jueves, 7 de octubre de 2010

Turno.

Era temprano, demasiado para una cabeza sin café. Para Perico, su eterno solicitante de amores, siempre tenía una excusa. Salvo hoy, porque había llegado a su castillo, superando defensas y con el elemento sorpresa a su favor. No respondió por el interfono.

Ante el silencio, Perico dio unas explicaciones precipitadas:

-No soy tan gafe, acabo de ganar un premio gracias al cual he viajado y vivido en hoteles. Eso sí, vengo sin cenar, directamente de la estación de trenes. ¿Cómo estás?

Por la escalera de servicio, con apenas un pantalón y una blusa con botones pendientes, la mujer bajó en silencio y observó cómo Perico volvía a pulsar el botón. Estuvo a punto de decirle que estaba detrás de él, pero decidió esperar. A los pocos minutos, Perico recibía gritos e insultos de otros vecinos a los que había despertado, cogía su maleta y se marchaba.

La mujer, al ver que se montaba en el mismo taxi que lo había traído hasta su casa, pensó que no había venido a verla con demasiada convicción a pesar de sus aventuras como viajero. Además, ese nombre tan raro escrito en su maleta, Haindkerchef, le dio mala espina.

Perico no estaba descartado, por supuesto, pero seguiría esperando.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Beli, yo tampoco lo he cogido, aunque mal de muchos consuelo de tontos, pero consuelo, ¿que qué Consuelo?, ¿no es la mujer del tal Perico Gómez?

Que no era su turno en el amor, entiendo al final y poco más. Con curiosidad, he entrado en un castillo gracias a don Gabriel, pero lo de la maleta tampoco lo cojo, jaja (y vengo a los comentarios a ver si alguien "me chiva algo", y resulta que es una continuación de un personaje de Inma, y hay un interfono también, rinrín, el de la mujer buscadora del amor, ¡castañas, el amor!, pero... ¿de quién?, ¡qué amor ni amor, el jamón! (¡el que trae el alemán Haindkerchef escondido en la maleta, chim-pón!).

Qué imaginación tienes y qué cosas te inventas. Qué mente otoñal, vaya tela... castañera, ¡qué antojo de castañas también! Por cierto Beli, jaja, no veas la guasa que tiene tu Juanita, única y patinadora.

Anónimo dijo...

¡Dios mío de mi vida, Beli, Gabriel, no sé qué castañas he hecho! Publiqué "varias veces" mi comentario, y al suprimir, he borrado los vuestros sin querer. He sido incapaz de "deshacer", ay qué pena: uno magnífico de Beli con su neurona Juanita la patinadora, que no cogía el final, y la explicación de Gabriel, que a través de un personaje de Inma lo lía todo aún más!

¡Ay qué apuro, por favor, "reponed" los comentarios, qué soponcio, de verdad que lo siento!

inma dijo...

A ver, aporto algunas notas aclaratorias auque no aclaren mucho el porqué Perico sale corriendo en vez de subir a tomarse el tute de filetes empanados que había preparado la chica,( pq eso debe aclararlo el autor). 1ª nota: Perico es un personaje creado por Gabriel en su relato "En recepción". Yo lo tomé prestado para darle alguna chispa a la chica de los míos que no encuentra al hombre de su vida.2º: Por otro lado el picnic que prepara tiene que ver con el que se comen en las "batallas fronterizas XXVII" (de Gabriel tb).3º: Ha sido como un reto para seguir esa historia descabellada de la chica creada por mi en "desconocido", como un juego con testigo para recoger el hilo, así pues lectores ¡a pensar un poco! pero Gabriel, hombre, un tipo tan paciente como Perico Gómez ¿como sale corriendo sin subir?
Y otra cosa, por favor, los otros comentarios que nuestro habilidoso Lorenzo ha suprimido, intentad rehacerlos, que ahora no sé quien es esa Juanita. Besazo a todos.

Gabriel dijo...

Tras la explicación de Inma, añado leña al fuego:
En efecto, partiendo del desorden se puede llegar al más absoluto de los caos.
Independientemente de lo anterior, mi personaje no puede oler lo que se ha frito en sueños.
Se va porque la mujer es la que huye por la escalera de incendios (desde donde le observa) y no le abre la puerta. De hecho deja de hablarle por el interfono y Perico sufre improperios de otros vecinos al pulsar otros botones. Lógico que se marchara ¿o no?
En cuanto a la maleta que traía, tenía el nombre del único cliente del hotel que pagaba su habitación. Achaquemos eso al despiste o a compensar el tener que haberlas cargado.
Mi intención era cruzar las vidas de dos personas que no tienen una vida feliz. Las dos buscan el amor o la felicidad y no la encuentran. Pero son amigos y, de vez en cuando, sus vidas se cruzan, voluntariamente o no, para darse una oportunidad. En este caso está claro que la mujer no estaba por la labor de ofrecérsela. Y Perico traía una breve chispa, algo menos de aburrimiento de lo normal, y se lanzó a intentarlo.
Eso es todo, amigos.
Inma, salga lo que haya salido de esta mezcla, te agradezco tanto la intención como la valentía de lanzar el guante. Creo que es un reto estupendo, tanto por lo insólito y original como por lo inesperado.

Y quede claro: andanzas pasadas aparte, la mujer y Perico siguen vivos.

Besos.

Gabriel dijo...

Aclaraciones que lían aparte, mantendré hasta el fin de mis días que en este blog los comentarios han alcanzado un nivel de regalo de lujo. Y se desatasque o no el fantástico pollo de Perico, la mujer y sus desamores, celebro con una copa lo que pone Lorenzo, así como lo que recuerdo de Beli: pa salir a hombros, pareja de dos.
Un beso de bulla de la güena.

Clea dijo...

¡Menos mal que los habéis dejado vivos! ¡Con tanta explicación ya temía por su integridad, jajaja!
Y qué bueno si apareciera Haindkerchef y los invitara a unas salchichitas con un buen chucrut y unas cervezas alemanas de esas con cuerpo y… ¡un trío, como el de Ana! ¡Un vuelcazo!
Jaaaaaaaaja. Me encanta leeros.
Ah, ¿va a seguir sin nombre la mujer?

Bueno, abrazos expectantes.
:))