jueves, 7 de octubre de 2010

Turno.

Era temprano, demasiado para una cabeza sin café. Para Perico, su eterno solicitante de amores, siempre tenía una excusa. Salvo hoy, porque había llegado a su castillo, superando defensas y con el elemento sorpresa a su favor. No respondió por el interfono.

Ante el silencio, Perico dio unas explicaciones precipitadas:

-No soy tan gafe, acabo de ganar un premio gracias al cual he viajado y vivido en hoteles. Eso sí, vengo sin cenar, directamente de la estación de trenes. ¿Cómo estás?

Por la escalera de servicio, con apenas un pantalón y una blusa con botones pendientes, la mujer bajó en silencio y observó cómo Perico volvía a pulsar el botón. Estuvo a punto de decirle que estaba detrás de él, pero decidió esperar. A los pocos minutos, Perico recibía gritos e insultos de otros vecinos a los que había despertado, cogía su maleta y se marchaba.

La mujer, al ver que se montaba en el mismo taxi que lo había traído hasta su casa, pensó que no había venido a verla con demasiada convicción a pesar de sus aventuras como viajero. Además, ese nombre tan raro escrito en su maleta, Haindkerchef, le dio mala espina.

Perico no estaba descartado, por supuesto, pero seguiría esperando.

Sevilla es bonita hasta cuando no sale el sol

































Hoy ha amanecido gris, y esta ciudad,mi ciudad, la que me gusta recorrer despacio, sin prisas, saboreándola,recorriéndola,mirándola,mimándola...se ha dejado acariciar por mi camara. Y de este abrazo, de esta caricia amante de quien no se cansa de sentirla, he obtenido estas imágenes. Y quiero compartirlas con vosotros, mis amigos de paraleernos. Ahí os las dejo para que la disfrutéis como yo la he disfrutado.