo.
Tambien hubo días con sol
y bellos amaneceres
todos las fueron formando
y en mi rostro permanecen.
Y yo me siento orgullosa,
para nada me lamento
de tenerlas en mi cara;
y al mirarme en el espejo
me digo, cuánto has vivido
qué experiencias llevas dentro.
Aunque la piel se marchite,
me siento joven por dentro
tengo ilusión por la vida
y sigo haciendo proyectos.
Y cuando por la mañana
me despierta un día nuevo,
doy gracias por el regalo
al creador del universo.